En los últimos años se han registrado varios puntajes perfectos en las pruebas Saber 11 del Icfes de jóvenes, cuyas historias son muestra de disciplina y perseverancia para cumplir las metas. Si bien un puntaje perfecto no garantiza un futuro brillante, sí puede contribuir a tener mejor acceso a oportunidades de educación superior.
En 2025, ya son dos los jóvenes que obtuvieron los 500 puntos posibles en el examen que para los estudiantes del país marca el final de su educación básica y secundaria. Adicionalmente, para muchos es la puerta de entrada a la formación profesional por medio de becas y beneficios financieros, ya que puede que no cuenten con los recursos necesarios para costear su llegada a las universidades.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel
Andrés Felipe López Gutiérrez, un joven cucuteño que sueña con ser médico, logró el puntaje perfecto luego de tres intentos en los, igualmente, obtuvo puntajes superiores a la media de los estudiantes de todo el país. Su historia es símbolo de esperanza para los jóvenes que no pueden acceder a oportunidades para cumplir sus sueños.
El paso de López por el colegio Calasanz de la capital de Norte de Santander se vio frenado por problemas personales que lo obligaron a abandonar sus estudios y validar los grados décimo y once, de manera independiente, en un instituto de la ciudad. Sin embargo, el joven siguió con la esperanza de formarse como profesional de la salud.
Para poder cumplir lo que considera su “vocación de vida” el estudiante tuvo que presentar en tres ocasiones el examen, esto con el fin de lograr obtener beneficios que le significaran facilidades económicas en su formación.
En la primera prueba que presentó logró 340 puntos, una cifra que no es para nada despreciable, pero que no le era suficiente para formarse en Medicina en las mejores instituciones de educación superior del país. En busca de una mejor calificación, volvió a presentar las pruebas, lo que lo llevó a obtener 400 puntos en su segundo intento.
Con sus puntajes anteriores, López ya hubiera podido acceder a la formación profesional que tanto soñaba, pero su constancia y disciplina hicieron que volviera a contestar las pruebas. En su último intento logro la hazaña que cada año es conseguida por escasos estudiantes.
Los 500 puntos fueron la recompensa a su esfuerzo
Para cubrir sus necesidades básicas y costear su preparación, el joven trabajo como cajero en la cadena de supermercados Los Montes de la ciudad donde reside, lo que lo obligaba a tener rutinas exigentes que empezaban a las 6:00 a. m. y que le permitían cumplir con los turnos de ocho horas diarias en su lugar de trabajo.
Un aspecto fundamental en la preparación de Andrés fue el acompañamiento del preIcfes “Grupo 500” de Bucaramanga, una iniciativa fundada por estudiantes de Medicina de la Universidad Industrial de Santander (UIS) que ofrece una metodología diferente a la de la mayoría de estos programas en el país.
Este grupo ha buscado apoyar a jóvenes de todo el país en su proceso académico mediante una metodología intensiva, acompañamiento personalizado y seguimiento motivacional. En el caso de Andrés, Grupo 500 representó una guía efectiva y un respaldo constante, como lo demuestran sus resultados y los de otros beneficiados por la metodología.
A lo largo de su historia, este grupo ya ha registrado tres estudiantes que llegan a los 500 puntos en las pruebas de Estado, lo que representa un logro y garantiza la calidad y efectividad de su modelo de preparación. Al igual que López, estos jóvenes tenían el sueño de estudiar Medicina y sus puntajes les valieron para ser merecedores de una beca completa para su formación.