A 40 minutos de la plaza de San Javier, en la quebrada del Tigre, La Constancia transmutó en La Abundancia. Hostería con tradición, quedó en manos de Agustín Dorado y sus hermanos, hijos de los mentores, Alicia Christensen y Luis Dorado. El cambio de nombre no es simbólico, sino conceptual. Ya no reciben huéspedes de forma independiente, sino grupos para retiros espirituales, de yoga o empresariales. La capilla de 1937 ya no tiene una cruz en el pórtico, sino un símbolo del infinito y es salón de usos múltiples.
Atravesado por una búsqueda existencial que empezó con la visita de un médium y se acrecentó durante la pandemia, Agustín lidera la nueva etapa de esta hostería que inauguraron sus padres en el 2000 y que heredó (con sus cinco hermanos) tras la muerte de ellos por intoxicación con dióxido de carbono en un hotel de Bolivia en 2011. Desde entonces, primero Luis (el mayor), y ahora Agustín (el tercero), sacan adelante esta hostería del valle de Traslasierra, Córdoba, con creatividad y mucho corazón.
“El rancho inicial es de 1897. Nació con María de la Plaza y su marido, José Arias Moreno, que tenía tuberculosis y necesitaba aire puro. Ella era muy amiga de unas tías de mi abuelo Juan Carlos Christensen (neurocirujano) y sobrina de Victorino de la Plaza, presidente de la Nación entre 1914 y 1916”, cuenta Agustín sobre el germen de la hostería que está en un campo de 1.200 hectáreas. Cuenta que con la plata que recibió al heredar al ex presidente, María mejoró la casa y levantó la capilla San José, en honor a su difunto marido. Sin hijos, le legó la propiedad a sus amigas que tampoco tenían descendencia y así llegó a los Christensen y luego a los Dorado.
Difícil de mantener, la propiedad estuvo abandonada durante 40 años. “Los mochileros que iban al Champaquí tiraban la bolsa de dormir en el living”, cuenta Agustín. La cosa cambió en 1997, cuando Alicia y Luis Dorado decidieron reconstruirla y dejaron Don Torcuato (con sus trabajos en un banco y en una inmobiliaria) para mudarse a San Javier y reabrir La Constancia, ahora como hostería.
La Abundancia (así rebautizada en 2023) gira alrededor de una gran casona donde conviven cortinas floreadas con los trozos de cuarzo que Agustín colocó en las esquinas. “Atravezás la constancia para llegar a la abundancia”, explica Agustín sobre el nombre que se le ocurrió durante una ceremonia reveladora y espiritual en las sierras, tras una noche estrellada. Para el cambio contó con el apoyo de sus hermanos, que además de Luis son Sofía, Inés –reconocida por su firma de vestidos de novia–, Nacho y Jose.
El comedor, rústico y muy bien servido, está en lo que fue el rancho original de María de la Plaza. Y el valor agregado está en los múltiples senderos –muy bien demarcados– que nos desafían a caminar entre cortaderas, piedra y arroyos. Con Joaquín Badano –íntimo amigo de Agustín– como guía, una cascada es la meta. El trayecto es toda una aventura de resistencia e incertidumbre. Atravesar un bosque de tabaquillos es energizante tanto como el agua helada que cae vigorosa de la cascada. La quebrada del Tigre se muestra en su esplendor y, creer o reventar, La Abundancia tiene una energía especial.
Datos útiles
La Abundancia. Durante años conocida como La Constancia, gran reserva con hostería que recibe en 11 habitaciones, entre la casa principal y las suites Puma y Jaguar, que están a unos metros del comedor. La cocina es excelente, a cargo de Jorge Mareco. Los senderos, muy bien demarcados, son el valor agregado. El camino de acceso está bien, pero hay que ir despacio por la cantidad de piedra. Solo reciben grupos. Se orientan a retiros de yoga y meditación. Ideal para reflexionar, desconectar y celebrar la naturaleza. En vacaciones de invierno, programa por persona, 7 noches con pensión completa (sin bebidas) y actividades, en base doble en habitación standard, $1.085.000 +IVA. Calle s/n. T: (3544) 30-9716. IG: @laabundancia2023