La ONU ha subrayado este viernes la difícil situación que atraviesa Birmania y ha lamentado que «la guerra, la represión y el sufrimiento» están hundiendo el país, condicionando sus posibilidades de mejora a futuro, si bien ha destacado el espíritu de paz y superación de la población birmana.
«Birmania se está hundiendo cada vez más en una catástrofe humanitaria, mientras la escalada de los ataques militares, las paralizantes restricciones a la ayuda y el colapso del apoyo internacional empujan a millones de personas a la hambruna y la desesperación», ha expresado el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk.
Turk ha insistido en que «las condiciones sobre el terreno sólo han empeorado» y ha destacado que, «a pesar de los enormes desafíos, personas de toda la sociedad se esfuerzan por construir (un país) pacífico, sostenible, democrático y diverso, basado en los derechos humanos».
En la misma línea, el Alto Comisionado ha apuntado a «cuatro vías clave» en la transición de Birmania hacia la paz y la democracia, abogando por «la justicia y la rendición de cuentas, la gobernanza democrática, una reforma económica al servicio del pueblo y un compromiso internacional sostenido».
Así las cosas, Turk ha hecho especial hincapié en la necesidad «imperativa» de «que los militares pongan fin de inmediato a la violencia, permitan el acceso humanitario sin obstáculos y liberen a todas las personas detenidas arbitrariamente», en un contexto de agitación en el que «priorizar los derechos humanos ofrece esperanza».
