Comenzó la cuenta regresiva y hoy, después de casi cuatro meses de trabajo y ensayos, comienza la gran final del ciclo de Telefe conducido por Nico Occhiato, La Voz Argentina.
El miércoles se conocieron los nombres de los representantes de los equipos de Luck Ra, Lali, Miranda! y Soledad Pastorutti. En diálogo con LA NACION, Nicolás Behringer, Alan Lez, Eugenia Rodríguez y Milagros Amud contaron cómo se preparan para la gran noche que (más allá de los resultados) marcará un antes y un después en sus vidas.
Aunque los cuatro quieren convertirse en “la voz argentina” y trabajaron duro para serlo, todos coinciden en que su sueño está más que cumplido y que seguro esta experiencia será un hito en sus carreras. Además, agradecieron la experiencia y lo aprendido y le enviaron un mensaje a los niños que fueron y que soñaban con vivir de la música.
Nicolás Behringer (Team Luck Ra)
“Prófugos” de Soda Stereo fue la canción que eligió el joven de 28 años para las audiciones a ciegas. Elegido por Luck Ra, tuvo una infancia y una adolescencia difíciles: vivió hasta los 13 años en la calle y tras la muerte de su padre, hace seis años asumió la tutoría legal de su hermana, a quien le lleva más de una década. El certamen es también una forma de demostrar que los sueños se pueden perseguir a pesar de la adversidad y un ejemplo para su hermana y para otros chicos que pasan por situaciones difíciles.
—¿Cómo te preparás para la gran final?
—Con muchas ansias, estoy armando videos para que la gente sepa mi intención detrás de cada una de las canciones y pienso mucho en mis compañeros, cómo los admiro a todos, el honor que se siente subir al escenario después de que ellos hacen un show espectacular y muestran las cualidades que tienen como artistas, que son un montón. Me cuesta caer en que soy yo quien representa al grupo cuando veo talentos tan grandes. Están todos más que calificados para representarnos, es abrumador y me hace temblar pero a la vez estoy orgulloso y feliz, siento que le cumplí un sueño a mi viejo donde sea que esté y a mi hermana; le dejo un ejemplo a ella y a otros chicos y chicas que quieran dedicarse a lo que sea que aman, a pesar de la adversidad.
—¿Cómo creés que será el día después de la final si ganás?
—Será lo mismo, el ser humano que soy no va a cambiar más allá de los objetivos que logre porque tengo claro quién soy. Puedo evolucionar, estoy expectante de saber qué me depara la vida después de eso, pero no me angustia si no es así porque siento que los cuatro finalistas somos cuatro ganadores y que el haber entrado al programa te hace ganador porque no es un juego en el que se gana o se pierde, sino que se gana y se aprende y para mí la vida es así. Siento que gané por haber pasado la audición a ciegas y si no, también porque me enseña cosas a mejorar. Si gano creo que va a haber muchas oportunidades y si no gano también, porque mis objetivos como artista y deseos con la música los tengo que tener más allá de La Voz. Esto cumple un ciclo pero vuelvo a mí y a seguir queriendo construir mi música y el sueño de que mucha gente sea feliz con eso y brindar la felicidad que yo sentí con la música a otra gente, que se sienta en una fiesta con eso. Mi mayor victoria fue la experiencia y aprendizaje, momentos hermosos con compañeros y con todos los que allí trabajaron.
—¿Qué te llevás y qué aprendiste?
—Que todo artista necesita un equipo profesional para brillar, podés tener un álbum, pero hay mucha gente que no se ve y está alineada. Es muy difícil hacer que algo suceda si no estás enfocado y me conocí mucho más como artista y persona. Lo más lindo que me llevo es la gente, las experiencias y las devoluciones de los profesionales.
—¿Qué te movilizó a hacer el casting?
—Fui pensando que lo hacía para probar porque mucha gente me decía que lo hiciera pero no pensando “tengo que quedar”. Sé lo que doy y fui sabiendo que me iban a apreciar por mis cualidades vocales y si eso no sintonizaba, estaba bien también. Yo ya me elijo y no dejaré de hacerlo, por eso dejé todo para dedicarme a la música, puse todo en esto con miedos, sin saber qué pasaría. La gente me decía que fuera y fue la gente que me apoyó en los play off.
—¿Qué le dirías al niño que fuiste que soñaba con vivir de la música?
—¡Muchas cosas! Que disfrute el proceso y se conozca. Le diría tal vez lo que no quiere oír porque la persona que soy hoy es fruto de los procesos que viví y no soy quién para decirle cómo vivir su vida, solo que se aventure y lo que quiera, que lo haga y lo viva. De chico mi sueño era ser médico para estudiar sobre la diabetes y cuidar a mi viejo, ese era mi sueño; después fue hacer música para hacer feliz a más gente. Quiero vivir las cosas que me hagan vivir la vida con amor y la música es una. Siempre está presente ese niño, con más infancia o menos porque tuvimos que atender cosas con más urgencias, pero esa fue la fórmula después de pasar cosas fuertes y estar acá.
