La Cúpula de la Bomba Atómica, 80 años en pie como testimonio del horror y la esperanza

admin

Edurne Morillo

Hiroshima (Japón), 3 ago (EFE).– Con su esqueleto metálico expuesto y sus vigas retorcidas, la Cúpula de la Bomba Atómica continúa en pie 80 años después del bombardeo nuclear que arrasó Hiroshima como recordatorio del sufrimiento, pero también como símbolo de esperanza que atrae cada año a más de 1,7 millones de visitantes de todo el mundo.

Situada a solo 150 metros del hipocentro de la explosión, la estructura calcinada, aunque aún reconocible, conserva pilares desmembrados y montones de escombros que reflejan la magnitud de la devastación.

Es el único edificio cercano al epicentro que resistió parcialmente el impacto, y la ciudad decidió conservarlo tal como quedó como testimonio tangible de aquel 6 de agosto de 1945.

«La cúpula estaba en el centro de Hiroshima, rodeada de casas de madera. Por eso, cuando se construyó un edificio grande de hormigón causó mucha impresión», explicó a EFE Yasutoshi Hirotani, voluntario por la paz, durante un visita para la prensa organizada en julio por el Centro de Prensa Extranjera de Japón (FPCJ).

Para este jubilado, que guía a visitantes en el Parque de la Paz, la estructura desnuda «muestra la verdadera potencia destructiva de la bomba».

Ubicado en pleno Parque Conmemorativo de la Paz, en el corazón de Hiroshima, el edificio fue inaugurado en 1915 como Sala de Promoción Industrial de la Prefectura. El diseño fue obra del arquitecto checoslovaco Jan Letzel, y su estilo europeo, coronado por una imponente cúpula ovalada de cinco pisos, pronto lo convirtió en un emblema de la ciudad.

Durante tres décadas albergó ferias comerciales, exposiciones públicas y galerías de arte.

«Era un lugar donde se vendía arte y artesanía local. Me han contado que era donde la gente venía a relajarse y encontrarse antes de la guerra», añadió Hirotani.

Tras la destrucción de la ciudad, el edificio quedó como un vestigio solitario entre ruinas, lo que acentuó su simbolismo para la población y fortaleció el deseo de preservarlo.

Desde 1967, gracias a las aportaciones de ciudadanos japoneses y donaciones internacionales, se han llevado a cabo varios proyectos de conservación para estabilizar la estructura, evitar el deterioro y retirar escombros del río cercano.

En 1996, la UNESCO lo inscribió en la lista del Patrimonio Mundial, subrayando su valor como «símbolo descarnado y firme no solo de la fuerza más destructiva creada por el ser humano, sino también de los anhelos de paz mundial y del fin definitivo de las armas nucleares».

«En su momento hubo polémica sobre si debía mantenerse. Es un legado negativo, como Auschwitz», reflexiona Hirotani. Sin embargo, con su inscripción como Patrimonio de la Humanidad, su valor simbólico y pedagógico se ha consolidado.

Hiroshima quedó devastada el 6 de agosto de 1945 cuando el avión Enola Gay soltó sobre la ciudad la primera bomba nuclear utilizada en combate real y bautizada como «Little Boy», precipitando la rendición de Japón y el final de la II Guerra Mundial.

La bomba acabó de forma inmediata con la vida de unas 80.000 personas, cerca del 30 % de la población de la ciudad de entonces. A finales de 1945, el recuento aumentaba a unas 140.000 y en los años posteriores las víctimas por los efectos de la radiación sumaron más del doble. EFE

(foto)(vídeo)

Deja un comentario

Next Post

El Parque Natural del Alto Tajo cumple 25 años: ejemplo conservación y motor de territorio

Beatriz Retuerta Zaorejas (Guadalajara), 3 ago (EFE).- Con una superficie de más de 100.000 hectáreas, sobre todo en la provincia de Guadalajara aunque también de Cuenca, y con una totalidad de 44 municipios, el Parque Natural del Alto Tajo cumple en 2025 los 25 años de su declaración, siendo ejemplo […]

NOTICIAS RELACIONADAS

error: Content is protected !!