Con un dólar que se mantenía sumamente estable entonces, pero sin ayuda de la estacionalidad y con algunos aumentos en servicios públicos y en la nafta -subió fogoneada por el valor internacional del petróleo-, la inflación en junio fue de 1,6%, levemente por encima de mayo pasado, pero por debajo de lo esperado por el mercado.
Con una lupa más grande, la desaceleración -que no será lineal- se mantiene. En ese sentido, vale un recordatorio: en junio del año pasado, la variación había sido de 4,6%, mientras que en 2023 -con el cuarto kirchnerismo en el poder- se había registrado un 6%.
“La inflación núcleo fue de 1,7%, la más baja desde mayo de 2020. Si se excluye el efecto particular sobre el IPC en los primeros meses de la pandemia, se trató del menor registro desde enero de 2018″, estimó en un posteo en X el ministro de Economía, Luis Caputo.
“Los bienes registraron una variación de 0,8% mensual, la menor desde que comenzó la actual serie, en enero de 2017. La variación en alimentos y bebidas no alcohólicas fue de 0,6%, menos de la mitad de la suba en el IPC. En términos interanuales, la variación en esta categoría fue de 32,3%, 7,1 puntos porcentuales por debajo de la inflación general”, escribió Caputo, apenas se conoció el dato.
“La variación interanual del IPC Nacional fue de 39,4%, registrándose catorce meses consecutivos de desaceleración en la comparación contra igual mes del año anterior. Esta variación interanual es la más baja desde enero de 2021″, cerró el ministro de Economía.
El último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central (BCRA) proyectó una inflación de entre 1,8% y 1,9% para junio. El dato de la Ciudad de Buenos Aires marcó 2,1%, una aceleración de cinco décimas en terreno porteño, según informó oficialmente la semana pasada.
Esa misma encuesta entre bancos y analistas privados estimó que el piso de mayo (1,5%) no se romperá durante lo que queda de este año. El mejor mes, según informaron, sería noviembre próximo (proyectan para entonces un 1,5% como en mayo), aunque en el Gobierno son más optimistas y esperan variaciones más bajas. El mercado prevé que el año terminará con un aumento de precios del 27%.
En el avance de presupuesto, el Poder Ejecutivo pronosticó que este año cerrará con un tipo de cambio oficial promedio en torno de los $1229, un crecimiento del PBI de 5,5% y una inflación de 22,7%. Son cinco puntos menos de lo que estimó el mercado. Vale recordar que Alberto Fernández y Cristina Kirchner cerraron su mandato en 2023 con una inflación de 211,4%, la más alta en tres décadas.
“Tarde o temprano, la tasa de inflación va a colapsar, porque la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario, les guste o no les guste a las bestias heterodoxas que habitan este país, que le arruinaron la vida a millones de argentinos”, dijo el presidente Javier Milei la semana pasada en un discurso en la Bolsa de Comercio luego de que la oposición aprobara varios proyectos de ley que ampliarán el gasto del Poder Ejecutivo. Milei anunció que vetaría las iniciativas y las judicializaría.
“Y, habiendo fijado la cantidad de dinero ya hace más de un año, nosotros sabemos que, para mitad del año que viene, la inflación va a dejar de existir. ¿Tendrá fluctuaciones? Sí. Podrá bajar más rápido o más lento en función de lo que hagan los degenerados fiscales. Pero, inexorablemente, va a colapsar», cerró.
El discurso presidencial se dio en días calientes para el dólar, que comenzaron con el fallo en contra de la Justicia de los EE.UU. contra la Argentina por la estatización de YPF, el final de la cosecha gruesa -pese a que queda un remanente para liquidar este mes-, y el avance justamente de proyectos de ley en el Congreso que -según el oficialismo- buscan aumentar el gasto y deteriorar el superávit fiscal, el eje de la estabilización del plan económico de Milei que sirvió para bajar la inflación y tranquilizar al dólar.
Sin embargo, algunos analistas estimaron también que la falta de acumulación de reservas justamente en el pico de la cosecha gruesa -lo que impedía una baja mayor del riesgo país- y un posible incumplimiento con las metas de reservas del Fondo Monetario Internacional (FMI) también hicieron ruido en el mercado.
De hecho, el Fondo aún no aprobó la primera revisión del Programa de Facilidades Extendidas. En ese contexto, se venían conociendo críticas de la oposición política por el “dólar barato” -la más dura la hizo Cristina Kirchner, condenada por corrupción con prisión domiciliaria en su casa- y sobre la salida de divisas en el primer trimestre del año, que superó los US$5000 millones, según el Indec.