
El desarrollo y despliegue de paneles solares avanzados y baterías químicas de última generación ha comenzado a transformar la manera en la que hogares y comunidades, especialmente en regiones de Europa, el sur de Asia y el llamado Sur Global, acceden a electricidad estable y asequible. Esta evolución, impulsada por la manufactura masiva y mayor eficiencia de equipos renovables, ha sido identificada por Science como el principal motor detrás del cambio en la matriz energética global en 2025, cuando la generación limpia superó por primera vez la producción eléctrica de fuentes convencionales. Según consignó la revista Science durante su podcast semanal y replicado en diversos medios, el primer semestre de 2025 marcó el inicio de una nueva etapa al haberse igualado y luego superado el aporte energético del carbón por parte de la energía solar y eólica, satisfaciendo el incremento total de la demanda mundial de electricidad.
El medio detalló que este fenómeno ha sido posible, en gran medida, gracias al papel de China en la expansión de la capacidad renovable, tanto por sus inversiones directas en manufactura y tecnología como por su influencia en la reducción global de los costes de paneles fotovoltaicos, aerogeneradores y baterías de litio. La publicación resaltó que la producción a gran escala de estas tecnologías ha reducido su precio en los mercados internacionales, permitiendo la adopción acelerada en países de diferentes continentes. Según Science, la expansión renovable liderada por China ha actuado como un efecto multiplicador, facilitando el acceso de millones de personas en países emergentes y en desarrollo a energía segura y menos costosa que antes.
De acuerdo al análisis de la revista, la relevancia de este hito radica en que, desde la Revolución Industrial, los combustibles fósiles —carbón, petróleo y gas— habían sido la piedra angular del suministro eléctrico global, impulsando al mismo tiempo el crecimiento constante de las emisiones de dióxido de carbono y el avance del calentamiento global. Por primera vez, la contribución conjunta de dos fuentes limpias, la solar y la eólica, no solo respondió eficazmente al alza de la demanda de electricidad, sino que también desplazó a los combustibles tradicionales en la matriz global.
El informe publicado por Science enfatizó que la disminución de los precios de paneles solares, sistemas de baterías y turbinas eólicas han hecho más competitivas a las energías renovables frente a las fuentes convencionales, favoreciendo su integración incluso en naciones fuera de Asia. El acceso a tecnologías más eficientes de almacenamiento ha sido especialmente relevante para áreas que previamente tenían dificultades en integrarse al abastecimiento eléctrico regular, según expuso el medio. El impacto de este avance se refleja ya en las estadísticas vinculadas al crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero, con señales alentadoras en la contención de emisiones observada particularmente en China.
En palabras de expertos citados por Science, lo ocurrido podría interpretarse como un posible punto de quiebre en las tendencias globales sobre el cambio climático, pues la desaceleración del crecimiento de las emisiones asociadas a la producción eléctrica sería un precedente notable hacia la estabilización del clima a medio plazo. Los adelantos tecnológicos también comprenden mejoras sustanciales en la eficiencia de las células solares y en el desarrollo de baterías químicas innovadoras, capaces de soportar almacenamiento de gran volumen y ofrecer entrega bajo demanda, lo cual optimiza el funcionamiento de un sistema basado en energías intermitentes como la solar y la eólica. Según resaltó la publicación, estos cambios colocan a las energías limpias en una posición de ventaja competitiva con perspectivas de fortalecimiento en los próximos años.
A pesar de los avances registrados en 2025, Science señaló que persisten desafíos relevantes, como el uso continuo de carbón en países con infraestructuras energéticas tradicionales y sistemas industriales dependientes de combustibles fósiles. Además, el documento advirtió que el ritmo de integración de renovables se ve afectado por retrasos en la modernización de redes eléctricas, cuya capacidad limitada obstaculiza la incorporación plena de nuevas instalaciones solares y eólicas. En el caso de Estados Unidos, la revista reconoció la existencia de obstáculos políticos que retrasan inversiones y la puesta en vigencia de normativas para reemplazar los combustibles fósiles, lo que ralentiza el proceso de transición.
Science identificó, entre las principales restricciones, el rezago en el desarrollo y renovación de las infraestructuras de transmisión eléctrica y la presencia de trabas regulatorias y legislativas en diversas economías. Estos factores tienen un efecto sobre la rapidez y la escala con que los países pueden progresar en el reemplazo de fuentes fósiles por renovables, limitando aún el alcance de esta transformación. No obstante, durante los primeros seis meses de 2025, la señal observada, según puntualizó Science, es una aceleración en el traslado hacia una matriz energética más limpia a escala global, superando las previsiones anteriores de analistas.
La revista reportó que las energías solar y eólica se posicionaron como soluciones energéticas preferidas por razones económicas y de viabilidad técnica, ante el contexto de necesidades energéticas actuales y futuras. Este avance está generando un reordenamiento estructural tanto en la economía mundial como en la lucha ante el cambio climático. La publicación proyectó que los próximos años resultarán cruciales para consolidar la transición en curso, pues el liderazgo de China y la diseminación internacional de nuevas tecnologías resultarán determinantes en la conformación de una matriz energética predominantemente limpia en grandes regiones del planeta.
