La Flotilla no ha conseguido llegar a Gaza, pero tampoco ha fracasado: la intercepción de los activistas desata protestas multitudinarias en todo el mundo

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A demonstrator holds a flower as people protest after some of the vessels, including Portuguese citizens onboard, from the Global Sumud Flotilla, were intercepted by Israeli forces en route to Gaza, in Lisbon, Portugal, October 2, 2025. REUTERS/Pedro Rocha

El 31 de agosto, la Global Sumud Flotilla partía desde Barcelona camino de la Franja de Gaza con el objetivo de “romper el bloqueo ilegal” israelí sobre Palestina y entregar ayuda humanitaria a la población civil. Casi medio centenar de embarcaciones con alrededor de 500 activistas de 48 países han surcado el Mediterráneo durante más de un mes. Entre ellos, la activista sueca Greta Thunberg – que ya había realizado una travesía similar a principios de verano a bordo del Madleen – y alrededor de medio centenar de ciudadanos españoles que han sido detenidos en aguas internacionales – lo que podría considerarse una violación del Artículo 92(2) de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar – por parte de las FDI.

A lo largo de su travesía, varias embarcaciones de la Flotilla reportaron repetidos ataques y actos intimidatorios por parte del ejército israelí, lo que culminó con el envío de dos fragatas de la Armada italiana – aunque abandonaron pronto y trataron de convencer a los activistas de entregar la ayuda humanitaria en Creta en lugar de avanzar a Gaza, propuesta que los tripulantes rechazaron -, del buque de acción marítima ‘Furor’ por parte del Ejército español, y tres drones de larga duración por parte de Turquía que han sobrevolado el convoy marítimo durante varios días. Ninguno de los barcos militares continúa ahora acompañando a la Flotilla, aunque el ‘Furor’ se mantiene al borde de la zona de exclusión marcada por las autoridades israelíes y permanecerá allí hasta que se normalice la situación.

La intercepción de la Flotilla: dos días de tensión en aguas internacionales

Entre la noche del martes 30 de septiembre y la madrugada del miércoles 1 de octubre, la Flotilla atravesó la marca de las 150 millas náuticas hasta Gaza, punto considerado “de riesgo” por ser la distancia a la que las FDI han interceptado embarcaciones humanitarias previas como el Madleen o el Handala. Las FDI no tardaron en hacer acto de presencia: a lo largo de la madrugada del miércoles, la organización informó a través de su canal de Telegram sobre una “actividad de drones en aumento sobre la Flotilla” y, más entrada la noche, sobre “embarcaciones no identificadas” que “se aproximaron a varios barcos de la Flotilla, algunas con sus luces apagadas. Los participantes aplicaron los protocolos de seguridad en preparación para una intervención”. Poco antes de las 04.00 (hora española) del miércoles, sin embargo, las embarcaciones “se alejaron de la flotilla”, por lo que, según informaron en directo a través de Instagram, redujeron “el nivel de alerta”, añadiendo que “no es probable” que la Armada israelí volviese a realizar una aproximación durante la noche. “Continuamos navegando hacia Gaza”, cerca ya de la línea de 120 millas náuticas hasta la Franja. Con las primeras luces del día, todas las embarcaciones continuaban navegando a pesar de la cercanía de las tropas israelíes.

Alrededor de las 20.00 horas del miércoles, el Ejército israelí comenzó a interceptar embarcaciones, aún en aguas internacionales, tras advertir a la tripulación de que debía detener su marcha por estar cerca de entrar en una “zona de conflicto activo”, responsabilizando a los activistas de cualquier consecuencia de continuar con la misión. La Flotilla había avisado, minutos antes, de la detección de decenas de embarcaciones “no identificadas” a pocas millas náuticas.

Menos de una hora más tarde, las FDI habían interceptado ya tres barcos: el ‘Sirius’, el ‘Alma’, y el ‘Adara’, los tres más grandes y mediáticos. Quedaban así detenidas Greta Thunberg, quien viajaba a bordo del ‘Alma’ y Ada Colau, que se encontraba sobre el ‘Sirius’. Más entrada la noche trascendió, tras la publicación de mensajes pregrabados en sus cuentas de X correspondientes, la detención de Lucía Muñoz Dalda, concejal de Podemos Illes Balears en el ayuntamiento de Palma; y de Serigne Mbayé, secretario antirracismo de Podemos. A bordo del Adara viajaban la diputada argentina Celeste Fierro y Pilar Castillejo, de la CUP. Todos los detenidos eran subidos a un barco más grande que les llevaría al puerto de Ashdod para proceder a su procesamiento. El Ministerio de Exteriores israelí aseguraba poco después y a través de su cuenta en X que la detención se había realizado “de forma segura”. “Sus pasajeros están siendo trasladados a un puerto israelí”, afirmaban, agregando también que “Greta (Thunberg) y sus amigos están sanos y salvos”.

