Anne-Laure Le Cunff, neurocientífica y fundadora de la plataforma Ness Labs, analiza en el podcast Modern Wisdom cómo los guiones mentales inconscientes y la obsesión por encontrar un propósito vital pueden generar malestar, en lugar de plenitud.
Según Le Cunff, vivir de forma más auténtica requiere desaprender patrones culturales, experimentar sin temor al error y aceptar la incertidumbre que acompaña a los periodos de transición.
Los guiones mentales: patrones invisibles que dirigen nuestras decisiones
De acuerdo con el análisis presentado en Modern Wisdom, muchas personas actúan según “guiones mentales inconscientes», conocidos como cognitive scripts en la literatura psicológica.
Estos patrones de comportamiento se interiorizan mediante la observación y la imitación del entorno social. “Seguimos guiones mentales no solo en lo cotidiano, sino también en decisiones importantes de la vida”, afirmó la neurocientífica durante la entrevista.
Estos scripts facilitan acciones rutinarias, como pedir comida en un restaurante o asistir a una consulta médica. No obstante, también influyen en decisiones trascendentales, como la elección de carrera profesional, pareja o estudios.
Identificó tres tipos principales: el guion narrativo, que busca coherencia entre pasado y presente; el guion de complacencia social, que prioriza impresionar a los demás; y el guion épico, que exige que cada acción tenga gran relevancia. Según la autora, estos hilos invisibles pueden llevar a las personas a vivir sueños ajenos, creyendo que son propios.
Crítica a la obsesión por el propósito y la cultura de la productividad
La presión por encontrar un propósito vital se convirtió en una fuente común de sufrimiento, según Le Cunff. “Cuando tratamos de encontrar nuestro propósito, nos volvemos miserables”, afirmó en el podcast, Chris Williamson.
A su juicio, esta búsqueda obsesiva genera la sensación de que la vida carece de valor si no se encontró una misión trascendente, lo que intensifica la comparación con los logros y pasiones ajenos.
Este fenómeno se ve agravado por la cultura de la productividad, que asocia el valor personal con la utilidad y el rendimiento. La experta explicó que, desde una perspectiva evolutiva, demostrar utilidad al grupo era clave para la supervivencia.
En la actualidad, esta tendencia se intensificó con el auge de métricas de éxito, redes sociales y sistemas de evaluación continua. “Hay una tendencia natural a vincular nuestro valor a la productividad, y la sociedad moderna multiplicó los incentivos para mostrar que contribuimos”, indicó.
Estrategias para desaprender patrones culturales y experimentar
Frente a la rigidez de estos guiones y la presión social, Le Cunff propone la experimentación como vía hacia el autoconocimiento. “La mejor manera de descubrir tu propósito es experimentar, como un científico”, recomendó.
Invita a reemplazar la búsqueda de respuestas definitivas por una actitud de curiosidad, mediante hipótesis y pequeños ensayos cotidianos.
Esta práctica no exige grandes riesgos, sino acciones simples como probar nuevas actividades, modificar rutinas o explorar intereses sin expectativas fijas.
Según la autora, observar la situación personal permite detectar patrones automáticos y abrir espacio para nuevas opciones. “Solo cuando empiezas a observar tu situación actual puedes notar pequeños patrones y cosas que podrías experimentar”, señaló en Modern Wisdom.
El papel de la incertidumbre y los espacios liminales
Lejos de ser una amenaza, la incertidumbre puede favorecer el crecimiento personal. Le Cunff introdujo el concepto de “espacios liminales”: periodos de transición en los que una etapa terminó, pero la siguiente aún no comienza. Ejemplos comunes son el tiempo entre la graduación y el primer empleo, o entre el fin de una relación y el inicio de otra.
Según la neurocientífica, la reacción habitual ante estos espacios es buscar cerrarlos rápidamente, ya que el cerebro humano tiende a evitar la ambigüedad.
Sin embargo, sostiene que los espacios liminales son oportunidades de autodescubrimiento y crecimiento. Permanecer en ellos permite explorar nuevas facetas personales y descubrir intereses inesperados.
La neurocientífica advirtió que la necesidad de certezas puede provocar decisiones apresuradas o rutinas rígidas como mecanismo de control. Este exceso resulta insostenible y suele derivar en autocrítica y ansiedad cuando el sistema de control falla.
Consejos prácticos para gestionar la ansiedad por el tiempo y la presión social
La time anxiety, es otro fenómeno frecuente. Le Cunff explicó que esta ansiedad nace de una visión cuantitativa del tiempo, el concepto griego de “cronos”, que prioriza llenar cada minuto con actividades productivas. Frente a ello, propone recuperar el sentido de “kairos”, centrado en la calidad de las experiencias.
Para reducir esta ansiedad, recomienda priorizar momentos significativos sobre la acumulación de logros: leer con un hijo, caminar o descansar sin la presión de ser eficiente.
Además, sugirió ajustes en la rutina diaria, como evitar pantallas al despertar o antes de dormir, y diseñar el entorno para favorecer decisiones saludables cuando disminuye la energía.
También aboga por la autocompasión, recordando que muchas conductas automáticas, como el uso excesivo de redes sociales, actúan como mecanismos de defensa ante el estrés.
Autocompasión y aceptación de los propios ritmos
Le Cunff enfatizó la importancia de practicar autocompasión y aceptar los ritmos personales, especialmente en una cultura que exalta la rapidez y la eficiencia.
Reconoció que muchas personas sienten vergüenza al reducir el ritmo o priorizar el bienestar, pero insistió en que “vivimos en una sociedad cronos, aunque para nuestra salud mental es mejor pasar más tiempo en kairos”.
Le Cunff propuso adoptar una actitud de antropólogo ante la propia vida: registrar el uso del tiempo y la energía, y detectar qué actividades generan interés o desgaste.
A partir de esa observación, es posible identificar patrones y diseñar pequeños experimentos que conduzcan a una vida más alineada con los valores personales.
Aceptar la transición y experimentar sin miedo, concluyó la neurocientífica, puede ser la clave para construir una existencia más auténtica y satisfactoria, libre de los dictados de los guiones mentales y de la tiranía de la productividad.