
El primer informe integral sobre la industria fintech local, publicado por la Cámara Fintech Argentina, exhibe un ecosistema donde participan más de 1.000 empresas con una proyección de crecimiento del 35% para 2026.
El relevamiento, realizado por Taquion, incluyó la participación de 324 empresas, abarca tanto a las firmas fintech como a aquellas que brindan servicios estratégicos y tecnológicos al ecosistema y permite así una radiografía precisa sobre la estructura, el crecimiento, la internacionalización y los principales desafíos de la industria.
Los ejes principales del extenso informe presentado por la Cámara Fintech Argentina son los siguientes:
Dimensión del sector: La industria fintech argentina está compuesta por 939 empresas, cifra que asciende a 1.027 si se incluyen las compañías que ofrecen servicios asociados, como consultoras, desarrolladoras de software, agencias de marketing y firmas legales. La Cámara Fintech Argentina se fundó hace 8 años, con solamente 14 compañías. Hoy se cruzan fintech que compraron bancos o que planean convertirse en uno, bancos que crearon fintech o que se aliaron con alguna para desarrollar servicios. De esa forma, el ecosistema contempla empresas muy disímiles, donde hay “unicornios” (las que tienen valor de mercado superior a USD 1.000 millones) y pymes muy pequeñas.
Diversidad de verticales: El sector opera en 10 grandes verticales de negocio, siendo los medios de pago (emisión, pagos, adquirencia y recaudación) el que desarrollan el 38% de las compañías. Los activos financieros y de mercado de capitales representan un 14%.Otros segmentos del sector son Crédito y financiamiento, Infraestructura y tecnología, Criptomonedas & Blockchain, entidades financieras, servicios, insurtech (seguros) y ciberseguridad. En comparación con otros países de la región, en la Argentina hay una participación mayor de empresas dedicadas a criptomonedas y menor presencia del rubro insurtech, en base a que los seguros no están tan desarrollados.

Modelos de negocio predominantes: El modelo B2B (business to business) es el más extendido, con un 64% de las empresas adoptándolo, seguido por B2B2C (44%) y B2C (38%).A su vez, más allá de lo mencionado sobre los verticales, las fintech tienden a transformarse en empresas multiproducto. En promedio, cada una opera en al menos dos verticales. Y hay casi 300 fintech que trabajan en más de un vertical.
Expansión internacional: Más de la mitad de las fintech argentinas ya han expandido sus operaciones fuera del país. Sin embargo, el 78% de las empresas sigue registrando su mayor facturación en el mercado local, según el informe. Brasil, México y EEUU son los principales mercados externos.
Con respecto a las fintech argentinas que desembarcaron en otros mercados, en la Cámara destacan que en casi todos los países de la región hay una fintech argentina que se ubica entre las líderes del mercado.
Al mismo tiempo, las perspectivas de recibir inversiones extranjeras en el sector se modificaron sensiblemente a partir de los cambios macroeconómicos. “Argentina llegó a ser una mala palabra”, explican en la Cámara.

Madurez y consolidación: Siete de cada diez empresas se consideran consolidadas o en etapa de scale-up, y el 58% afirma haber alcanzado el punto de equilibrio (break even), lo que evidencia una industria con trayectoria y estabilidad. En cuanto a la recuperación de las inversiones, las particularidades de la economía argentina también aportan su cuota.
“En comparación con otros mercados de la región, la eficiencia por cada dólar que un inversor pone en la Argentina es altísima, rompe la escala. Al no haber crédito, aquí las empresas son forzosamente más creativas, más prudentes y mucho más eficientes”, explicó Mariano Biocca, director ejecutivo de la Cámara Argentina Fintech.
Facturación y proyecciones: Las entidades financieras, los activos financieros y los medios de pago presentan la mayor facturación promedio por empresa. El sector proyecta un crecimiento de facturación del 35% para 2026, acompañado de un aumento en la nómina de empleados (hoy, ocupa cerca de 40.000 trabajadores) y nuevas inversiones.
Según el informe, la facturación promedio estimada por empresa en el último año fue de 8,5 millones de dólares. De todos los verticales del negocio, el crédito sigue siendo el menos desarrollado y el que, por consiguiente, brinda mayores expectativas de crecimiento.

Innovación tecnológica: La inteligencia artificial y la tokenización se destacan como tecnologías emergentes clave. El 79% de las empresas identifica la IA como fundamental para el futuro, mientras que el 51% señala la tokenización y el 46% la blockchain como áreas estratégicas.
Desafíos principales: La presión fiscal y las restricciones regulatorias, al igual que la falta de educación financiera, son los principales obstáculos que enfrenta el sector fintech, al igual que el resto del sistema. El peso de Ingresos Brutos, o el caso del impuesto al cheque para las billeteras cripto, son ejemplos de lo que representa el régimen tributario argentino.
El 57% de las empresas considera que la actualización normativa y la formación financiera son aspectos críticos para el desarrollo del sector.

Oportunidades de crecimiento: La integración de inteligencia artificial y automatización (62%), la expansión regional (43%), las alianzas con bancos (40%) y el crecimiento de los pagos digitales (38%) son vistas como las principales oportunidades para el ecosistema, de acuerdo con el relevamiento. También hay algunos segmentos para explotar: insurtech, regtech, legaltech y ciberseguridad, entre otras, “son las que más valor asignan a la expansión regional e internacionalización como vía de crecimiento”, según el informe.
Entorno competitivo y cooperación: El 70% de las empresas percibe un alto nivel de competencia en la industria, aunque el 85% reconoce la existencia de espacios de cooperación y colaboración como motores para el crecimiento y la innovación.
De cara al futuro, la gran mayoría de las empresas del sector anticipa que la industria fintech argentina avanzará hacia una mayor consolidación, impulsada por la innovación, la competencia y la búsqueda de una rentabilidad sostenible.
