La figura de Luis Javier Suárez se proyecta como uno de los pilares de la selección Colombia en la recta final hacia el mundial de 2026. El delantero samario, que actualmente milita en el Sporting Club de Lisboa, firmó una actuación histórica al marcar cuatro goles en la victoria 6-3 sobre Venezuela por la última fecha de las Eliminatorias Sudamericanas.
Tras el partido en Maturín, Suárez resumió el momento: “Tenemos selección para grandes cosas y hay que prepararnos para el mundial”, afirmó con optimismo y convicción sobre el presente del equipo.
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El encuentro en el estadio Monumental de Maturín marcó un antes y un después en la carrera del atacante. Ante la adversidad de un gol tempranero de la Vinotinto, Suárez se encargó de liderar la remontada.
Abrió su cuenta con el empate parcial y, en la segunda mitad, firmó un triplete en menos de 20 minutos. Su desempeño lo colocó no solo como héroe de la jornada, sino como el primer colombiano que logra un póker en un partido de Eliminatorias Sudamericanas.
Con este resultado, Colombia cerró la clasificatoria en un alto nivel, sellando su pase a la cita orbital con una goleada contundente que dejó sin opciones al seleccionado venezolano.
Para Suárez, la gesta tuvo un sabor especial: “Estaba esperando hace mucho tiempo esta oportunidad que se me ha dado y muy contento por la victoria de nuestra selección y, en lo individual, también muy feliz. Es un sueño, esperaba esta oportunidad, venía trabajando y supe aprovecharla”, comentó tras el pitazo final.
Orígenes humildes y una carrera forjada en la constancia
Nacido en Santa Marta, Magdalena, Luis Suárez creció en un entorno donde la pasión por el fútbol era un lenguaje cotidiano. Su infancia estuvo marcada por la disciplina, la persistencia y el respaldo familiar.
Desde torneos menores se perfiló como un delantero de grandes condiciones, ganando notoriedad por su potencia, velocidad y olfato goleador. Esas cualidades lo llevaron muy pronto a incursionar en el fútbol profesional colombiano, antes de dar el salto al exterior.
En España, Suárez sumó experiencia en clubes como Real Zaragoza, Granada y Almería, consolidando una proyección internacional a través del trabajo diario y la capacidad de adaptación.
Su movilidad y su capacidad de definición le abrieron las puertas de equipos competitivos, hasta llegar a la Primeira Liga de Portugal con el Sporting, donde mantiene regularidad y protagonismo.
Un presente de récords y nuevos retos
La noche de Maturín selló el mejor partido de la carrera de Suárez con la Selección, hasta el momento, al tiempo que cambió su relación con la hinchada tricolor. Convertido ahora en una de las principales cartas ofensivas, busca asegurar su lugar definitivo en la lista mundialista y convertirse en referencia del grupo comandado por el técnico Néstor Lorenzo.
La expectativa para el futuro inmediato es alta: Colombia disputará en octubre dos amistosos de preparación frente a México y Canadá, países anfitriones del próximo campeonato del mundo.
Estos partidos serán clave para consolidar la nómina y afinar el funcionamiento colectivo antes de afrontar el reto global. Suárez lo resume con claridad: “Colombia, lo venimos diciendo, hay que comenzar a creerle y tener al país unido (…) hay que prepararnos de la mejor manera para lo que se viene adelante”.
La actuación de Suárez alimenta la ilusión de una Colombia competitiva y ambiciosa para el Mundial 2026. Su historia personal —de raíces humildes y progresos forjados con esfuerzo— encarna el espíritu de superación que el equipo quiere transmitir al país.
Con su nombre ya inscrito en las páginas de los récords de las Eliminatorias, Luis Javier Suárez se convierte en ejemplo para jóvenes futbolistas y símbolo de una generación decidida a dar el salto a la élite del fútbol internacional.