Acaso la humanidad está recorriendo un largo periplo para volver a sentirse parte de un todo que la trasciende. Puede llamárselo de muchos modos. Naturaleza. Planeta Tierra. Gaia. Es lo mismo. Somos hijos de este mundo, pero durante milenios renegamos de tal filiación. Ahora, de a poco, la ciencia empieza a descubrir lo que muchas culturas ancestrales daban por sentado.
Estos días, en la Royal Society Open Science, una de las publicaciones de la Royal Society, salió un artículo en el que investigadores del Instituto Italiano de Tecnología, la Universidad del Oeste de Inglaterra (también conocida como UWE Bristol) y la Universidad Cruz del Sur de Australia demostraron que los árboles sincronizan su actividad eléctrica antes y durante un eclipse solar. Los ejemplares que estudiaron son las píceas (Picea abies), también llamadas falsos abetos, y observaron un fenómeno que es cada vez más patente. Los árboles forman una red (la llaman, en broma, wood wide web), se comunican y operan como un ente colectivo. Más aún: las píceas más viejas fueron, en el estudio, las que mostraron mayor comportamiento anticipatorio ante los eclipses, y los científicos mencionan una posible historia colectiva. Tolkien no podría estar más de acuerdo.