La ex primera ministra de Tailandia Paetongtarn Shinawatra, que fue destituida en agosto por el Tribunal Constitucional por la crisis desatada con el Ejército a raíz del conflicto con Camboya, ha presentado este miércoles su dimisión como líder del partido Pheu Thai, uno de los más importantes del país, para «salvarlo».
La propia Shinawatra, que ha indicado que su intención es «iniciar el proceso de reestructuración» de la formación, ha señalado que la realidad global es «frágil, compleja e impredecible». «Tailandia se encuentra en medio de un periodo de transición importante de cara a las próximas elecciones. Por lo tanto, el principal partido político necesita renovarse, transformarse y revitalizarse por completo», ha afirmado.
«Esto se aplicará a su estructura, sus procesos internos, con la vista puesta en lograr la victoria en los comicios. Creo que la transformación del Pheu Thai debe comenzar cuanto antes. Por eso, he decidido dimitir como líder del partido para permitir que este se reorganice de forma independiente y cree un partido nuevo y completo», ha puntualizado, según un comunicado.
No obstante, ha asegurado que a pesar de su renuncia, seguirá siendo «miembro del partido y jefa de la familia Pheu Thai», por lo que «estará presente en las reuniones para construir una nueva formación que esté del lado del pueblo y trabaje firmemente para el país».
Por su parte, el encargado de organizar las elecciones internas dentro del partido, Suriya Jungrungreangkit, ha descartado que el próximo líder forme parte de la familia Shinawatra, según informaciones recogidas por el diario ‘Bangkok Post’.
Suriha ha matizado que si bien la formación tiene fuertes lazos con la citada familia dado que Thaksin Shinawatra fue su fundador, «las cosas cambian». «Tengo entendido que el partido optará por una persona que no esté relacionada con la familia», ha añadido.
La popularidad de la formación se ha visto gravemente afectada durante el gobierno de Shinawatra, que mantuvo una controvertida llamada con el ex primer ministro y presidente del Parlamento camboyano, Hun Sen, en la que criticó las acciones del Ejército tailandés en el marco del conflicto abierto entre ambos países el pasado mes de junio.
Posteriormente, la Justicia de Tailandia destituyó a la entonces primera ministra por considerar que había incurrido en una violación de los códigos éticos del país durante dicha conversación telefónica, en la que parecía dar la razón a Hun Sen a pesar de las tensiones históricas entre las partes.