
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha iniciado una colaboración inédita con los gobiernos de Gambia y Mauritania para reforzar sus respectivas capacidades para responder a las muertes y desapariciones de migrantes que buscan llegar a Europa, con vistas a recabar datos fiables y «dar respuestas» a sus familias.
Gambia y Mauritania se comprometen a coordinar las investigaciones de desapariciones, los datos de decesos y la información a las familias, según un comunicado de la agencia de Naciones Unidas, que ha abogado por transponer en medidas «concretas» las actuales estadísticas.
Dichos datos dan cuenta de 30.000 muertos o desaparecidos en el Mediterráneo, otros 5.000 en la ruta que conecta con las Islas Canarias a través del Atlántico y casi 6.000 en el desierto del Sáhara, lo que da cuenta de la especial afluencia de migrantes en la zona occidental de África y el Sahel.
«La directora de la OIM para la región, Sylvia Ekra, ha explicado en un comunicado que reforzar a las autoridades sobre el terreno y la cooperación transfronteriza puede no sólo salvar vidas «sino también restaurar la esperanza y la dignidad de las familias que esperan respuestas durante mucho tiempo».
El ministro de Exteriores gambiano, Sering Modou Njie, ha asegurado que esta tarea se convertirá en una «prioridad» para su Gobierno, de tal manera que se puedan prevenir las muertes y desapariciones y, al mismo tiempo, «garantizar que las familias reciben las respuestas y el final que merecen».
Por su parte, la directora de migración en el Ministerio del Interior de Mauritania, Fatma Mohamed Salem, ha recordado que la ruta migratoria del Atlántico «sigue causando tragedias humanas». En agosto, al menos 134 personas murieron por un naufragio frente a las costa de Nuakchot.