Entrada ya la madrugada del jueves, eran nueve los barcos interceptados, según el rastreador en vivo de la Flotilla: Adara, Alma, Aurora, Dir Yassine, Grande Blu, Huga, Sirius, Spectre, y Yulara, todos ellos bajo control de las FDI. El resto, sin embargo, al menos 33 embarcaciones, continuaban su marcha hacia Gaza, haciendo caso omiso de la presencia de las tropas israelíes. Los tripulantes relataban en directo como, a su parecer, la Armada israelí estaba utilizando personal o material insuficiente como para lograr mantener el control sobre las embarcaciones restantes, situación que aprovechaban para continuar avanzando. A las 02.00 horas de la madrugada del jueves, los más de 30 barcos no interceptados se encontraban a apenas 60 millas náuticas (unos 110 kilómetros) de la Franja de Gaza, pero entre ellos y su objetivo esperaban, en el horizonte y detenidos sobre las aguas, varios barcos militares israelíes. Ninguna de las iniciativas humanitarias previas logró llegar tan cerca: el Handala solo pudo alcanzar la marca de las 70 millas náuticas antes de ser interceptado por las FDI el 26 de julio de este año; y el Madleen, un mes antes, se quedó en las 110.

Entre las tres y las cuatro de la mañana, el ejército israelí interceptó también al Ohwayla y, poco después, al Seulle. Pocos minutos antes de las 06.00 de la mañana, con las primeras luces del día, las FDI abordaron también el ‘All In’, mientras advertían a los tripulantes que si seguían sus instrucciones, “todo iría pacíficamente”. También a lo largo de la noche fueron interceptados el Otaria, el Morgana, y el Hio, sumando así un total de catorce embarcaciones detenidas ilegalmente en aguas internacionales.

Las tropas israelíes embistieron “deliberadamente” una de las embarcaciones durante las operaciones de interceptación llevadas a cabo este miércoles mientras se aproximaban al enclave palestino, sin dejar heridos. “Las fuerzas de ocupación israelíes están utilizando una agresión activa contra la Global Sumud Flotilla. El buque ‘Florida’ ha sido embestido deliberadamente en el mar. El ‘Yulara’, el ‘Meteque’ y otros han sido atacados con cañones de agua”, reza un comunicado publicado en el canal de Telegram de la iniciativa. “Todos los pasajeros a bordo están ilesos”, han trasladado, pero no sin hacer hincapié en que “estos ataques ilegales contra buques humanitarios desarmados constituyen un crimen de guerra”.

A las 8 de la mañana del jueves, la mitad de la flotilla continuaba avanzando hacia las aguas territoriales de Gaza. El Mikeno, embarcación de insignia griega capitaneado por el turco Mohammad Kuchuktigin, logró esquivar a la Armada israelí, según algunos reportes, y miembros de la tripulación de otros barcos afirmaron haber recibido un mensaje de radio del capitán en el que declaraba: “Vemos tierra”. Ramazan Tunç, un miembro de la delegación turca de la flotilla, afirmaba en Anadolu que el Mikeno había logrado entrar en las aguas territoriales de Gaza, lo que supondría la primera vez en 16 años que un barco no autorizado atraviesa el bloqueo naval impuesto por las fuerzas israelíes. El único barco del casi medio centenar que componía la flotilla en cumplir su misión expresa de “romper el bloqueo ilegal”. Ancló, sin embargo, frente a la costa de Gaza, a unas 9 millas náuticas – unos 16 kilómetros -, sin llegar a tocar tierra, volver a emitir señal GPS ni establecer contacto con los organizadores desde las 8.21 de la mañana, por lo que lo más probable es que fuese interceptado también, si bien en aguas territoriales de Gaza.

Al mediodía del jueves, el Gobierno de Netanyahu daba por terminada lo que describió como “provocación de Hamás-Sumud”. A falta del Mariette, que de acuerdo con el rastreador en vivo de la Flotilla continúa navegando todavía, las FDI habían interceptado todos los barcos. Desmentían también el éxito del Mikeno, afirmando que ningún barco “ha logrado entrar en una zona de combate activa ni romper el bloqueo naval legal”.

