Las enfermedades hepáticas hacen parte de la realidad actual, pero si se dejan avanzar o no se someten a revisión, se pueden convertir en un asunto grave. El cáncer de hígado es una afección silenciosa, es decir, muchas veces crece o se propaga sin dar aviso o provocar dolores. Un estudio de la OMS en 2021 determinó que en el mundo hay más de 900 mil pacientes con este tipo de padecimiento.
En Argentina, este cáncer es un diagnóstico muy frecuente. Tanto así, que incluso hay jornadas en las que se pueden detectar hasta 6 casos diarios. Por ello, resulta tan importante darle visibilidad o saber cómo atenderlo.
Según el portal ‘Faro de Vigo’, el cáncer hepático se desarrolla en pacientes que ya padecían una enfermedad crónica por el exceso de hierro en el cuerpo o por algún daño en el hígado producto del consumo excesivo de alcohol.
Además, los portales médicos resaltan que las afecciones como la hepatitis viral o las enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes, también podrían incrementar la posibilidad de que se desarrolle una mutación en el ADN de las células hepáticas.
Para evitar la aparición o la progresión de un tumor maligno en este órgano, el médico Antonio Guerrero, ponente en el 84º Congreso de la Sociedad Española de Patología Digestiva, recomendó a sus colegas identificar cuáles son los pacientes que pueden tener una enfermedad hepática crónica “para incluirlos en programas de cribado y realizarles ecografías cada 6 meses”.
De esta manera, según Guerrero, es posible “detectar precozmente el desarrollo de hepatocarcinoma”. Lo anterior, facilita una atención temprana, más opciones de tratamientos curativos, pero sobre todo “un mejor pronóstico”, de acuerdo con lo expuesto.
Teniendo en cuenta la intervención del experto antes citado, la progresión del tumor no es lo que tiene mayor impacto en el pronóstico de un paciente. En este sentido, resulta importante reconocer la descompensación de la enfermedad hepática como un detonante para futuras complicaciones.
¿Qué se puede hacer para tratar el hepatocarcinoma?
En caso de que sea detectado en una etapa temprana, las opciones más viables para contrarrestar la enfermedad son la cirugía o la ablación, es decir, hacer extirpación o destrucción local del tumor.
Dependiendo de la complejidad del asunto, también podría resultar útil aplicar un tratamiento intraarterial, o sea administrar quimioterapia o radioterapia por la rama arterial que nutre al tumor.
Cuando se atraviese por una situación muy avanzada, es decir, una complicación que esté perjudicando la calidad de vida o el desenvolvimiento natural del ser humano, el doctor Guerrero recomienda recurrir al tratamiento sistémico.
Con dicha modalidad, se refiere a hacer combinaciones basadas en inmunoterapia por vía intravenosa. Esta administración permitiría “actuar tanto a nivel hepático como extrahepático”, afirmó el experto.
Por Mariana Sierra Escobar