La niña de mis ojos: ternura e inteligencia en un romance juvenil con sello surcoreano

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La niña de mis ojos (You Are the Apple of My Eye, Corea del Sur/2024). Dirección y guion: Cho Young-Myong. Fotografía: Hong Jae-Sik. Música: Lee Yong-Myoung. Edición: Kim Man-Geun. Elenco: Jung Yinyoung, Dahyun, Lee Min-goo, Kim Min-ju, Lee Seung-jun, Kim Yo-han. Distribuidora: BF Paris. Duración: 101 minutos. Calificación: apta para todo público. Nuestra opinión: muy buena.

El comienzo de esta tierna, inteligente y disfrutable mezcla de drama y comedia romántica juvenil puede tener alguna reminiscencia amarga para el público argentino. Estamos en 2002, un tiempo de milagros futbolísticos para Corea del Sur en el Mundial que ese país organizó junto a Japón y que mandó muy rápido de regreso a casa al seleccionado albiceleste dirigido entonces por Marcelo Bielsa, eliminado en la primera ronda.

En algún momento, más tarde, veremos circunstancialmente a uno de los personajes vestido con una camiseta de entrenamiento con el escudo de la AFA, curioso detalle (visto desde esta parte del mundo) de un momento de la historia surcoreana en el que muchos niños empezaban la escuela con el sueño de convertirse en futbolistas profesionales. Aunque en el lugar en el que se desarrolla la acción (Chuncheon, una capital de provincia ubicada en el norte de país, no muy lejos de Seúl) no había recursos ni espacio para la construcción de un estadio importante.

Lo que importa aquí es ajeno al fútbol. Estamos ante un típico coming of age en formato de K-drama. El adiós a la adolescencia y la entrada a la adultez de un pequeño grupo (cinco chicos y dos chicas) que enfrentan los últimos años de la escuela secundaria y la entrada en la universidad entre anhelos, miedos, dudas, estudios, juegos y romances inciertos.

En esta última dimensión se mueven sobre todo los dos grandes protagonistas del relato, Jin-Woo (el muy desenvuelto Jung Jinyoung, galancito en ascenso a partir del éxito de la serie Mi primer amor de verdad, disponible en Netflix) y Sun-ah (la deliciosa Dayhun, enorme estrella del K-Pop que hace aquí su debut triunfal en el cine). Todos en la clase están enamorados de ella, que responde con un aire enigmático y distante.

La niña de mis ojos

El relato se va armando, con apuntes certeros y mucho cariño por los personajes, a partir de prototipos que bajan a la tierra y con los que es fácil empatizar: el que no para de comer, el que no para de dormir, el que no puede disimular sus precoces impulsos sexuales. Todo resulta muy natural, inclusive aquello que podría causar más extrañeza de la educación surcoreana, como la persistencia de algún tipo de castigo físico a quien comete actos de indisciplina en clase.

En medio de esta sucesión de datos y escenas agridulces, que incluye algunos apuntes interesantes sobre cómo se estudia en Corea del Sur, empezamos a reconocer una historia de amor que se irá manifestando de a poco con toda la previsible inocencia de una cultura que impone distancia para todo lo que es acercamiento o contacto físico. Sobran ejemplos en la prolífica producción surcoreana disponible en las plataformas de streaming, sobre todo Netflix.

La niña de mis ojos

Los avatares universales de cualquier experiencia de primer amor (acercamientos tímidos, malentendidos, idealizaciones, cortejo, celos, silencios, adversidades y temores ficticios o reales) se expresan todo el tiempo a través del tamiz de las costumbres, las reglas y la idiosincrasia del lugar. Esa alquimia casi siempre funciona muy bien gracias a la vivaz simpatía del elenco y a que cada uno de los protagonistas tiene talento suficiente como para asumir las distintas etapas del relato en su evolución física y sobre todo emocional. Los vemos crecer y madurar con perfecta noción y conciencia de ese crecimiento.

Remake de un exitoso film taiwanés, La niña de mis ojos funciona en cada uno de los escenarios elegidos por sus artífices. Por encima de todo está la historia de amor, pero también la peripecia del aprendizaje del camino hacia la adultez. Y también vale como una puerta de entrada ideal para descubrir el fascinante y vasto mundo de la producción audiovisual surcoreana.

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