Oviedo ha vuelto a desplegar su alfombra azul este viernes 24 de octubre para celebrar la 45º edición de los Premios Princesa de Asturias. Como es tradición, la cita ha tenido lugar en el Teatro Campoamor, donde los reyes felipe y Letizia, sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, además de la reina Sofía, han sido los grandes protagonistas.
Este año los Premios Princesa de Asturias son especiales, pues es el primero en el que la princesa de Asturias tendrá la responsabilidad de elogiar a los galardonados, concluir la ceremonia y abrir las puertas a los Premios Princesa de Asturias del próximo año. Una labor que, hasta ahora, llevaba a cabo su padre.
Los cuatro han salido puntuales del Hotel Reconquista, donde se alojan, sobre las 18:30 horas para darse un baño de masas antes de inaugurar los galardones. Al ritmo de las gaitas, que tocaban el himno de España, han entrado en el teatro, protagonizando un improvisado desfile en el que la reina Letizia ha vuelto a acaparar buena parte de las miradas.
En este día clave Letizia ha estrenado un nuevo vestido que ya está dentro de los que mejor le sientan. Se trata de una pieza de color negro, con corte palabra de honor y largo midi, confeccionado en un delicado tejido de gasa que aporta sutiles transparencias en el escote y los hombros.
A pesar de su cuello alto, confeccionado con el mismo tejido de las mangas, resulta de lo más fresco a la vista, rompiendo con la sobriedad del negro.
Ha completado el look con sus pendientes de De Grisogono, una pieza que posee desde 2006 y que ha lucido en estos premios en tres ocasiones anteriores. Los pendientes están decorados con 432 diamantes negros en forma de lágrima y dos diamantes blancos talla navette.
El cuerpo de este vestido es ligeramente entallado, con un resultado favorecedor a su figura. En cuanto al cabello, la reina ha optado por una coleta alta pulida, despejando su rostro y haciendo que toda la atención estuviera en los pendientes y el vestido. Y es que para el maquillaje, Letizia también ha optado por la sencillez. Eso sí, sin perder elegancia ni sofisticación.
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