La fiscal general de Israel, Gali Baharav-Miara, se ha negado este lunes a acudir a la vista convocada por una comisión ministerial para tratar su posible cese al describir el procedimiento como una «farsa» orquestada por su gran rival, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
«Es un farsa y su resultado ya está predeterminado», ha lamentado la fiscal general antes de avisar que su cese podría representar un «duro golpe al Estado de Derecho y a la democracia» en Israel.
Baharav-Miara lleva años enfrentada contra Netanyahu desde incluso antes del actual conflicto en Gaza, como demostró la enorme polémica generada por la reforma judicial que intentó impulsar el Gobierno israelí y que la fiscal general declaró como un atentado contra la separación de poderes.
La fiscal, en su misiva recogida por el ‘Times of Israel’, ha insistido que solo ha hecho su trabajo al contraatacar numerosas decisiones del Gobierno profundamente cuestionadas, al bloquear acciones gubernamentales ilegales, ordenar investigaciones o acusaciones contra miembros de la coalición y negarse a detener procedimientos penales en curso que involucren a un ministro en funciones.
En marzo, el Gobierno puso en marcha el proceso de destitución de la fiscal general de acuerdo con un sistema establecido en el año 2000. Sin embargo, tres meses después, al fracasar en un primer esfuerzo, el consejo de ministros de Israel aprobó una resolución que establecía un nuevo comité ministerial de cinco miembros que podría iniciar el proceso, encabezado por el ministro de Asuntos de la Diáspora, Amichai Chikli.
El juez del Tribunal Superior, Noam Sohlberg, desestimó ayer una petición de activistas antigubernamentales y grupos de la sociedad civil para impedir que el comité ministerial se reuniera para la audiencia de destitución, citando como motivo cuestiones de procedimiento al recordar que la comisión mencionada todavía no ha efectuado recomendación alguna al respecto.
La fiscal, en cualquier caso, parece contar con el apoyo incondicional del presidente del país, Isaac Herzog, quien ha denunciado el proceso para el cese de Baharav-Miara como «un caos absoluto, y una montaña rusa que ha perdido los frenos».
«Todos se atacan entre sí. Todos culpan a todos. Todos atacan a todos», ha afirmado en un vídeo publicado este lunes, en el que ha descrito «una situación increíblemente peligrosa para el país».
«Gali Baharav-Miara ha tomado decisiones muy valientes en tiempos de guerra, ha brindado pleno apoyo al gobierno, al gabinete, al ejército y a los servicios de seguridad, con valentía e integridad», ha asegurado antes de destacar su rol en el sistema israelí «tan delicado en una democracia que cada paso debe ser medido y considerado mil veces antes de tomarlo, afirma.