Kinsasa, 30 ene (EFE).- El presidente de la República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, anunció una respuesta militar «vigorosa y coordinada» contra el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) para recuperar el territorio que ha ocupado y denunció la «pasividad» de la comunidad internacional ante la presencia de «miles de soldados ruandeses» en su país.
«Una respuesta vigorosa y coordinada contra estos terroristas y sus patrocinadores está en marcha. Nuestras valientes Fuerzas Armadas de la RDC (…) están plenamente movilizadas y listas para defender cada centímetro de nuestro territorio», dijo Tshisekedi en un discurso retransmitido por el canal de televisión nacional RTNC en la madrugada de este jueves.
«Las fuerzas de defensa de Ruanda, en apoyo de sus marionetas del M23, continúan su operación terrorista en nuestro territorio, sembrando terror y desolación entre nuestra población (…). Estos actos no son solo un ataque contra la República, sino una afrenta a la historia y la dignidad de nuestro pueblo», denunció.
Tshisekedi aseguró que el Gobierno ha analizado a fondo los recientes acontecimientos en el este del país, donde los rebeldes del M23 mantienen su ofensiva y donde el pasado lunes lograron tomar la estratégica ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, y anunció que se han adoptado medidas para «repeler a los agresores y recuperar cada parcela de territorio».
Asimismo, denunció «la pasividad» de la comunidad internacional y de la Unión Africana (UA) frente a la presencia de «miles de soldados ruandeses» en suelo congoleño y frente al «apoyo político, logístico y militar» del Gobierno ruandés «a su marioneta del M23», así como su implicación en «la explotación ilegal de los recursos naturales» de la RDC..
«Su silencio y su inacción ante la barbarie del régimen de Kigali y las atrocidades cometidas por sus mercenarios en nuestro territorio constituyen un ultraje (…). El pueblo congoleño toma nota de esta pasividad, que roza la complicidad», aseguró.
El presidente congoleño aseguró que su Gobierno priorizará el camino del diálogo, pero con la «firme determinación de defender» su territorio y soberanía «por todos los medios necesarios».
En este sentido, hizo un llamamiento a la juventud congoleña, a la que instó a alistarse en el Ejército y a «poner su energía y creatividad al servicio de la nación», al tiempo que pidió al resto de la población «resistir», «cerrar filas» detrás de las fuerzas armadas y «contribuir, cada uno a su nivel, al esfuerzo de la guerra».
Tshisekedi aseguró que el Gobierno adoptará «medidas estrictas» de reducción de gasto en las instituciones y sus dirigentes para que los recursos ahorrados sean directamente redirigidos al Ejército del país, y pidió al sector privado que contribuya «activamente en esta causa común».
El discurso de Tshisekedi se produjo después de que una cumbre de jefes de Estado de la Comunidad de África del Este (CAE) -a la que el mandatario congoleño rehusó acudir- exigiera un «alto el fuego inmediato e incondicional» en la RDC, y pidieran una «solución pacífica de los conflictos».
Los líderes reunidos de forma telemática interpelaron «enérgicamente» al Gobierno congoleño para que entable una relación directa «con todas las partes interesadas, incluyendo el M23 y otros grupos armados, que tienen reclamaciones».
Mientras que la RDC acusa a Ruanda de apoyar al M23, las autoridades ruandesas y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), grupo fundado en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados para recuperar el poder político en su país, otro extremo también confirmado por la ONU.
La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte y, desde entonces, ha avanzado por varios frentes hasta situarse en Goma, capital de unos dos millones de habitantes que es sede de ONG internacionales e instituciones de la ONU y que el grupo ya ocupó durante diez días en 2012.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco). EFE