La nueva vida de Raquel Sánchez Silva tras la muerte de Mario Biondo: sus proyectos profesionales, su nuevo varapalo judicial y su faceta familiar

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Raquel Sánchez Silva y Matías Dumont durante el estreno de la película

Doce años después de aquel 30 de mayo de 2013 que marcó para siempre su vida, Raquel Sánchez Silva ha sobrevivido al peso del escándalo, la especulación mediática y una búsqueda incesante de verdad. Aquel día, su esposo, el cámara italiano Mario Biondo, fue hallado sin vida en su casa de Madrid. Un episodio que inicialmente se cerró como suicidio, pero que con el paso del tiempo se ha transformado en un misterio judicial que aún sigue abierto.

Y es que en los últimos años, Raquel ha orientado su carrera hacia proyectos que combinan su espíritu comunicativo con su sensibilidad artística. Uno de los más destacados es su papel como presentadora de Maestros de la Costura, cuya versión Celebrity está ultimando los detalles para una segunda temporada en La 1.

Paralelamente, su nombre vuelve a la palestra tras la nueva resolución judicial de la muerte de su primer marido. El reciente auto de la Audiencia Provincial de Madrid ha reactivado un caso que Raquel había dejado apartado. La justicia española reconoce ahora que hay “indicios” de que la muerte de Mario pudo no ser un suicidio, alineándose con versiones del Tribunal de Palermo, que ya en 2022 sostuvo que pudo tratarse de un homicidio.

Raquel Sánchez Silva y Mario Biondo (IMAGEN DE ARCHIVO).

La resolución madrileña señala que se ha presentado por primera vez una denuncia con abundante prueba pericial y una copia de una resolución judicial que apuntaría a que la muerte no fue voluntaria. Sin embargo, el tribunal rechaza reabrir el caso al considerar que está cerrado por “cosa juzgada”.

Para la defensa de la familia Biondo, liderada por Vosseler Abogados, este auto es un reconocimiento de que muchos de sus argumentos —incluyendo la falta de diligencias esenciales en el momento del hallazgo— han sido validados. El equipo prepara ahora recursos al Tribunal Constitucional y al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, así como una reclamación de responsabilidad patrimonial por la actuación judicial en España.

Su vida privada, una nueva ilusión

Desde aquella tragedia, Raquel optó por reconstruir su vida lejos del foco mediático constante. Hoy, a sus 52 años, Raquel se encuentra en una etapa de plenitud personal. Vive volcada en sus hijos, Mateo y Bruno, y en su pareja, el productor argentino Matías Dumont, con quien ha encontrado un equilibrio estable tras los años más turbulentos de su vida. Su presente ya no se define por la tragedia, sino por la búsqueda consciente de bienestar, afecto y discreción.

Raquel y Matías se conocieron siete meses después de que la vida de la presentadora se tambaleara. El argentino, profesional del mundo audiovisual, llegó a su vida como un refugio inesperado. Su relación fue creciendo con serenidad, sin grandes exhibiciones públicas, pero con la complicidad de quienes han aprendido a valorar los pequeños gestos cotidianos.

En septiembre de 2015 nacieron los mellizos Mateo y Bruno, y con ellos comenzó una nueva etapa. Desde entonces, la periodista ha hecho de su familia su mayor prioridad. Apenas comparte imágenes de sus hijos, y cuando lo hace, evita mostrar sus rostros. Prefiere preservar su intimidad y ofrecerles una infancia ajena a la exposición mediática que a ella le ha acompañado durante más de dos décadas.

Raquel Sánchez Silva celebra su 44 cumpleaños rodeada de su familia (José Oliva / Europa Press).

Viven entre Madrid y Plasencia, la tierra natal de la presentadora, donde encuentran la paz que el ritmo televisivo no siempre permite. Allí disfrutan de una vida tranquila, centrada en sus hijos, los viajes en familia y los pequeños rituales cotidianos. Raquel suele decir que su hogar es “su refugio y su punto de partida”.

Además, la periodista expresó a comienzos de este año en una entrevista con MujerHoy su deseo de volver a la escritura, la radio y otros proyectos creativos: “Tengo que volver a escribir, eso es una necesidad. Quizá sea este año, no lo sé. La tele me da mucho rock, pero escribir me devuelve a un lugar muy exigente, que me estresa de otra manera. Sé que no soy una grandísima autora, pero me encanta escribir y me devuelve a mí misma. Es como meter la mano en la arena, una forma de profundizar. Para mí es la segunda pata en la mesa de sanar. La primera es viajar».

RAQUEL SANCHEZ SILVA FELIZ CON SUS HIJOS, BRUNO Y MATEO, EL DÍA DE SU TERCER CUMPLEAÑOS. (Jose Velasco / Europa Press).

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