A las pocas horas llegaban los primeros barcos, remolcados, al puerto israelí de Ashdod. Alrededor de las 21.00, las autoridades israelíes ya tenían en su custodia a más de 400 integrantes de la flotilla, entre ellos alrededor de medio centenar de españoles, todos ellos capturados en aguas internacionales. Se espera que sean deportados a Londres y Madrid en los próximos días. En un comunicado, la policía ha advertido de que “la operación continúa y se prolongará durante la noche del jueves hasta que se procese al último barco de la flotilla”, el Marinette, que se encuentra ya a menos de 77 millas náuticas de Gaza.

La Gran Vía de Madrid tras la intercepción de la Global Sumud Flotilla (REUTERS/Juan Medina)

La intercepción de la Flotilla desata una oleada de manifestaciones en todo el mundo

Lo más probable es que los organizadores de la Flotilla supiesen en todo momento y desde un principio que su objetivo de entrar en Gaza era inalcanzable. El trato de las fuerzas israelíes a misiones humanitarias previas dejaba claro que, en el mejor de los casos, todos los barcos serían interceptados y sus tripulantes deportados cuanto antes; y en el peor de los casos, recibidos con fuerza letal, como la tripulación turca del Mavi Marmara.

La primera vez – y la última desde entonces hasta, presuntamente, el Mikeno – que se rompió el bloqueo naval israelí, impuesto en 2007, fue un año después, en 2008, cuando – según Al Jazeera – dos barcos del Movimiento Gaza Libre lograron alcanzar las costas de Gaza. En 2010, sin embargo, las autoridades israelíes endurecieron sus políticas de seguridad, y todas las flotillas posteriores fueron interceptadas o atacadas antes de acercarse a las aguas palestinas.

El 31 de mayo de 2010, comandos israelíes abordaron el barco turco Mavi Marmara en aguas internacionales. El buque formaba parte de la Flotilla de la Libertad y llevaba más de 600 pasajeros a bordo. Los comandos israelíes mataron 10 activistas e hirieron a decenas, desatando una crisis diplomática sin precedentes. Seguramente fuese este suceso lo que ha llevado a las Flotillas posteriores a establecer unos protocolos de seguridad claros: más allá de retransmitir en vivo su travesía, los tripulantes tenían instrucciones de, ante la presencia de un buque de las FDI, sentarse sobre la cubierta con los chalecos salvavidas y alzar las manos, mostrando las palmas.

La Flotilla no ha conseguido llegar a Gaza, pero su intercepción en aguas internacionales ha sido retransmitida en vivo. A pesar de que no suponer una amenaza, de no haber acusación alguna de delitos graves y de no navegar bajo la insignia israelí, las FDI interceptaron los barcos y arrestaron a sus tripulantes: esto podría considerarse una violación del Artículo 92(2) de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, ya que no es una situación tipificada como excepcional, por lo que Israel no tendría jurisdicción alguna ni sobre las embarcaciones ni sus tripulantes. La legalidad de la detención dependería entonces de la legalidad del bloqueo naval, la cual es, cuanto menos, controvertida y objeto de debate en el foro público internacional.

Debido a esto, la Fiscalía General del Estado ha ordenado recopilar información sobre cómo se produjo la interceptación, incluyendo la acción del gobierno encabezado por Benjamin Netanyahu contra la flotilla dentro de la investigación abierta por el Ministerio Público sobre “los crímenes” de Israel en Gaza.

Según precisa la nota de prensa publicada este jueves, la Fiscalía adopta esta medida “en el marco de las diligencias de investigación que se abrieron el pasado 18 de septiembre con el fin de preservar fuentes de prueba y cooperar con los tribunales internacionales en sus procedimientos sobre las posibles violaciones del Derecho Internacional de los Derechos Humanos perpetradas por el Ejército del Estado de Israel en Gaza”.

Al poco de la intercepción de las primeras embarcaciones – el Alma, Adara y Sirius -, las calles de varias ciudades de países de todo el mundo se empezaron a llenar de manifestantes espontáneos. Decenas de miles en Italia, otros tantos en Alemania, en Grecia, en España, Uruguay, Brasil, Colombia, México, Argentina, Mauritania, Bélgica, Suecia, Túnez, Australia, Inglaterra, Francia, Malasia… en España, sobre las 21 horas del jueves, miles de personas llenaban las calles de Madrid, Barcelona, Palma, Salamanca, Logroño, Valencia, Pamplona, Santander, Bilbao… en apoyo a la Flotilla y condena del “genocidio” (considerado ya tal por la ONU).

