TEL AVIV.- En medio de la creciente hambruna en la Franja de Gaza, un ministro del gobierno israelí declaró el jueves que Israel no tenía la obligación de aliviar el hambre en el territorio y que el objetivo es expulsar a la población gazatí.
“Toda Gaza será judía… el gobierno está presionando para que Gaza sea destruida. Gracias a Dios, estamos erradicando este mal. Estamos expulsando a la población que se educadó con Mi Lucha [el libro antisemita de Adolf Hitler]”, declaró el ministro israelí ultranacionalista y de extrema derecha Amihai Ben-Eliyahu.
En una entrevista radial, el ministro que preside el Ministerio de Patrimonio de Israel dijo que “ninguna nación alimenta a sus enemigos”, y añadió que “ni los británicos alimentaron a los nazis, ni los estadounidenses a los japoneses, ni los rusos alimentan ahora a los ucranianos”.
La oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu se negó a comentar si las declaraciones de Eliyahu representaban la postura oficial del gobierno.
Un oficial militar israelí, que habló bajo condición de anonimato para poder comentar sobre el liderazgo político de Israel, afirmó que las declaraciones de Eliyahu no reflejaban la política militar.
Desde su cargo ministerial, Eliyahu supervisa sitios e instituciones históricas y arqueológicas en Israel y no tiene autoridad sobre el ejército israelí. Tampoco participa en las reuniones de un pequeño grupo de ministros que supervisan las decisiones de seguridad. Su oficina no respondió a las solicitudes de aclaración.
Repudio
Los comentarios de Eliyahu fueron rápidamente condenados por políticos de la oposición israelí, quienes afirmaron que el ministro no representaba a la corriente dominante. Las encuestas sugieren que la mayoría de los israelíes está a favor de alcanzar un alto el fuego para liberar a los rehenes retenidos por la organización terrorista Hamas.
La entrevista de Eliyahu se produjo en medio del aumento de casos de hambruna en Gaza. Israel, que controla todos los accesos a Gaza, bloqueó todas las entregas de alimentos al enclave entre principios de marzo y finales de mayo.
Si bien Israel ahora permite la entrada de algunos alimentos a Gaza, ha reducido drásticamente el número de lugares desde donde se distribuyen, obligando a los palestinos a recibir ayuda alimentaria de unos pocos sitios de difícil acceso. En una forma rudimentaria de control de multitudes, los soldados israelíes han disparado y matado repetidamente a decenas de palestinos en las rutas que conducen a los nuevos puntos de distribución de alimentos, obligando a los civiles a elegir entre el riesgo de disparos y el riesgo de morir de hambre.
Tras desestimar inicialmente los informes de hambruna, Eliyahu pareció reconocerla al culpar a Hamas. “¿Los estamos matando de hambre? ¡Los están matando ellos de hambre!”, declaró Eliyahu en la emisora de radio popular entre los israelíes judíos ultraortodoxos. “El día que devuelvan a los rehenes, no habrá hambre allí”, afirmó.
Yair Lapid, líder centrista de la oposición política israelí, declaró que los comentarios de Eliyahu eran “una mancha moral y un desastre diplomático”. «Israel jamás convencerá al mundo de la justicia de nuestra guerra contra el terrorismo mientras estemos liderados por un gobierno minoritario extremista con ministros que glorifican la sangre y la muerte”, dijo.
Lapid añadió que los soldados israelíes “no luchan, mueren ni resultan heridos para aniquilar a la población civil. Luchan para devolver a los rehenes y garantizar la seguridad de Israel”.
Según encuestas recientes, una gran mayoría de los israelíes apoya un acuerdo diplomático para liberar a los rehenes retenidos en Gaza, en lugar de continuar los esfuerzos militares para derrotar a Hamas.
Este jueves en Tel Aviv habrá por la noche una convocatoria para exigir un alto el fuego inmediato y un acuerdo para la liberación de los rehenes. Al principio de la guerra, Eliyahu atrajo la atención mundial por sugerir que Israel podría lanzar una bomba nuclear sobre Gaza. Netanyahu condenó esos comentarios y lo suspendió del gabinete, antes de restituirlo rápidamente.
Agencia ANSA y The New York Times