La Guardia Civil ha desmantelado una organización criminal dedicada al tráfico de armas que operaba principalmente en la Región de Murcia, con ramificaciones en otras provincias del sur de España, como Alicante y Cádiz. En una operación que ha resultado clave en la lucha contra el crimen organizado, 18 personas han sido detenidas, mientras que otras seis han sido imputadas. Además, en el transcurso de 16 registros realizados en varias localidades, los agentes han intervenido una impresionante cantidad de material ilícito, incluidos más de 170.000 euros en metálico, armas de fuego, drogas y vehículos de lujo.
La investigación, que se inició hace varios meses, ha revelado una red que operaba bajo el esquema clásico de los narcotraficantes, pero con una especialización en el tráfico de armas. En el centro de la operación se encontraba un grupo de personas con licencia de armas, quienes adquirían legalmente rifles tácticos, fusiles de asalto y otras armas de fuego. Posteriormente, estos “testaferros” denunciaban falsamente el robo o extravío de las armas, lo que les permitía desviar los fusiles y escopetas hacia el mercado negro. El destino de estas armas no era otro que servir como protección en los almacenes y plantaciones de marihuana controladas por grupos narcotraficantes, para prevenir posibles ataques o robos de otras bandas.
La banda no solo traficaba con armas, sino que también se dedicaba al cultivo y distribución de marihuana. Las armas que obtenían eran utilizadas para custodiar las plantaciones de cannabis, las cuales eran monitoreadas de manera remota por los cabecillas de la organización. A través de cámaras de vigilancia wifi, los líderes controlaban el funcionamiento de las plantaciones y supervisaban tanto a los trabajadores como las actividades policiales o las acciones de grupos rivales. Como resultado, la Guardia Civil ha logrado desmantelar cinco plantaciones indoor de marihuana, en las cuales también se incautaron diversas armas ilegales.
Extorsión y blanqueo de capitales
El alcance de esta organización criminal iba más allá del narcotráfico y el tráfico de armas. Durante la investigación, los agentes también descubrieron que los cabecillas de la banda extorsionaban a personas que habían contraído préstamos con intereses extremadamente elevados. En muchos casos, los prestatarios eran amenazados con la pérdida de sus bienes si no cumplían con los pagos. Los extorsionadores, además, utilizaban el dinero obtenido de estas actividades ilegales para realizar blanqueo de capitales, adquiriendo propiedades y vehículos de lujo. En uno de los registros, la Guardia Civil intervino más de 170.000 euros en efectivo y confiscó varios vehículos de alta gama.
El operativo culminó con la intervención de una serie de armas de fuego, incluidas un fusil de asalto y un subfusil, así como miles de cartuchos de diferentes calibres. También se hallaron 1.733 plantas de marihuana, 4,1 kilos de marihuana, 400 gramos de cocaína y una serie de equipos utilizados para el cultivo intensivo de cannabis, como lámparas LED, ventiladores y extractores. Los registros también desvelaron cinco plantaciones de marihuana en pleno funcionamiento.
Esta operación ha sido dirigida por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Molina del Segura (Murcia), con la colaboración de diversas unidades de la Guardia Civil, quienes han logrado una victoria importante en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en el sur de España.
Las investigaciones también apuntan a que esta organización no actuaba en solitario. Durante la operación, los agentes descubrieron vínculos con otros grupos dedicados al tráfico de armas, especialmente uno en la provincia de Granada. En ese caso, la Guardia Civil logró intervenir una docena de armas, algunas de ellas de guerra, que estaban enterradas en un descampado. Estas armas estaban siendo utilizadas para abastecer a diversas organizaciones criminales, incluidas aquellas involucradas en el narcotráfico, lo que pone de manifiesto la magnitud de este entramado criminal.
