
El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha asegurado este sábado que las condiciones de seguridad en la mina de Vega de Rengos eran “muy elevadas”, tras la muerte el viernes de dos trabajadores por un derrumbamiento en las instalaciones. Una inspección había comprobado este mismo jueves que se cumplía con los requisitos para seguir operando en la explotación subtérranea situada en el concejo de Cangas de Narcea, gestionada por la empresa TYC Narcea, a la que el gobierno regional suspendió la licencia temporalmente a mediados de año después de otro accidente mortal en una mina asturiana.
A las 16:58 horas del viernes, una de las víctimas dio la voz de alarma a los servicios de emergencias locales a través de una llamada y horas después los operativos desplazados al lugar del accidente encontraban los cuerpos sin vida de Anilson Soares, de 42 años, y Óscar Díaz, de 32 años. El incidente ocurrió por culpa de un hundimiento del terreno en el nivel -2 de la mina, a aproximadamente un kilómetro y medio de la entrada.
Esta tragedia recuerda a los vecinos de la zona al fallecimiento hace ocho meses de varios trabajadores en un accidente en la explotación minera de Cerredo, en el municipio de Degaña (Asturias), a apenas 35 kilómetros de Cangas de Narcea. Durante la mañana del 31 de marzo, una explosión en las instalaciones, gestionadas por Blue Solutions, se cobraba la vida de cinco mineros en lo que en ese momento se convirtió en el accidente más trágico en la minería asturiana desde 1995.
La investigación en Narcea
A la noticia de los fallecimientos en Cerredo se sumó una semana después el anuncio de la suspensión de la actividad de TYC Narcea para estudiar las licencias con las que contaba la empresa para desarrollar sus labores. Según explicitó el Ejecutivo autonómico, el expediente se abrió con motivo de una denuncia por parte de la compañía Special Anthracites en la que se pedía comprobar si los trabajos que se llevaban a cabo se ajustaban a los permisos concedidos, que únicamente permitían la extracción de hasta 90.000 toneladas de material para un proyecto de investigación.
Ante la suspensión cautelar aprobada a principios de abril, la empresa inició el 14 de mayo un Expediente Temporal de Regulación de Empleo (ERTE) sobre el 100% de la plantilla de 70 personas de la planta de Vega de Rengos. Sindicatos y trabajadores organizaron movilizaciones para reclamar la reanudacion de la actividad y destacaron que el parón no se había dado por motivos de seguridad, mientras en las instalaciones se permitía únicamente la realización de servicios mínimos de mantenimiento.

Dos meses después, la Consejería de Ciencia, Industria y Empleo levantó la suspensión cautelar y la plantilla de Vega de Rengos puedo volver a sus puestos de trabajo. En una nota de prensa fechada del pasado 5 de junio, el Gobierno de Asturias considera que queda “acreditado el cumplimiento de las condiciones exigidas” en las actividades relativas al proyecto de investigación complementario en la mina. En declaraciones recogidas por La Nueva España, empleados de la mina celebran el regreso a la explotación de carbón y destacaban que se había organizado un nuevo protocolo de prevención de riesgos, incluyendo provisiones para evitar accidentes en caso de hundimiento.
Una explotación totalmente en regla
Tras el accidente, Barbón ha insistido en que el área donde se produjo el derrumbe había sido objeto de inspección apenas un día antes del incidente, cuando técnicos revisaron la zona afectada. Además, destaca que TYC Narcea implementó revisiones exhaustivas en sus instalaciones tras el accidente ocurrido en Cerredo, que abarcaron todos los protocolos de seguridad e incluyeron la participación de representantes sindicales que también validaron que se estaban cumpliendo los estándares requeridos.

El presidente asegura que hasta “a los propios trabajadores les cuesta entender lo que sucedió, más allá de lo que es una tragedia en el ámbito de la mina”, dado el riguroso control preventivo que se había ejecutado en la mina como respuesta a la paralización de la actividad este año.
Tanto los técnicos de TYC como Barbón apuntan a un posible origen geológico en eta tragedia, aunque subrayan la importancia de aguardar los resultados de la investigación en curso antes de establecer responsabilidades o causas definitivas. Barbón ha insistido en que “hay que dejar que se investiguen bien las causas”, reiterando que todas las comprobaciones recientes indicaban que la explotación contaba con “condiciones de seguridad muy elevadas”.
