La indumentaria y los productos tecnológicos siguen entre los más caros del mundo

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CÓRDOBA.- Entre mayo y agosto de este año el tipo de cambio real subió 13,5% en la Argentina, lo que supondría, a primera vista, una mejora en la competitividad frente al resto del mundo. Sin embargo, la relación no es tan lineal, ya que la competitividad estructural depende de muchos otros factores, como impuestos e infraestructura, por ejemplo. Un relevamiento confirma que hay una variedad de productos que, a nivel local, siguen siendo más costosos que en otros países. Los que encabezan ese ranking son indumentaria y calzado, y también los productos tecnológicos, como los televisores.

El Ieral de la Fundación Mediterránea actualizó el estudio que había publicado en mayo pasado y estimó que -por caso- en un vestido de marca internacional, la Argentina tiene el precio más alto; en zapatillas deportivas ocupa el quinto lugar. El precio del agua mineral (1,5 litros) está en el 12° puesto; unos jeans (Levi’s 501 o similar), en el 15°; 400 gramos de pan blanco, en la posición 24° lugar. La contracara son un vino de gama media, puesto 89°; un kilo de nalga o peceto, en el 77° y la cuota mensual de gimnasio, en el 75°.

Los autores del reporte repasan que el tipo de cambio real multilateral (TCRM) de la Argentina el mes pasado fue de $1325, lo que lo ubica 20% por debajo del promedio de los últimos 25 años ($1651). Aun así, fue 43% mayor al de octubre de 2001; 26% superior a noviembre de 2015 y 14% más alto que en noviembre de 2023.

Otra forma de medir la competitividad de precios entre países -y aproximar la sobrevaluación o subvaluación de una moneda- es el formato que usa The Economist con su índice Big Mac. En enero, ese producto se pagaba US$7 a nivel local. Sólo en Suiza era más costosa (US$8 dólares), mientras que Uruguay (US$6,9), Noruega (US$6,7), la Unión Europea (US$6), Estados Unidos (US$5,8) y Gran Bretaña (US$5,7) quedaban por debajo. Para reflejar la volatilidad local, en 2017 la Big Mac se pagaba US$4,1 y en 2020, apenas US$2,9.

En la medición de julio último, luego de una leve suba del tipo de cambio en la Argentina, el precio bajó a US$5,1, un precio similar al de Australia, 10% menos que en Colombia, aunque todavía se mantenía un 9% por arriba de Chile y 19% de Brasil.

En alimentos y bebidas a consumidor final, la comparación de diez productos en diez países muestra que la Argentina resulta más costosa en el 48% de los casos. Brasil es sistemáticamente más barato, mientras que en Chile y México alrededor del 60% de los productos tienen precios inferiores a los argentinos y esa proporción llega al 80% en la comparación con China. En cambio, en Estados Unidos, Australia, Francia y Corea del Sur, entre el 80% y el 100% de los precios resultan más altos que en la Argentina.

ElTCRM en agosto fue de $1.325, lo que lo ubica 20% por debajo del promedio de los últimos 25 años.

El país aparece relativamente costosa en agua mineral, mientras que presenta precios baratos en huevos, papas y carne bovina. “Si bien cabría esperar precios internos relativamente baratos en la Argentina por su elevada productividad agropecuaria y la vigencia de las retenciones, que reducen los precios en el mercado interno, o cuyos insumos y materias primas pagan retenciones en sus ventas al exterior, esa ventaja no se refleja plenamente en la comparación internacional”, señaló el informe.

Si se compara la situación entre mayo y agosto, pese a la devaluación del peso, la Argentina no consiguió consolidar una mejora significativa en su posición relativa de precios en alimentos y bebidas.

En el capítulo de bienes durables, indumentaria y calzado, la Argentina presenta los precios más altos en el 90% de los casos relevados: autos, motos, bicicletas, electrónicos del hogar, indumentaria y calzados.

La explicación principal radica, según el Ieral, en la combinación de alta protección comercial y elevada carga tributaria interna. Por un lado, los derechos de importación y las restricciones al ingreso de bienes encarecen notablemente los precios locales. Por otro lado, los impuestos internos -IVA nacional, Ingresos Brutos provinciales y municipales, impuestos específicos y el impuesto a los débitos y créditos bancarios- terminan reforzando esta brecha.

Existen tres productos entre los diez analizados en los que la Argentina presenta precios más altos que todos los demás países incluidos en la comparación: televisores, vestidos y zapatillas. Aunque se trata de transables, que en principios deberían tener precios similares entre países cuando se expresan en una moneda común, a nivel local los precios “resultan excepcionalmente elevados”.

En servicios personales o familiares (y de los bienes relacionados a ellos), en la Argentina se pagan más en 36% de los casos comparados. La diferencia es más marcada frente a Brasil, donde somos más caros en un 80% de los ítems, mientras que frente a México la proporción desciende al 50% y con Chile al 40%. En contraste, en países desarrollados los servicios suelen ser más caros que en la Argentina.

Los datos muestran que el país está “relativamente caro en una comida en restaurante y relativamente barato en las expensas/servicios en un departamento, la cuota de un gimnasio, un viaje en taxi, la educación preescolar, el boleto en transporte urbano de pasajeros y el precio de la nafta”.

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