El mundo Boca se revolucionó esta semana. Horas después del 3 a 0 sobre Independiente Rivadavia, que puso fin a una serie de 12 partidos sin victorias, los hinchas xeneizes se golpearon el pecho por un suceso internacional. El modelo de camiseta que utilizó el equipo en las temporadas de 1981 y 1982, famoso porque lo vistió Diego Maradona, fue considerado como el más lindo de la historia del fútbol, según una votación global organizada por la revista española Panenka, sondeo que contó con más de 100.000 participantes.
Más allá del título rimbombante y los arbitrarios criterios empleados en este tipo de votaciones, la historia detrás del diseño utilizado parece extraída de un cuento. De una época en que el marketing deportivo estaba dando sus primeros pasos en la Argentina, con pioneros que quedaron asociados a sus creaciones.
El inventor de las cuatro estrellitas icónicas que brillaban sobre el costado izquierdo del frente de aquellas camisetas auriazules es Oscar Tubío, que recibió se conmovió con la noticia. “Me emocioné mucho al enterarme. A esta altura de mi vida es una caricia al alma, al esfuerzo de tantos años. Sentí orgullo y el reconocimiento de los hinchas, que son los que votaron y eligieron. No son especialistas; son hinchas de fútbol, y en el fútbol todos son diseñadores, todos son directores técnicos, todos son dirigentes. Estoy feliz por mi profesión, estoy feliz por mis hijos, estoy feliz por mi familia y estoy feliz por los que quiero”, resume Tubío ante LA NACION.
Además, el dueño de El Jardín de Oscar, histórico local de Galería Jardín, detalla: “Es una camiseta creada por mí, pero que está pensada para Boca, para Maradona, para el hincha. No es un premio cualquiera: es el reconocimiento a un trabajo que nace de la pasión que yo siento por el fútbol, que es mi deporte, y además amo a Boca”.
LA NACION publicó hace un año una extensa entrevista con Tubío, de la cual se extrae la explicación sobre el origen de ese diseño original y tan reconocible.
-¿Cuándo surgió la idea de hacer esas cuatro estrellas para la camiseta de Boca?
-Yo conocía a Alberto J. Armando, que era el presidente de Boca. Y en 1978 le propuse que el equipo jugara la final Intercontinental contra Borussia con una camiseta diferente, que tuviera estrellas y los números mitad azules y mitad amarillos, y le expliqué que le iba a crear un ícono [las estrellas] que identificara a Boca, como Ferrari tenía al Cavallino Rampante. Y como Armando era un empresario del mundo automotor, agarró mi idea en el acto y me dijo: “Me encanta, dale para adelante”. Fanático del automovilismo y en referencia a la comparación con el ícono de Ferrari, me agregó: “Esas cuatro estrellas van a ser el Cavallino Rampante de Boca”. Y lo fueron. Pero no por ese partido, porque en esa camiseta las estrellas eran azules y estaban puestas en la parte amarilla y no las vio nadie. Fue por Maradona.
-¿Cómo volvieron las estrellas en 1981?
-Después de aquella final en Alemania yo le sugerí a Armando que arreglara con Adidas para vestir a Boca. Eso se concretó en 1980. Un año más tarde, cuando se dio la fusión entre Diego y el club más popular de la Argentina, era como para romper todo en marketing y venta de camisetas. Cuando no se sabía si firmaría con River o con Boca, yo estaba en la oficina con Diego y también estaba Adrián Paenza. En un momento salimos y entró [Rafael] Aragón Cabrera, presidente de River, que quería llevárselo a jugar allá. Cuando salió, enojado, Diego me llamó para que volviera a entrar. Saltaba arriba de un sillón como un nene, celebrando que no había acuerdo con Aragón Cabrera y que se iba a Boca: “Llamá a Altunian [tesorero de Boca], llamá a Altunian, que firmo con Boca ya mismo”. Boca no tenía un mango. “Algo hacemos”, me dijo. Y firmó. Cuando le dieron la camiseta que iba a usar en Boca, no le gustó y dijo: “No, no. Esta camiseta tiene que ser diseñada por Oscar Tubío. Quiero las cuatro estrellas del ’78″. Entonces me llamó Domingo Corigliano, que entonces era vocal, y me dijo: “Diego exige que vos diseñes la camiseta de Boca”.
