“Jorge de la Vega expone canciones”, decía la invitación de la galería Bonino en octubre de 1968, cuando el artista cantó por primera vez en público para presentar su disco El gusanito en persona. Dos años más tarde realizó en Carmen Waugh su Exposición-Concert con tres shows por semana para acompañar la obra Rompecabezas. Ese proyecto estaba destinado a presentarse así, con su propia “banda de sonido”, en la Bienal de San Pablo de 1969. Pero un artículo cuestionó su participación en aquella edición, realizada en plena dictadura militar, decidió abstenerse.
El hombre que había integrado la Nueva Figuración y que hoy es uno de los más cotizados del arte argentino por sus imágenes pop murió en 1971 de un infarto, a los 41 años. Dejó un legado que ocupa un lugar central en el documental Otras formas: artistas visuales que hacen música, estrenado en la 26ª edición del Bafici, que se proyectará desde este jueves en el Malba. Dirigido por Florencia Hana Ciliberti, se centra en el fértil cruce entre ambas disciplinas en la escena rioplatense. Una intersección, según ella, “tan potente como poco reconocida”.
Parte de la historia de De la Vega es contada allí por Ramón, nacido tres meses después de la muerte de su padre. Sólo conoció su voz, a través de las canciones que le cantaba mientras estaba en la panza de su madre. Ya convertido en músico, medio siglo más tarde, reeditó a modo de homenaje El gusanito en persona. Por primera vez interpretó sus canciones, junto a Marikena Monti, durante la presentación en el Museo Nacional de Bellas Artes. Y en 2022 lanzó Más allá del tiempo, con temas inéditos que Jorge estaba preparando para su segundo disco, El viejo de la galera.
Ambos discos fueron editados por Otras formas, sello también creado por Ciliberti con foco en artistas visuales que también son músicos. Ella misma comparte ambas pasiones. En 2016 lanzó un disco compilado que lleva el mismo título que el documental, y en 2023 llevó esa investigación al formato libro. “Otras Formas vino a ocupar un espacio vacante y necesario, en un contexto donde cada vez más artistas visuales en la Argentina también incursionan en la música”, dijo Ramón De la Vega a LA NACION.
“Es una trilogía”, explicó por su parte Ciliberti, en referencia a las versiones que abarca su proyecto. “En el mundo del arte me vieron siempre como un como un bicho raro. Porque si ponía en mi currículum que tenía discos y premios de música, tal vez se veía en desmedro del compromiso con mi trabajo en el taller, que tuve toda mi vida”, agregó la artista-música, que después de la pandemia decidió dejar los pinceles y dedicarse a crear esculturas sonoras, en las cuales un sistema a manivela activa sus canciones.
Así como Xul Solar creó su propio teclado de piano, a algo similar se dedica uno de los artistas entrevistados en su documental: el chaqueño Juan Sorrentino fabrica piezas musicales llamadas “mancuspias” -como las que exhibirá desde mañana en la galería Herlitzka & Co.- y produce instalaciones sonoras. En 2022 sorprendió en Fundación Andreani con la obra titulada A 8′ 18″ del sol, y ahora participa de Bienalsur con otra exhibida en el Museo Fernández Blanco, en la muestra colectiva Persistencias. Con su banda El Pastiche tocó durante la Noche de los Museos de 2022 en el Museo Moderno.
En esta última institución se presentó en mayo una versión audiovisual de El gusanito en persona, transformado en una ópera contemporánea protagonizada por la cantante y performer Daiana Rose. La dirección y puesta en escena estuvo a cargo de Lolo y Lauti y la dirección musical fue de Ciliberti, como parte del nuevo ciclo titulado Exposiciones en cartel. En el marco del programa anual Arte es teatro, el auditorio se transforma en un espacio híbrido: escenario y sala de exhibición a la vez.
El curador de programas públicos como esta edición especial -que incluyen otras intervenciones sonoras y playlists para acompañar las muestras- es Fernando García, otro referente en el cruce entre la música y las artes visuales. Hace una década impulsó un ciclo que recuperaba en el Malba la obra musical de Jorge de la Vega con músicos invitados, como Francisco Garamona y el grupo Rosal. Tuvo otros similares a su cargo en el CCK y en Colección Amalita, y sueña con que el arte sonoro tenga su propio departamento en los museos. Su “faro” es el laboratorio de música del Instituto Torcuato Di Tella, hacia donde parece dirigirse también el centro cultural ArtHaus.
En la terraza de ese espacio interdisciplinario del microcentro se realizó en mayo una performance inmersiva a cargo de un filósofo, una curadora y el artista Matías Duville, que integra una banda con su hermano: Centolla Society. Es otro de los entrevistados por Ciliberti en su documental, entre un amplio repertorio conformado por Juan Becú, Aldredo Prior, Dani Umpi, Ana Gallardo, Magdalena Jitirk, Nicolás Bacal, Fátima Pecci Carou y muchos más.
Allí habla también Roberto Jacoby, que escribió casi cuarenta canciones para el grupo Virus y llegó a convertirse en cantautor con discos propios. El primero de ellos, Golosina caníbal (2018), fue editado por Otras Formas. También Eduardo Costa, que vivía en Nueva York en la década de 1980 cuando recibió una propuesta de su amigo Federico Moura. “Quiero que escribas una letra para Virus”, le pidió el líder de una de las bandas más influyentes de la historia del rock argentino. “¿Sobre alguna cuestión en particular?”, quiso saber el artista. “Sobre la masturbación”, fue la respuesta. Así nació la famosa canción titulada “Luna de miel en la mano”, cuyo título se inspira en Ulises, obra maestra de James Joyce.
Otro lugar destacado ocupa en el film el polifacético Federico Manuel Peralta Ramos, que grabó en 1970 un disco con dos canciones: Soy un pedazo de atmósfera y Tengo un algo adentro que se llama el coso. La película lo muestra por ejemplo en diálogo con Tato Bores, en una de sus intervenciones televisivas. “Hay una generación de gente joven que no me conoce –solía decir-. Por eso ahora me dedico al rock”.
Para agendar:
Otras formas: artistas visuales que hacen música en el Malba. Estreno: jueves 31 de julio a las 19. Funciones los viernes de agosto, con entradas a la venta en malba.org.ar.