La cuna de Judas, la pera de la angustia y el desgarrador de lenguas: los instrumentos de tortura usados en la Edad Media europea

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La tortura medieval era menos común y más controvertida de lo que se creía (Imagen Ilustrativa Infobae)

Durante la Edad Media, la sombra de la tortura se extendió por Europa, generando leyendas y temores que han perdurado hasta la actualidad. Aunque la imagen popular sugiere que los calabozos medievales estaban colmados de instrumentos de dolor, la realidad histórica fue mucho más compleja.

History Extra señala que muchos dispositivos atribuidos a ese periodo fueron menos frecuentes de lo que se cree, e incluso algunos jamás existieron entonces. Sin embargo, los métodos de tortura que sí se utilizaron dejaron una huella imborrable en las víctimas y en la memoria colectiva.

Entre el mito y la realidad

La tortura en la Edad Media tenía diversas funciones: castigar, extraer confesiones e inspirar miedo. Los relatos medievales describen horrores difíciles de imaginar en la actualidad, pero la creencia de que la tortura era una práctica omnipresente resulta inexacta.

Hannah Skoda, especialista en historia medieval, explicó en declaraciones recogidas por History Extra: “La tortura era mucho menos frecuente de lo que solemos creer”. Skoda indica que, aunque los registros legales reconocen interrogatorios con tortura, incluso en aquel tiempo estos métodos desataban polémica y solían evitarse.

Al mismo tiempo, varios de los dispositivos más “emblemáticos” de la tortura medieval no se utilizaron realmente en ese periodo. La fascinación por estos objetos, alimentada por el miedo y la imaginación, ha contribuido a forjar mitos que distorsionan la historia. Cuando la tortura sí se empleaba, los métodos infligían devastación a quienes los sufrían.

1. El potro de tortura: la hija del duque de Exeter

Entre los dispositivos más conocidos aparece el potro de tortura, introducido en Inglaterra en el siglo XV por el duque de Exeter, entonces alguacil de la Torre de Londres. Este aparato, conocido como “la hija del duque de Exeter”, era un marco rectangular donde la víctima quedaba sujeta de muñecas y tobillos.

Con cuerdas y manivelas, el potro estiraba el cuerpo hasta dislocar articulaciones; fue introducido en Inglaterra en el siglo XV (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las cuerdas, unidas a una manivela, estiraban el cuerpo hasta dislocar articulaciones, romper ligamentos o arrancar extremidades. Según History Extra, la presión implacable del potro obligaba a confesar, sin importar si las declaraciones eran verdaderas.

2. La cuna de Judas: confesiones bajo amenaza

La cuna de Judas, o silla de Judas, presentaba un aspecto piramidal tan terrorífico que bastaba verse amenazado con su uso para inducir confesiones. Se suspendía a la víctima y se la descendía lentamente sobre la punta de la pirámide, que penetraba la pelvis bajo su propio peso.

El simple temor a ser descendido sobre esta pirámide metálica bastaba para inducir confesiones durante la Inquisición (Imagen Ilustrativa Infobae)

Este método, documentado en relatos históricos y asociado mayormente con la Inquisición española, se empleó en distintas regiones de la Europa medieval. La sola amenaza de la cuna de Judas resultaba tan eficaz que, en ocasiones, producía confesiones sin necesidad de uso físico.

3. La pera de la angustia: controversia sobre su origen

La pera de la angustia era un artefacto metálico en forma de pera que se insertaba en la boca u otros orificios. Al girar un tornillo, el aparato abría sus hojas internas y causaba graves daños. Aunque se ha popularizado como instrumento medieval, su autenticidad se encuentra en debate.

Este instrumento de metal que se expandía al girar un tornillo (Imagen Ilustrativa Ilustrativa)

History Extra cita historiadores que señalan que los resortes en su diseño sugieren un origen más tardío, probablemente en la Edad Moderna.

4. El toro de bronce: leyenda y advertencia

El toro de bronce es uno de los dispositivos más legendarios, pero pertenece más a la antigua Grecia que a la Edad Media. Según History Extra, Perilo de Atenas lo diseñó para el tirano Falaris. La víctima era encerrada en el interior del toro, que se calentaba hasta incendiarse, asando viva a la persona.

El toro quemaba viva a la víctima encerrada en su interior, amplificando sus gritos como bramidos(Imagen Ilustrativa Infobae)

Tubos internos hacían que los gritos sonaran como bramidos animales, intensificando el horror. Aunque es dudoso su uso en la Edad Media, el toro de bronce pervivió como símbolo de tiranía y advertencia.