-¿Pero no estaba Adidas ya?
-Claro. Y encima yo era muy amigo de Eduardo Bakchellian, un armenio que era un fenómeno y era el responsable de Adidas en nuestro país, porque entonces Adidas Argentina estaba en manos de Gatic S. A. y él era su presidente. Todos lo conocían como “Don Eduardo”. Cuando a mediados de los noventas quebró Gatic, todo pasó a Adidas Internacional y ya nada fue lo mismo.
-¿Cómo siguió aquel pedido de Diego?
-A Corigliano le dije que no tenía problemas en hacer la camiseta, pero respetando lo que hiciera Adidas, porque yo tenía con Bakchellian una relación de mutuo respeto y admiración profesional. Para entonces yo ya le diseñaba los buzos al Loco Gatti. Al día siguiente me llamaron y me dijeron que habían hablado con Don Eduardo y había dado el OK para que yo diseñara la camiseta, y que Gatic S. A. iba a producirla.
-¿Qué dijo Diego cuando se enteró?
-Estaba feliz. Me llamó a su oficina, me mostró la camiseta original que le habían mandado y me dijo: “Mirá lo que es esto. Es horrible. No tiene identidad. Y tampoco me gustan esos números armados con las tres tiras. No los ve nadie”. Y bueno, le dije que iba poner las estrellitas de color amarillo sobre la parte azul de la camiseta, y le gustó mucho. Y le dije que iba a viajar a Estados Unidos para traer unos números de fútbol americano (yo soy fanático de esos números y los de hockey sobre hielo, porque siempre se los lee perfectamente), pero que iba a tardar hasta mi vuelta del viaje, así que en las primeras fechas usamos esos armados por las tres tiras. Y traje mil números blancos y mil negros, que poco después usó River.
-¿Cómo era el armado de aquella camiseta de Boca del ’81?
-Gatic S. A. producía las camisetas con base en el diseño mío y las traía a mi local en Galerías Jardín. Ahí mis empleadas le colocaban el ícono de las estrellitas y el número de fútbol americano y se fijaban que estuviera todo correcto. Cuando estaban todas listas, las cargaban en mi auto, y yo me iba a los viernes a La Candela y se las entregaba a Cacho González, el utilero.
-¿Y cómo se te ocurrió el diseño de las estrellas?
–Yo nunca dibujé estrellas. Lo que hice fue superponer dos cuadrados y a cada línea recta le di una suavidad de curvatura que hacía que tomara forma el dibujo. Eso provoca en cualquier persona una ilusión óptica que hace ver estrellas. Pero no existen estrellas de ocho puntas; las estrellas tienen cinco puntas. Entonces no sé por qué la gente ve estrellas, pero cuando hice este diseño yo quería que todos vieran estrellas. Y lo logré.
Cómo fue la votación
La revista Panenka, en su edición número 150, seleccionó 150 camisetas emblemáticas de clubes y selecciones. De esas, los lectores eligieron 30 y la publicación agregó otras dos para cruzar los diseños en los dieciseisavos de final. El de Boca superó al de España de 1996 por 51% a 49%, al de Inter de 1997 y 1998 por 75% a 25% y al de Napoli de 1989 y 1990 por 67% a 33%.
En el “Final Four” quedaron Brasil 1998, Alemania 1990, Fiorentina 1998/1999 y Boca 1981/1982. Este último se llevó el trofeo virtual tras una votación en la que arrasó: 54% contra 24% del diseño germano, 12% de la camiseta violeta que usó Gabriel Batistuta y 10% de la selección canarinha.
El diseño de Tubío combina un azul eléctrico con un amarillo oro. De un lado del pecho se colocó el isotipo de Adidas (Trefoil) y otro detalle distintivo: las iniciales del nombre del club, CABJ, bordadas en esas pequeñas “estrellas” sobre el costado izquierdo.
Panenka no se quedó en la preferencia de los votantes y justificó la elección con una afirmación rotunda: “El aficionado al fútbol reconocería una camiseta de Boca a un kilómetro de distancia y con los ojos vendados. Nos quedamos con esta”.