
Poco a poco, la China Suárez se adapta a su nueva vida en Turquía, donde ensambló su familia con Mauro Icardi y sus tres hijos Rufina, fruto de su relación con Nicolás Cabré, Magnolia y Amancio Vicuña, nacidos de su vínculo con Benjamín Vicuña.
Mientras Icardi entrena con sus compañeros, ya reincorporado al primer equipo del Galatasaray, y los chicos están en el colegio, Eugenia comenzó una nueva actividad para pasar su tiempo libre. “Primera clase de pilates mat y desayuno con vista”, escribió la actriz en el centro de la composición visual. El collage resume la reciente rutina matinal de la China. En la fotografía superior izquierda, muestra el rostro al natural, cabello recogido y camiseta blanca, frente a una entrada de luz que destaca su mirada fija a la cámara y una expresión de serenidad.
La imagen superior derecha revela un fragmento del escenario donde transcurren sus mañanas: una terraza luminosa con mobiliario de estilo café y una panorámica relajante de aguas calmas, con colinas y construcciones a lo lejos, bajo un cielo limpio.

La parte inferior izquierda del collage la muestra sentada en una colchoneta lila, lista para ejercitarse en una sala de pilates equipada con bancos, pesas y espejo de cuerpo entero. Lleva indumentaria deportiva oscura y, en el reflejo, se distingue el ambiente tranquilo y ordenado por la luz tenue de las lámparas.
En la foto inferior derecha, la actriz aparece en movimiento, entrando o saliendo de un ascensor revestido en tonos dorados, con gafas oscuras, top blanco, pantalón y un bolso grande. La escena combina practicidad, elegancia y modernidad, y suma a esa descripción la imagen de una mujer activa, inmersa en sus propios rituales. Cabe recordar que Mauro hizo pilates durante la recuperación de la operación de rodilla que lo tuvo nueve meses alejado de las canchas, por lo que se suma una cosa más que tienen en común. En el caso de la China, se trata de la variante que se realiza en el suelo, con una colchoneta en la que el peso del cuerpo es la única resistencia
Este posteo se dio luego de la tarde de furia que tuvo en las redes sociales, donde respondió a los haters y los expuso en sus historias, mostrando sus nombres y rostros. Todo comenzó cuando subió una simple secuencia de selfies en las que se la veía dentro de un auto, con el rostro maquillado, un top blanco y la descripción con un emoji de un moño rosa. En la foto aparecía posando con naturalidad, pero los comentarios que llegaron después distaron mucho de ser amables.
Entre los mensajes que comenzaron a aparecer, algunas usuarias le escribieron frases cargadas de sarcasmo y desprecio. “Siempre las mismas fotos pedorras”, lanzó una. Otra apuntó: “Esas pestañas y esa boca”. Una tercera directamente comentó: “Vómito”. Y una más ironizó: “Te faltó un poquito más de zoom ya que no se ve bien tu cara”.
Luego de esa publicación, la China subió una serie de historias que repitieron el mismo patrón: una captura del comentario ofensivo seguida por la foto de perfil de la mujer que lo había escrito. Así, se sucedieron las secuencias una tras otra: comentario, foto; comentario, foto; comentario, foto.
Minutos después, publicó una historia con un primerísimo primer plano de su rostro, donde se le ve parte de un ojo, la nariz y la boca, acompañada por una frase que rápidamente se viralizó: “Ahí vaaaaaa con más zoom. Para que la pongas de fondo de pantalla”, escribió, como una respuesta directa a la usuaria que la habían criticado por el uso de zoom en sus fotos.
Finalmente, la China compartió un video desmaquillándose frente al espejo, acompañada por un audio viral en tono sarcástico que decía: “No podés ser fea y mala. Podés ser linda y mala, pero no fea y mala. Cuando sos fea, vos no te podés dar el lujo de ser mala. Cuando sos fea, vos tenés que trabajar tu personalidad. Entonces, la verdad que la cantidad de envidiosas que tienen cara de burro ahí tirando veneno, yo digo: ‘Hermana…’”.
En la misma grabación, escribió: “Buenas noches. Me espera el amor de mi vida en la camita, mis hijos duermen y tengo sueño ya. Descansen”, a modo de darle un cierre más relajado a la secuencia de historias atacando a las mujeres que la criticaron en primer lugar.
