La mirada de los históricos de Boca: críticas a Riquelme, dudas sobre Russo y preocupación por la falta de líderes

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La historia de Boca está hecha de hazañas, títulos y conquistas inolvidables. Pero también de crisis. Algunas fueron futbolísticas, otras políticas, y otras fueron las dos cosas a la vez. Aun así, pocas veces se vivió un momento tan delicado como el actual: 11 partidos sin ganar, eliminaciones en cadena, un clima político enrarecido, jugadores apartados y un equipo perdido, sin rumbo dentro ni fuera de la cancha.

En este contexto, resulta difícil encontrar voces autorizadas que puedan hablar sin condicionamientos políticos. Muchas de las glorias del club están ligadas al oficialismo o a la oposición, y eso puede influir en sus opiniones. El momento es tan complejo que incluso varios con cierta cercanía al oficialismo prefieren el silencio: saben que lo que tienen para decir no ayuda, y que cualquier crítica puede terminar jugando en contra. Algunos, incluso, eligieron no responder el llamado de LA NACION.

Juan Román Riquelme, el principal apuntado por los históricos de Boca

Aun así, hay históricos que eligen hablar. Que lo hacen de forma directa, sin filtros, dejando de lado el cariño que sienten por el club, preocupados por la realidad que vive Boca, con la esperanza de que las cosas cambien. Cuatro referentes se animan a opinar sobre esta etapa crítica: Jorge Ribolzi, Jorge Benítez, Hugo Perotti y Alberto Beto Márcico.

Riquelme es el nombre que sobrevuela todos los diagnósticos. Para Ribolzi, su figura es central: “Si Román no cambia, no va a cambiar nadie. Tiene que estar en su oficina, en Brandsen 805, y dejar que el técnico y los jugadores manejen el predio”. Perotti también lo señala como el centro del problema: “Acá todo pasa por una sola persona. Compra, vende, digita, divide”. Y agrega: “Si no modifica la soberbia con la que se maneja, es muy difícil que Boca crezca. No puede ser que todos los chicos del club se vayan mal. Te puede pasar con uno, con dos, pero no con diez. La dirigencia está en un estado de incoherencia total”.

Ribolzi fue campeón en Boca como jugador y ayudante de campo de Basile

Después de la dura derrota ante Huracán, desde el club llegó a deslizarse la posibilidad de disolver el Consejo de Fútbol y que Marcelo Delgado quede como único nexo entre el cuerpo técnico y Riquelme. Sin embargo, por ahora no hubo confirmaciones oficiales y todos sus integrantes siguen en sus puestos. De todos modos, la discusión sobre su continuidad ya está instalada, y los históricos no esquivan el tema.

El rol del Consejo de Fútbol tampoco convence. “¿Cambiar el Consejo? ¿Para qué? Si el único que decide es Román”, dispara Hugo Perotti, campeón de la Libertadores 1978 y del Metropolitano 1981 con Maradona, y exentrenador de las divisiones inferiores del club. Benítez también marca su postura con claridad: “Si yo fuese técnico de Boca, lo primero que pido es que me dejen solo. Después, si el club quiere seguir con el Consejo, iría y le diría que necesito a tal jugador. Lo decido yo, porque sé lo que quiero, no que me lo traigan. De lo único que se tendría que ocupar es de negociar”.

Benítez fue un símbolo del equipo de Juan Carlos Lorenzo que marcó una época en los años 70: jugó 329 partidos con la camiseta de Boca y ganó seis títulos, entre ellos dos Copas Libertadores y una Intercontinental. En cambio, Márcico ofrece una mirada más comprensiva: “Yo quiero que le vaya bien a Boca. Si anda bien Boca, le va a ir bien a Román y a toda la gente que trabaja con él. Los conozco a todos y sé que quieren lo mejor”. Márcico, además de haber sido ídolo en los años 90, fue ayudante de campo del Maestro Tabárez en aquella recordada etapa donde tuvo bajo su conducción a Riquelme, Cascini, Delgado y Serna. También recomendó personalmente a Raúl Cascini al Toulouse de Francia.

