
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarín se han reencontrado públicamente tras la entrevista del exjugador de balonmano en el programa ‘Pla seqüència’ presentado por Jordi Basté en La 2Cat en la que, a corazón abierto, se ha pronunciado sobre su condena de prisión por el Caso Noós y ha confesado que una de las mayores pérdidas que sufrio tras su paso por la cárcel de Brieva fue a uno de los grandes amores de su vida, la hermana del Rey Felipe VI: «Materialmente perdí prácticamente todo. Fue un periodo muy duro. Lo pasamos muy mal durante todo este periodo y tuvo consecuencias. La verdad es que sabe mal porque Cristina es uno de los amores de mi vida, es una mujer a la que quiero mucho» ha desvelado.
Tras estas comentadísimas declaraciones en las que Iñaki ha dejado entrever que su separación no se debió a la aparición de Ainhoa Armentia en su vida sino al tsunami a todos los niveles que ocasionó su condena a prisión, los ex duques de Palma han coincidido en el último partido de su hijo Pablo Urdangarín.
Un ‘cara a cara’ en el que la tensión ha sido más que evidente y en el que, manteniendo las distancias en todo momento, han evitado cualquier tipo de contacto durante todo el encuentro. Así, mientras Urdangarín se ha sentado en la parte superior del polideportivo junto a su gran amigo Roberto Molina, doña Cristina lo ha hecho a varios metros, detrás del banquillo del Fraikin BM Granollers junto a dos amigas, casualmente una de ellas la mujer del regatista.
Centrados en animar a su hijo durante todo el partido -que por cierto su equipo ganó por 32 a 29 al Irudek Bidasoa Irún con una participación decisiva de Pablo- el exmatrimonio no se ha cruzado hasta el descanso, cuando Iñaki ha pasado por delante de su exmujer y le ha dedicado una discreta mirada que la hija del Rey Juan Carlos ha esquivado bajando la cabeza mientras él continuaba su camino.
Tras haberse cruzado brevemente en la cafetería -un momento del que no existe testimonio gráfico- ambos han vuelto a ocupar sus respectivos asientos algo más sonrientes y relajados. Y mientras el vitoriano ha tomado un refrigerio mientras compartía confidencias con sus acompañantes muy pendiente de su teléfono móvil, la infanta Cristina ha demostrado que es la mayor animadora de su hijo aplaudiendo, gritando «¡sí se puede!» y haciendo la ola sin perder detalle de cada jugada.
Una vez terminado el encuentro, y consciente de lo incómodo que sería acercarse a felicitar a Pablo estando su exmujer -que poco antes le había esquivado directamente- a pocos metros, Iñaki se ha despedido desde la distancia de su hijo y ha abandonado el lugar en solitario, mientras doña Cristina, feliz y charlando con unos y otros, se ha quedado a esperar al joven para irse juntos a celebrar la victoria.
