
La imagen de un teléfono móvil reluciente, sin una funda de plástico o silicona que oculte su diseño, gana cada vez más terreno entre usuarios en todo el mundo. Una tendencia que va por el camino opuesto a cuidar el celular con un case que modifique su diseño.
Esta decisión se da por distintos factores más allá de la moda, como la evolución en protección que tienen los dispositivos al contar con cristales más resistentes o materiales de fabricación aptos para soportar caídas desde alturas de dos metros. Motivos, que para algunos, les permite confiar y vivir sin una funda.
Cuál es el origen de la tendencia de tener el celular sin funda
Las fundas protectoras acompañan a los teléfonos móviles casi desde su origen, en un intento de prolongar la vida útil ante golpes, raspones o caídas inevitables. Durante años se consideraron un accesorio imprescindible. Sin embargo, en la última década la tecnología aplicada a la fabricación de estos dispositivos ha avanzado de manera considerable, modificando esta percepción.
Tal como señalaba el periodista tecnológico Thomas Germain, quien decidió experimentar un mes con su iPhone sin funda, la situación era distinta hace algunos años.

“Hoy en día los teléfonos son mucho más resistentes y robustos a los golpes y caídas, por lo que aguantan mucho más que los modelos de antes”, escribió en BBC.
Esta observación surge del trabajo de los fabricantes que han invertido en desarrollos como el Gorilla Glass de Corning o el Ceramic Shield de Apple. Ambos ofrecen una resistencia notable frente a impactos y rayaduras en altura moderada, como lo confirman los testimonios de los protagonistas de esta tendencia.
Pero el fenómeno de los celulares sin funda no responde solo a mejoras técnicas. Existen múltiples motivaciones que empujan a los usuarios a desprenderse de esta capa de protección.
En el plano estético, surge el deseo de disfrutar el diseño original de dispositivos que, especialmente en la gama alta, se han convertido en piezas de ingeniería y elegancia.

El aspecto práctico también influye. Los materiales premium como el aluminio, el cristal o el titanio resultan más agradables al tacto y la experiencia de uso mejora sin la intervención de un plástico extra.
Además, un teléfono sin funda ocupa menos espacio, es más cómodo de manipular e incluso puede liberar el calor o gestionar la temperatura de la batería de forma más eficaz sin ese aislante adicional. A esto se suma la higiene, ya que las fundas pueden acumular polvo y suciedad que, con el tiempo, dañan o alteran el rendimiento del dispositivo.
A este listado se suma un curioso rasgo social. Para algunos, llevar el móvil sin funda denota una capacidad económica desahogada, pues implica no temerle a reemplazar el dispositivo ante un accidente:
“Me parece una locura tener un dispositivo de lujo de 1000 dólares conocido por su diseño y pasarme el día tocando una funda de plástico de 30 dólares. Es como ponerle una funda de vinilo al sofá para proteger la tela. Yo también tengo pantalones caros, ¿debería usar unos pantalones extra para protegerlos? ¿Dónde termina la cosa?”, le dijo Yousef Ali, director ejecutivo de Blast Radio, a Germain.

Qué tan seguro es llevar el celular sin funda
La pregunta recurrente entre quienes consideran sumarse a esta corriente es si los móviles actuales realmente necesitan una funda.
El vidrio Gorilla Glass, presente en los principales terminales del mercado, es fruto de un proceso de intercambio iónico que fortalece la estructura frente a impactos. Los laboratorios de la firma Corning y otros centros de pruebas, como Consumer Reports, desarrollan ensayos —como el “drop test”— para verificar la durabilidad real de los equipos: se arrojan decenas de veces los móviles contra superficies duras y se documentan los daños.
Según Rich Fisco, líder de pruebas de Consumer Reports, “cuando empezamos el test, un tercio de los teléfonos fallaba. Ahora, con los nuevos modelos, la tasa de fallos se ha reducido de manera considerable y resisten mucho mejor”.

Los datos respaldan esta evolución. En 2016, Gorilla Glass 5 soportaba caídas desde 0,8 metros, en 2020, la versión Victus aguantaba hasta 2 metros, y en los modelos más recientes, la resistencia se extiende a 2,2 metros. Aun así, todos advierten que ningún vidrio es inquebrantable. Un ángulo crítico o pequeñas piedras pueden provocar daños, y los componentes como los marcos de aluminio siguen siendo vulnerables a las abolladuras o raspones.
Sin embargo, las fundas siguen ofreciendo ventajas evidentes. El principal beneficio reside en la protección contra daños graves por caídas. Asimismo, contribuyen a mantener el valor de reventa, ya que un móvil con marcas exteriores tiende a depreciarse.
Para algunos modelos o marcas que utilizan acabados muy lisos, además aportan un mejor agarre y evitan que el dispositivo se deslice de las superficies o de las manos.