Diez mil personas marcharon por Roma en apoyo a la Flotilla. Cientos más bloquearon el tráfico en la Piazza dei Cinquecento, mientras que en Milán, grandes multitudes paralizaron estaciones de tren y detuvieron la circulación ferroviaria como parte de las protestas convocadas a nivel nacional. Los organizadores estimaron que alrededor de 1.000 personas marcharían hacia la Piazza Barberini. Los sindicatos italianos USB y CGIL confirmaron una convocatoria de huelga nacional, y los trabajadores portuarios cumplieron su compromiso de bloqueo en respuesta a la interceptación de la flotilla.

Cientos de personas también se concentraron ante el consulado estadounidense en Estambul, coreando consignas, rezando por los palestinos y denunciando lo que llamaron genocidio. En Berlín, manifestantes se reunieron en la Estación Central, y en Bruselas, la marcha se desplazó desde la Place de la Bourse hasta el Ministerio de Asuntos Exteriores belga.

En Londres, miles de personas marcharon hasta la residencia del primer ministro, coreando consignas en su contra. La capital tunecina también registró una movilización masiva, mientras que Nuakchot, en Mauritania, acogió manifestaciones de rechazo al asalto contra la flotilla. En Sídney, una protesta espontánea tuvo lugar frente al Ayuntamiento en apoyo a la Global Sumud Flotilla, donde los participantes expresaron solidaridad y corearon “del río al mar”, consigna que resonó en toda la concentración.

En ciudades latinoamericanas se vivieron movilizaciones paralelas. Los medios locales en Buenos Aires informaron que cientos de personas se manifestaron en contra de lo que calificaron como “un asalto de las fuerzas de ocupación israelí” y exigieron el fin del genocidio en Gaza. En Ciudad de México, Reuters captó imágenes de manifestantes frente a la Secretaría de Relaciones Exteriores, quienes reclamaban la liberación de siete mexicanos detenidos durante la intervención contra la flotilla.

En Colombia, manifestantes se congregaron ante la sede de la ANDI (Asociación Nacional de Empresarios) después de que el Movimiento Mundial por Gaza acusara a la asociación de tener vínculos con la misión económica de Israel, una acusación que la entidad negó en un comunicado. Las protestas también se extendieron por Bogotá, Montevideo y varias ciudades argentinas. Los manifestantes en la capital de Uruguay pidieron el encarcelamiento del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

El 'Conscience' continúa navegando a Gaza con 95 tripulantes a bordo, siete de ellos españoles, entre los que figura Jimena González, diputada de Más Madrid (REUTERS/Darrin Zammit Lupi)

La Flotilla de la Libertad sigue rumbo a Gaza

Nueve naves conforman una nueva flotilla que, desde el pasado fin de semana, navega rumbo hacia la Franja de Gaza con el mismo objetivo: romper el bloqueo israelí. Está formada por ocho veleros del colectivo ‘Thousand Madleens to Gaza’ que partieron desde Catania y el Conscience la Flotilla de la Libertad, que partió de Otranto con 92 tripulantes, siete de ellos españoles, entre los que figura Jimena González, diputada de Más Madrid en la Asamblea de Madrid.

Este nuevo convoy se encuentra actualmente navegando a la altura de la isla de Creta: el Abd Elkarim Eid, Alaa Al-Najjar, Anas Al Sharif (en honor al periodista palestino asesinado en agosto), Conscience, Gaza Sunbird, Leïla Khaled, Milad, Umm Saad y el Soul of My Soul continuarán navegando. “Pedimos un corredor seguro para todas las embarcaciones que desafían y se enfrentan a los crímenes de guerra de Israel mientras nuestros Gobiernos lo permiten», ha señalado la Flotilla de la Libertad. También ha anunciado el envío de un barco “en defensa de la libertad de prensa” en el que viajan periodistas y profesionales sanitarios “para mostrar solidaridad con los trabajadores de los medios de comunicación palestinos, los periodistas y los médicos que siguen informando y ofreciendo servicios de cuidado” a pesar del “violento desmantelamiento sistemático de la atención médica de Gaza por la ocupación israelí”.

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