Cada año, la prestigiosa firma estadounidense Quinn Emanuel lleva a cabo una tradición poco común para un bufete de abogados: organizar caminatas extremas con cientos de empleados en distintos rincones del mundo. Este 2025, más de 250 trabajadores llegaron a Cusco para desafiar la altura y el frío de los Andes, en una travesía que no solo busca fortalecer el trabajo en equipo, sino también poner a prueba la resistencia física y mental de sus participantes.
El evento es parte de un ritual corporativo que combina aventura y compañerismo. Los abogados tuvieron que elegir entre dos rutas: una exigente caminata de 18 millas por el paso de Salkantay, que alcanza los 4.600 metros de altitud, o una versión más corta de 8,5 millas que no deja de ser intensa, llegando hasta los 4.200 metros. “Es intenso”, comenta Tigran Guledjian, socio de la firma y codirector del área de litigios de propiedad intelectual. “Cargas tu propia mochila con tienda, saco de dormir y comida. Eres responsable de ti mismo, no hay nadie que lo haga por ti, salvo tus colegas”.
Una tradición que nació en EE.UU. y conquistó los Andes
La historia de estas caminatas comenzó en 1993, cuando John B. Quinn, fundador de la firma y triatleta apasionado, decidió llevar a 15 analistas legales a una expedición por el Coyote Gulch en Utah. Desde entonces, salvo una pausa durante la pandemia, el evento se ha realizado todos los años y ha crecido en magnitud, llegando a destinos icónicos como la ruta Faulhornweg en Suiza, el Monte Fuji en Japón o el Monte Olimpo en Grecia.
“Estos no son paseos fáciles”, asegura Stephen Wood, socio gerente de la oficina en Salt Lake City. “Tenemos desde atletas universitarios que hacen Ironman por diversión, hasta personas que nunca han acampado en su vida”. Para la empresa, el objetivo es claro: reproducir el estrés de un juicio real y enseñar a sus equipos a apoyarse mutuamente. “Hay paralelismos entre superar una situación difícil y lo que pasa durante un litigio”, explica Guledjian.
La logística también es exigente. Aunque el viaje no es obligatorio, una cuarta parte de la plantilla participa cada año, asumiendo gastos de alrededor de 1.000 dólares para cubrir equipo o días extra, mientras que la firma cubre el resto de los costos. Los analistas que solo están durante el verano son invitados sin pagar nada.
Los imprevistos no faltan. En 2024, durante una expedición en Armenia, una tormenta eléctrica sorprendió al grupo en plena montaña y tuvieron que ser rescatados por lugareños. Además, para evitar errores de principiantes —como llevar frascos de salsa o cubiertos de plástico—, los organizadores entregan una lista de equipo recomendada basada en más de 30 años de experiencia. Entre las travesías más desafiantes destaca un recorrido en Islandia de 50 millas en tres días, con una jornada de 25 millas en un solo día.
“Siempre hay un grupo de personas que están al límite, pero al final son quienes viven la experiencia más gratificante, porque no quedan atrás, siempre están acompañados y terminan formando amistades que duran mucho tiempo”, concluye Guledjian.
Salkantay Trek: una ruta desafiante hacia Machu Picchu
El Salkantay Trek es una de las rutas más impresionantes y exigentes para llegar a Machu Picchu, una alternativa al clásico Camino Inca. Inicia en Mollepata, a tres horas de Cusco, y atraviesa paisajes de alta montaña, lagunas glaciares y bosques nubosos. El punto más alto de la travesía es el Paso de Salkantay, ubicado a 4.630 metros de altitud, desde donde se contempla el imponente nevado Salkantay. El trayecto continúa hacia zonas más bajas del Valle Sagrado, combinando naturaleza virgen con la historia y cultura de los Andes.
A diferencia del Camino Inca, este recorrido no requiere un permiso especial para transitarlo, aunque la entrada a Machu Picchu sí está incluida en la mayoría de los paquetes guiados. Las caminatas suelen durar entre 4 y 5 días, con distancias diarias de 12 a 20 kilómetros y ascensos que pueden superar los 1.000 metros.
El segundo día es considerado el más desafiante por el ascenso al Paso Salkantay, pero también es el más gratificante por las vistas panorámicas y el cambio de paisajes. Entre los puntos más destacados de la ruta están la Laguna Humantay, el bosque nuboso de Collpapampa y el mirador inca de Llaqtapata, desde donde se obtiene una primera vista de Machu Picchu.