
La coincidencia de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín durante un evento deportivo en Barcelona, en el que su hijo Pablo compitió con el Fraikin BM Granollers, puso en evidencia la distancia personal y comunicativa que mantienen tras su separación, mientras la atención pública crece en torno a las próximas memorias del exduque de Palma. Según informó la prensa, la infanta optó por una postura de total silencio frente a la prensa y ante las afirmaciones recientes de su exmarido relacionadas con las consecuencias emocionales y materiales del divorcio.
De acuerdo con lo publicado por diversos medios, Cristina de Borbón se mantuvo todo el tiempo alejada de Urdangarín, sin intercambio de palabras, gestos ni saludos durante el evento, lo que fue interpretado como una muestra clara de distanciamiento. En contraste, Urdangarín, quien afronta desde hace casi tres años una relación estable con Ainhoa Armentia, expresó en el programa ‘Pla seqüència’ de La 2Cat sus sentimientos tras el fin del matrimonio con la infanta. “Materialmente perdí prácticamente todo, pero la pérdida más grande fue uno de los amores de mi vida, que es Cristina”, declaró el exduque ante las cámaras, según recogieron los medios. Urdangarín también mencionó la dureza del proceso: “Lo pasamos muy mal durante todo este periodo y tuvo consecuencias y sabe mal. La verdad es que sabe mal porque es una mujer a la que quiero mucho”.
La reacción pública de la infanta frente a estas declaraciones resultó inexistente. Según detalló la prensa, Cristina no realizó comentarios ni respondió preguntas ni durante ni después del encuentro deportivo. La prensa la observó acudiendo a un sector apartado en la grada, limitando su interacción al núcleo familiar. Incluso en el regreso al hotel, evitó cualquier contacto con reporteros y no se detectaron signos de acercamiento hacia su expareja.
Según consignaron diferentes medios, la visita a Barcelona de los dos progenitores se debió íntegramente al calendario deportivo de Pablo, manteniéndose la reunión en un ámbito privado, sin que los hechos recientes propiciaran un contexto de mayor proximidad pública. El ambiente observado durante la jornada deportiva fue descrito como tenso; la infanta centró su atención en su entorno inmediato y no modificó su disposición ante la presión informativa ni ante la reciente exposición de Urdangarín en los medios.
El análisis difundido por la prensa indica que, más allá de la actual relación sentimental de Urdangarín y la publicación inminente de sus memorias, doña Cristina persiste en su estrategia de preservar la privacidad, evitando pronunciamientos o gestos que puedan interpretarse como apertura o reconciliación. La crónica de esta última aparición conjunta subraya que el vínculo entre ambos continúa caracterizándose por la ausencia de comunicación y por la inexistencia de cambios en la postura pública de la infanta, quien no ha hecho valoraciones ni ha participado en el debate mediático abierto por las declaraciones de su exmarido.
Las memorias próximas a publicarse de Urdangarín se han situado en el foco de la atención, pues prometen nuevas revelaciones sobre su vida y su relación con la Casa Real. Este factor ha intensificado el interés mediático en posibles reacciones de la infanta, si bien, según documentó la cobertura institucional, no se ha producido ninguna reacción observable en sus últimas apariciones públicas. La estrategia de la infanta Cristina de proteger su entorno íntimo contrasta notablemente con la disposición de Urdangarín a comentar su experiencia personal.
Las festividades navideñas y la agenda deportiva de su hijo coincidieron con estos acontecimientos, otorgando un contexto privado a la reunión familiar. Fuera de este ámbito, los medios no registraron indicios de una distensión en la relación. Las informaciones recabadas por la prensa insisten en que Cristina de Borbón mantiene firme el hermetismo como método frente a las preguntas referidas a su vida personal y a la cobertura creciente sobre las declaraciones y próximos proyectos literarios de Urdangarín.
El seguimiento de los medios en el pabellón de Granollers confirmó que la actitud reservada de la infanta se mantuvo, mientras que Urdangarín continúa capitalizando la atención pública a través de declaraciones y entrevistas sobre su ruptura y su vida posterior. Las jornadas recientes han acentuado la percepción de una separación irreversible, y la cobertura periodística destaca que la infanta no ha cedido ante los intentos de los medios por obtener alguna valoración sobre los asuntos personales que la involucran, ni sobre las declaraciones específicas de su expareja. La atención ahora se orienta hacia el contenido del libro que Urdangarín pondrá próximamente en circulación, mientras la estrategia de Cristina persiste en blindar su esfera privada.