5. Tortura de ratas: el horror de lo simple

A diferencia de los elaborados artefactos de metal, la tortura de ratas destacaba por su sencillez y brutalidad. Se colocaba una rata hambrienta sobre el abdomen de la víctima, cubierta bajo un recipiente. Al calentar la base, la rata, desesperada por huir, cavaba hacia el interior del cuerpo, devorando la carne y las entrañas.

Método basado en colocar una rata sobre el abdomen de la víctima y aplicar calor para que escarbara hacia el interior del cuerpo (Imagen Ilustrativa Infobae)

History Extra describe este método como uno de los más dolorosos y prolongados de morir.

6. El desgarrador de lenguas: silenciar al hereje

El desgarrador de lenguas era similar a unas tenazas de jardinería, calentadas al fuego antes de sujetar la lengua de la víctima y arrancarla. Este procedimiento se reservaba especialmente para acusados de blasfemia o herejía, con la finalidad de eliminar cualquier voz disidente.

Tenazas metálicas calentadas al fuego, utilizadas para arrancar la lengua de acusados de herejía o blasfemia (Imagen Ilustrativa Infobae)

El caso de Hans Bret, capturado en Amberes en 1576, evidencia la brutalidad: tras arrancarle la lengua, fue quemado en la hoguera. History Extra detalla que este castigo no solo era físico, sino también simbólico.

7. La rueda: ejecución y escarmiento público

La rueda de quiebra, o rueda de Catalina, estuvo presente desde la Antigüedad hasta el siglo XIX como método de ejecución. Sobre la gran rueda de carreta la víctima era atada y podía ser golpeada, aplastada o lanzada por una pendiente rocosa.

Método de ejecución que ataba a la víctima a una rueda de carreta, donde era golpeada hasta la muerte y luego exhibida públicamente (Imagen Ilustrativa Infobae)

Algunas versiones incluían púas en la estructura. Tras la ejecución, la rueda quedaba colgada en público, reforzando el mensaje de terror. Según History Extra, existía la creencia de que el castigo impedía la resurrección, sumando así una dimensión espiritual.

8. El tornillo de mariposa: castigo en miniatura

El tornillo de mariposa, también llamado “empulgueras”, era un diseño sencillo pero efectivo. Originado en el ejército ruso, se extendió por Europa como medio para castigar infracciones menores o forzar confesiones. Los dedos se comprimían entre dos barras metálicas, utilizándose un tornillo para aplastar los huesos de forma gradual.

Instrumento simple que comprimía los dedos entre dos piezas metálicas mediante un tornillo, causando dolor intenso sin ser letal (Imagen Ilustrativa Infobae)

Algunas variantes tenían púas para aumentar el suplicio. Aunque raramente mortal, generaba un dolor temido por su intensidad.

9. La doncella de hierro: mito moderno

La doncella de hierro resulta uno de los dispositivos de tortura más reconocidos, pero su uso en la Edad Media carece de respaldo histórico real. Hannah Skoda, citada por History Extra, señala que la primera referencia a este artefacto es de 1802.

Ataúd metálico con púas en su interior. Aunque famoso, no fue un artefacto medieval, sino una invención del siglo XIX (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según la leyenda, la víctima era encerrada en un ataúd de hierro con púas que perforaban órganos vitales y prolongaban el sufrimiento. Algunas versiones describen púas orientadas para dañar los ojos. En realidad, la doncella de hierro es un mito posterior a la Edad Media.

10. El tenedor del hereje: tormento sin muerte

El tenedor del hereje, empleado en la Inquisición española, era un tenedor de dos puntas sujetado por una correa al cuello. Un extremo quedaba bajo la barbilla y el otro contra el esternón, impidiendo hablar o dormir.

Dispositivo con dos puntas opuestas sujetas entre el esternón y la barbilla. Impedía hablar y dormir, generando sufrimiento prolongado (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cualquier movimiento provocaba dolor inmediato y profundo. El propósito no era la muerte, sino el sufrimiento prolongado, llevando a la máxima resistencia física y mental.

Balance final: mito y legado de la tortura medieval

El repaso de estos métodos muestra que la tortura medieval, aunque real y devastadora, nunca fue tan habitual ni sofisticada como se cree. History Extra recalca que varios dispositivos, como la doncella de hierro y la pera de la angustia, tienen orígenes inciertos o no corresponden a la Edad Media. Hannah Skoda insiste en que la tortura era un recurso extremo, limitado a situaciones excepcionales y controvertido en su época.

El impacto de estos métodos trasciende la historia y sigue presente en la cultura popular, impulsando relatos, películas y novelas. Muchos dispositivos, como el toro de bronce, sobrevivieron como advertencias o símbolos de poder, más que como herramientas de uso cotidiano. La información de History Extra destaca que el verdadero legado de la tortura medieval reside tanto en el miedo que provocó como en los mitos que originó, recordando que la realidad suele ser mucho más compleja que la leyenda.

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