Tras el retiro, Perotti fue DT de Inferiores de Boca

Los entrenadores también están en la mira. Ribolzi cree que Riquelme no confía del todo en los DT: “Él no cree en la figura de director técnico. Cuando jugaba, entendía todo por sí solo y no necesitaba que le dijeran nada. Y hoy piensa que los demás también pueden resolver sin ayuda. Pero si contratás a alguien en quien no confiás, estás tirando una moneda al aire”. Perotti apunta a la falta de carácter: “No podés tener técnicos que acepten todo. Llegan a Boca y se bajan los pantalones”. En contraste, Márcico respalda a Miguel Russo: “Tiene las cualidades para hacerlo. Lo hizo en Central, lo hizo en San Lorenzo, con problemas institucionales terribles. Y acá tiene mucho mejor plantel”.

Este sábado, Boca volverá a jugar en la Bombonera para enfrentar a Racing, que viene de golear a Riestra en la Copa Argentina. Será el reencuentro con su público tras la dura caída ante Huracán, y también un partido decisivo para el futuro del equipo: la dirigencia le dio dos semanas a Russo para intentar revertir la situación y una nueva derrota podría marcar el final de su ciclo, que lleva apenas ocho partidos.

Jorge Benítez jugó más de 300 partidos con la camiseta de Boca

Mientras tanto, en el plantel sigue siendo motivo de preocupación. Hay demasiados jugadores, muchos sin lugar, y otros que no son tenidos en cuenta pero con los que tampoco se llega a un acuerdo para rescindir sus contratos. “¿Cómo voy a tener 40 jugadores?”, se pregunta Benítez. “Me quedo con 13 o 14 titulares. El resto, si quiere acompañar, bien. Pero al vestuario no entra más nadie”, agrega. Perotti señala que hay futbolistas que no están a la altura y, sin embargo, siguen cobrando hasta fin de año. “Tenés 15 jugadores que no te sirven para nada y no los dejás ir. Eso contamina el vestuario”, afirma. Y suma otro ejemplo: “Lo de Saracchi es un caso más. Lo quieren vender como si fuera el número 3 de la selección, pero no lo va a comprar nadie”.

Ribolzi añade que, más allá de los nombres, falta jerarquía y sentido de pertenencia: “Hace rato que no veo un líder en este equipo. Los jugadores deben entender lo que significa este club”.

En cuanto al rendimiento, Márcico pone el foco en lo futbolístico. “Hay que levantar a los que están bajos para que acompañen a Paredes. También recuperar a Cavani, que puede formar una dupla clave con Merentiel”. El Beto entiende que el uruguayo aún puede dar mucho si logra una mejor conexión con el resto. “Son futbolistas que tienen que dar lo suyo y hacer jugar al equipo”, explica. Perotti, si bien es admirador del uruguayo, también es exigente: “Si hoy no está para jugar, que vaya al banco. Así de simple”.

Márcico defiende la gestión Riquelme:

La política de refuerzos tampoco se salva. Perotti enumera casos: Saracchi, Martegani, Janson, Orsini, Rolón, Valdés, Zambrano. “Una pila de jugadores que no rindieron. Muchas malas decisiones, una atrás de la otra”, dispara. Benítez resume: “No te pueden traer un 3 cuando necesitás un creador. Paredes no puede tirar el centro e ir a cabecear. Lo ves abrir los brazos porque no tiene a quién dársela: el lateral y el extremo están encimados contra la raya, sin opciones de descarga. Para mí, Zenón tiene que ser el enganche, el que reciba entre líneas y lastime por el medio. Y de los volantes centrales, al menos uno tiene que ser rápido. Argentina salió campeón del mundo con un mediocampo muy dinámico y veloz, no con tipos estáticos.” En este punto, casi todos coinciden en que no hay un criterio claro para el armado del plantel, y eso se refleja en la cancha.

Las diferencias se acentúan al momento de identificar las causas del flojo presente. Para Ribolzi, el problema excede lo deportivo: “Más urgente que lo futbolístico es limpiar todo lo que está alrededor”. Perotti va más allá: “Es un desastre, Boca. Si no se guardan el orgullo, esto no se arregla”. Benítez cree que se necesita decisión y firmeza: “Tiene que venir alguien y decir ‘agarro solo’. Esto se arregla entre el técnico y los jugadores”. Márcico, en cambio, sostiene que todo se puede resolver desde el juego. “Yo sé que no viene de ahora. Hace mucho tiempo que no se encuentra el equipo. Y cada vez se hace más difícil. Pero se puede. Hay que preparar bien el partido con Racing y ganar. Hay que cortar la racha”.

Ribolzi, Benítez, Perotti y Márcico miran la realidad de Boca desde distintos ángulos, pero con una misma intención: aportar su visión, desde la crítica o el respaldo, para que el club recupere cuanto antes el rumbo que perdió hace tiempo.

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