Este 10 de junio se cumplen 104 años del nacimiento de Felipe de Edimburgo, consorte de la reina Isabel II y figura clave de la monarquía británica durante más de siete décadas. Nacido en 1921 en la isla griega de Corfú, Felipe falleció en abril de 2021, a los 99 años, en el Castillo de Windsor, dejando un legado de servicio, carácter y un particular sentido del humor que marcó a quienes lo conocieron.
Uno de los testimonios más emotivos sobre sus últimos días llega de boca de su hijo mayor, el rey Carlos III, quien en un documental emitido por la BBC rememora su última conversación con su padre. La escena, entrañable y cargada de humanidad, ocurrió apenas unas horas antes del fallecimiento del duque. Carlos recuerda con una sonrisa cómo intentó hablarle sobre la posibilidad de celebrar sus cien años, una idea que a Felipe nunca le entusiasmó del todo.
Sabiendo que su padre padecía sordera, Carlos acostumbraba a hablarle bastante alto y le dijo: “Estamos hablando de tu cumpleaños, ¡y de si vamos a hacer una recepción!”. La respuesta de Felipe, tan mordaz como lúcida, fue inmediata: “Bueno, tengo que estar vivo para eso, ¿no?”. Carlos confiesa que no pudo evitar reírse, pues era el tipo de respuesta que solo su padre podía dar. “Sabía que dirías eso”, respondió entonces el monarca.
Más allá de la ironía y el humor ácido que siempre caracterizaron al duque, el exmarido de Diana de Gales subraya que aquella conversación fue para él un recuerdo luminoso y feliz, una despedida inesperadamente cálida que guardará siempre en la memoria.
Una promesa entre padre e hijo
El vínculo entre Felipe y Carlos no siempre fue fácil, pero en los últimos años se estrechó profundamente. Según relata la escritora y experta en temas de la realeza Katie Nicholl en su libro The New Royals: Queen Elizabeth’s Legacy and the Future of the Crown, ambos compartieron otro momento íntimo poco antes del fallecimiento del duque. En una de sus últimas visitas, Felipe pidió a su hijo una promesa conmovedora: “Hagas lo que hagas, prométeme que cuidarás de tu madre”. Carlos, visiblemente emocionado, aceptó sin dudar.
Tras la muerte de Felipe, el entonces príncipe de Gales ofreció unas breves declaraciones públicas desde su residencia de Highgrove. Conmovido, reconoció que él y toda su familia sentían un enorme vacío: “Como pueden imaginar, mi familia y yo extrañamos muchísimo a mi padre”. En esas palabras también reflejó el aprecio global hacia la figura del duque, describiéndolo como alguien “muy querido y apreciado”, no solo por su familia, sino también por personas de todo el mundo y de la Commonwealth.
Carlos subrayó que su padre probablemente se habría sorprendido por las múltiples muestras de cariño que llegaron tras su muerte. “Creo que, sobre todo, se habría sorprendido por la reacción y las cosas conmovedoras que se han dicho sobre él, y desde ese punto de vista, mi familia está profundamente agradecida por todo ello. Nos sostendrá en esta pérdida particular y en este momento tan triste”.
Sophie, la actual duquesa de Edimburgo, también comparte con la BBC unas palabras sobre los últimos momentos del marido de Isabel II. En conversación con los feligreses tras un servicio religioso, describió el fallecimiento del duque como sereno y natural. “Fue lo correcto para él. Fue tan tierno. Fue como si alguien lo tomara de la mano y se fuera. Muy, muy tranquilo, y eso es todo lo que uno desea para alguien, ¿no? Así que creo que es mucho más fácil para la persona que se va que para quienes se quedan”, expresa con emoción.