Las bolsas de aire, más conocidas como airbags, son un componente esencial del sistema de seguridad de los vehículos y uno de los inventos más importantes en materia de protección, junto con el cinturón de seguridad.
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Estas bolsas de aire se activan al producirse una colisión, liberando en milisegundos un gas que infla la bolsa y, en conjunto con el cinturón de seguridad, ayudan a amortiguar el impacto y a absorber parte de la energía generada por la inercia del cuerpo.
Ahora bien, los autos modernos incorporan una función que permite desactivar el airbag del acompañante, algo que suele generar dudas entre los conductores: ¿para qué sirve exactamente esta opción si los airbags están diseñados para salvar vidas?

“Todos los autos tienen la función de desactivar el airbag del acompañante. No el del conductor, sino el del ‘copiloto’”, inició Fabián Pons, director del Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam).
En ese sentido, Pons señaló que pueden desactivarse por varias razones. La primera tiene que ver con los conductores que circulan siempre solos y no llevan acompañantes. “En caso de un choque, no se incurre en el gasto de reponer ese airbag del acompañante que, en definitiva, no protege a nadie”, aclaró.
“Sin embargo, muchos autos cuentan con un sensor de presencia que se activa con el peso de la persona sobre el asiento. Este sistema inteligente detecta si hay alguien sentado y, en caso contrario, anula automáticamente el airbag. En otros modelos, la desactivación debe hacerse de forma manual”, agregó.
El inconveniente con esta primera justificación, advirtió el especialista, es que a veces las personas se olvidan de que lo desactivaron —en los casos manuales— y luego trasladan a un pasajero que viaja sin protección.

“El segundo motivo se da cuando es imprescindible llevar a una criatura en el asiento delantero, por alguna razón particular, especialmente en los vehículos biplaza. En esos casos, si se transporta al niño en una sillita orientada en sentido contrario al avance del auto, es fundamental desactivar el airbag, ya que, de activarse, podría golpear al niño o a la silla y causarle lesiones graves”, explicó.
También existen otras situaciones vinculadas con la salud: por ejemplo, personas que deben viajar en una posición específica o que tienen lesiones que hacen recomendable desactivar el airbag del acompañante.
A modo de conclusión, Pons cerró: “En general, salvo en casos excepcionales, se aconseja no desactivar nunca ese airbag”.
La historia de los airbags
Los primeros airbags fueron ideados por John Hetrick, un ingeniero estadounidense que en 1952 tuvo un siniestro vial junto a su familia. En dicho choque tanto él como su esposa tuvieron que usar los brazos para evitar que su hija se golpeara con el tablero.
Pasaron los días y él se puso a pensar en un elemento que se desplegara, justamente, para evitar que los pasajeros se golpearan con el tablero, y así fue como patentó en 1954 el “conjunto de almohada de seguridad para vehículos automotores”.

Este invento se podría decir que fue contemporáneo al cinturón de seguridad de tres puntos que creó Nils Bohlin, un ingeniero mecánico sueco, en 1958 y que se introdujo en los autos de Volvo en 1959.
Aquellos años marcaron sólo el punto de partida en la historia de la seguridad vial. Fueron una semilla para que hoy se pueda contar con importantes avances, como vehículos capaces de conducirse de manera autónoma, diversos sistemas de asistencia al manejo y airbags de múltiples tipos, incluso de cortina.
