El brainstorming peronista alumbró una conclusión: había que buscar un dirigente que sobrevolara “el quilombo de la interna” y que ninguno de los grupos en pugna lo sintiera como una afrenta. Entonces empezaron a circular, tanto en las reuniones presenciales como en los chats partidarios, los nombres de los posibles candidatos. El de Jorge Taiana fue uno de ellos, pero también hubo otros, que quedaron descartados. Por caso, el de Carlos Tomada.
Taiana, muy reconocido en la interna peronista pero escasamente ponderado por el electorado bonaerense -en especial por las nuevas generaciones-, terminó siendo en realidad una síntesis pacificadora para Cristina y Máximo Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof. Los cuatro venían de protagonizar, con sus más y sus menos, el culebrón en que se convirtió el cierre de listas para las elecciones bonaerenses, y no querían repetir otro papelón político.
Por eso, la firma de la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires -considerada la oferta electoral del PJ más relevante en todo el país- fue bastante prolija: la nómina se difundió el sábado por la tarde, cuando todavía quedaba todo este domingo para definirla. Pero las negociaciones previas ya habían determinado que los principales jugadores, Massa, Máximo y -un escalón más abajo- Juan Grabois, no serían cabezas de lista.
A partir de esa definición previa se abrieron diversas especulaciones políticas: ¿Massa y Máximo le sacaron el cuerpo a la elección legislativa del 26 de octubre porque entienden que Fuerza Patria perderá frente a los libertarios de Javier Milei? ¿Cristina Kirchner les pidió que se preservaran para la contienda grande, que tendrá lugar en 2027? En rigor de verdad, el único que dio muestras claras de querer encabezar la lista de diputados fue Grabois.
El dirigente social hizo un camino zigzagueante, pero le salió mejor de lo que muchos esperaban: se quedó con el tercer lugar de la lista bonaerense y consiguió meter entre los “entrables” a Fernanda Miño, una dirigente de su espacio, mientras que en la ciudad de Buenos Aires encabezará Itai Hagman, un diputado-economista que forma parte de la renovación y desplaza a históricos como Carlos Heller. Pero la jugada de Grabois no fue autónoma.
De hecho, su amenaza de jugar por afuera de Fuerza Patria -con la posibilidad de restarle cuatro o cinco puntos porcentuales nada desdeñables en un contexto de escasez electoral- se asemejó primero a una maniobra conjunta con Cristina Kirchner para cerrarle el paso a Massa, mientras que su regreso -menos sonoro que su portazo inicial- obturó la entronización de Máximo, quien había iniciado un mini-operativo clamor con un puñado de intendentes.
En la interna peronista nadie duda de que Cristina Kirchner jugó la carta de Grabois, como ya lo había hecho en 2023, cuando le habilitó competir contra Massa en las PASO presidenciales. El exministro de Economía sostiene en la intimidad que nunca quiso encabezar la lista de diputados y que, si en todo caso dejó que circularan su nombre, se debió a razones tácticas: en criollo, poder negociar más candidatos del Frente Renovador en Fuerza Patria.
Así, el massismo obtuvo tres lugares en la lista bonaerense: la número dos, Jimena López, una oriunda de Necochea que ya tuvo experiencia de gestión en el área de transporte-; el undécimo con Sebastián Galmarini, cuñado del tigrense, de San Isidro y experto en temas electorales; y el decimocuarto con Marina Salzman, una dirigente de Marcos Paz que se focaliza en las nuevas formas de trabajo. En los hechos, Massa le abrió la puerta a una renovación.
Recambio
“No soy muy amigo de las renovaciones permanentes”, había deslizado en los días previos al cierre de listas, al hablar de diputados de su espacio a los que se les vencerá el mandato el 10 de diciembre y que no aparecen ahora en la lista bonaerense. Pero Massa no estuvo enfocado solo en Buenos Aires: también participó de negociaciones en otras provincias. En Corrientes, por caso, puso al candidato a vicegobernador, a la primera senadora y al primer diputado.
La lógica del tigrense es engrosar al FR en el Congreso, aunque eso signifique ceder en algunos distritos, para ganar en otros. Para Máximo Kirchner, en cambio, su apuesta principal es la provincia de Buenos Aires. El doble jefe de La Cámpora y del PJ bonaerense repite con obsesión el número 15 como objetivo para Fuerza Patria en la Provincia: se trata del número de bancas que el peronismo tendrá que renovar, producto de la elección legislativa de 2021.
Si se recuerda bien, aquella elección tuvo lugar cuando amainaba la pandemia de coronavirus, pero estuvo signada por el escándalo del cumpleaños de Fabiola Yañez un año antes en la quinta de Olivos, en pleno período de reclusión obligatoria, dictado entonces por el presidente Alberto Fernández. Por ende, la performance del PJ -entonces Frente de Todos- estuvo lejos de su mejor versión y cayó derrotado por el ahora extinto Juntos por el Cambio. La vara de Máximo está baja.
No obstante, revela la postura con la que el peronismo afrontará la elección nacional del 26 de octubre, que será defensiva, en la búsqueda de mantener su actual representación en la Cámara de Diputados y no perder tantos escaños -aunque sabe que así será- en el Senado. Para Máximo resulta importante destacar, en todo caso, que los primeros lugares en las listas de la Provincia se los que quedó Kicillof, a quien señalará en caso de una derrota.
El jefe camporista incluye, en esa bolsa, tanto a Verónica Magario y Gabriel Katopodis -candidatos en la tercera y la primera secciones electorales- como al propio Taiana, con el argumento de que varios intendentes lo habían impulsado a él hasta que se terminó imponiendo el nombre del experimentado excanciller y exministro de Defensa del kirchnerismo y el “albertismo” por sugerencia de Kicillof. ¿Pero tanto pesa el gobernador en las decisiones internas?
En La Plata no reconocen a Taiana como un soldado propio. “Su nombre surgió como un ecuménico que podría estar por encima de todo el bardo. Así surgieron varios nombres, con la idea de que nadie lo sintiera como una afrenta. Entre esos nombres, Cristina eligió a Taiana”, sostienen cerca de Kicillof. Debajo de ese “ecuménico”, el kirchnerismo colocó entre 7 y 8 candidatos propios, entre ellos algunos de línea directa con la expresidenta, como Teresa García.
En el cierre de la lista del peronismo bonaerense hubo otros ganadores y perdedores. Entre los primeros se cuentan los sindicatos, que esta vez metieron cuatro representantes -Vanesa Siley, Sergio Palazzo, Hugo Moyano (h) y Hugo Yasky-. Mientras que los intendentes pierden dos diputados y no colocaron ningún reemplazo. El más perjudicado es Fernando Espinoza (La Matanza), que pierde una diputada nacional y ya había cedido una bonaerense.