La Casa Blanca se aferra a su negativa de devolver al salvadoreño Kilmar Ábrego García, quien -según funcionarios estadounidenses- fue deportado “por error” el mes pasado desde Maryland a una megaprisión en El Salvador.
“Si [Ábrego García] regresa a Estados Unidos, será deportado de inmediato”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en una conferencia de prensa este miércoles.
“Nunca vivirá en Estados Unidos”, señaló en una declaración en la que reiteró las acusaciones de que Ábrego García era miembro de la pandilla MS-13, algo que su abogado niega.
Leavitt también acusó al hombre de 29 años de violencia doméstica, al citar registros que muestran que su esposa, una ciudadana estadounidense, presentó una orden de protección en su contra.
Un juez de Maryland ordenó al gobierno del presidente Donald Trump que devolviera a Ábrego García a Estados Unidos. Sin embargo, el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, declaró en una visita a la Casa Blanca esta semana que no tenía la facultad para hacerlo.
El caso de Ábrego García ocurre en medio de un creciente enfrentamiento entre Trump y el poder judicial en materia de migración, luego de que un juez declarara en otro caso que el gobierno podría ser declarado culpable de desacato judicial por los vuelos de deportación.
Aunque Leavitt insistió en vincular a Ábrego García con la pandilla MS-13, citando fallos judiciales, su abogado y su familia niegan que haya pertenecido a la pandilla.
Acusación de violencia doméstica
La secretaria de prensa dijo que Ábrego García era un “maltratador de mujeres”, al referirse a una denuncia por violencia doméstica.
El Departamento de Seguridad Nacional publicó detalles de una orden de alejamiento interpuesta en 2021 por su esposa, quien alegó que la golpeó, la arañó y le arrancó la camisa.
Jennifer Vásquez Sura, esposa de Ábrego García, declaró a Newsweek el miércoles que solicitó la orden “por precaución”. Añadió que lograron resolver la situación en familia, incluso con terapia.
La BBC contactó a Benjamín Osorio, abogado de Ábrego García, sobre la acusación de violencia doméstica. Y por correo electrónico respondió: “¿Puede el gobierno infringir la ley si se alega que una persona la ha infringido?”.
Ábrego García vivía en Maryland antes de ser deportado el 15 de marzo junto con decenas de salvadoreños y venezolanos al Centro de Contención del Terrorismo (Cecot) en El Salvador.
Deportación irregular
La jueza de Maryland Paula Xinis dictaminó que la expulsión de Ábrego García del país incumplió una orden judicial de 2019 que le había otorgado protección legal contra la deportación.
La semana pasada, la Corte Suprema de Estados Unidos confirmó parcialmente el fallo del tribunal inferior, al determinar que el gobierno Trump debe “facilitar” la liberación de Ábrego García.
Funcionarios del gobierno han admitido que la deportación fue un “error administrativo”, aunque la Casa Blanca insiste en que no hubo error.
Xinis solicitó recibir información diaria sobre las medidas que se están tomando para traerlo de regreso a Estados Unidos.
Sin embargo, en el informe del miércoles, el asesor general interino del Departamento de Seguridad Nacional, Joseph Mazzara, informó al tribunal que “no había más actualizaciones”.
Sin acceso a Ábrego García
El senador demócrata de Maryland, Chris Van Hollen, viajó el miércoles a El Salvador para intentar hablar con Ábrego García, pero se le negó el acceso.
Van Hollen se reunió con el vicepresidente del país, Félix Ulloa, quien le comunicó al senador estadounidense que no podían ofrecerle una visita a la megaprisión.
En una conferencia de prensa en la capital, San Salvador, Van Hollen instó al país centroamericano a liberar a “un hombre que no ha sido acusado ni condenado por ningún delito y que fue secuestrado ilegalmente de Estados Unidos”.
El desaire a Van Hollen se produjo un día después de que las autoridades salvadoreñas permitieran el ingreso a la prisión a otro congresista estadounidense, el republicano de Virginia Occidental, Riley Moore.
Moore publicó una selfie frente a una celda llena de gente y dijo que la visita lo había reforzado su decisión de “apoyar los esfuerzos del presidente Trump para proteger nuestra patria”.