Alan Lez (Team Lali)
Oriundo de San Antonio de Padua, el joven de 29 años que ahora vive en Palermo encontró en la música un refugio. “En 2022 mi viejo sufrió dos ACV (Accidente Cerebrovascular) y mi vida dio un giro. Empecé a escribir muchas canciones y fue como crecer no solo musicalmente sino a nivel personal”, dijo en su ingreso al concurso. En las audiciones a ciegas conquistó a Lali con “Prisionero”, de Miranda!
—¿Cómo te preparás para la gran final?
—Con una mochila de ilusiones y de nostalgia también, después de preparar canción tras canción tantos meses, se vuelve parte de tu rutina y entender que esto va a terminar tiene un peso emocional fuerte, porque ya no estás tan acompañado en tu grupo y se siente esa responsabilidad de final.
—¿Cómo creés que será el día después de la final si ganás y si no ganás también?
—Va a ser como cualquier día, pero con la particularidad de que sos el ganador de una edición de La Voz Argentina. Sos el mismo, pero con un título y un renombre muy importante. En caso de no ganar la vida continúa, sigue y es un gran paso para todos los que pasamos por este programa. De ambas formas seguiré con la misma energía e ilusión de cuando entré al programa y con el objetivo ampliamente superado, que era que la gente me escuchara y conociera.
—¿Qué te llevás y qué aprendiste?
—Aprendí a laburar bajo la mirada de un público masivo y todo un país, toda la Argentina disfrutando del show en familia. Entendí la responsabilidad que conlleva entretener a la gente detrás de pantalla y que todos estamos para una misma meta y sueño, y aprendí que más allá de que es una competencia, uno se enriquece con las historias de los otros. Es súper didáctico entender qué es hacer tele y laburar con equipos de primer nivel: maquilladores, camarógrafos, vestuaristas. Todo es grande y masivo.
—¿Qué te movilizó a hacer el casting?
—Fue un miedo que tenía reprimido hacía tiempo de no animarme a hacer cosas por el qué dirán y ese prejuicio interno de creer que no estás listo para hacer ciertas cosas o creer no merecer el espacio para hacer lo que uno ama. Estoy llegando a los 30 y siempre tenía ganas de ver si funcionaba lo que hacía o podía llegar a más gente y superó mis expectativas.
—¿Qué le dirías al niño que fuiste que soñaba con vivir de la música?
—Le diría que siga soñando en grande porque no hay nada más lindo que cuando uno crece y se olvida de ese niño, que ese niño nos recuerde que todavía se sigue soñando.
Eugenia Rodríguez (Team Miranda!)
La tucumana de 27 años sorprendió al jurado en las audiciones a ciegas con su interpretación de “Gloria”. Es diseñadora gráfica pero apasionada de la música. Ya se había presentado a otros castings de La Voz. Esta vez estaba a punto de desistir, pero cuando supo que la prueba sería cerca de su casa decidió presentarse igual. El resto es historia conocida.
—¿Cómo te preparás para la gran final?
—Con muchas ganas, ansiedad, nervios, pero a la vez sabiendo que recorrí un camino increíble y buscando el tiempo para disfrutar esto que está pasando, de la gente que me quiere, del amor de mis amigos, del amor que me hace llegar mi provincia y dándome el espacio para saborear esta situación que es única en la vida y a la vez con mucho compromiso y con el trabajo de todos para dar siempre lo mejor.
—¿Cómo creés que será el día después de la final?
—Voy a tener que asimilar mucho de lo que pase, abrazarme yo misma para celebrar el proceso y el trabajo y caer en lo que pase, y no me lo imagino. Es tan idílico que pensé tanto tiempo como un sueño que es difícil pensar en cómo sería lograrlo. Independientemente de lo que pase, ya gané, no solo por lo monetario que significa o los premios, sino por el aprendizaje, la gente que me llevo. Es un curso acelerado de ser cantante y es como recibirse y no hay alegría más grande que haber completado el juego.
—¿Qué te llevás y qué aprendiste?
—Es muy personal, es la tolerancia y abrazar los errores y tomarlos como punto de crecimiento. Una de las cosas que más me frenaba a la hora de participar en cosas como esta era el miedo a equivocarme ante tanta gente, pero de los errores se sigue, se crece y se ve el esfuerzo y el trabajo y la gente sabe dar ánimo para que esos errores no nos definan. Además, me llevo amigos y gente impresionante.
—¿Qué te movilizó a hacer el casting?
—Ya me había presentado otras veces y esta vez me movilizó que estuviera cerca. Antes lo había hecho en Salta y cuando vi que era en Tucumán y hasta cerca de mi casa, dije: “voy, no me cuesta nada”. Era el destino. Pero más allá de eso, fueron las palabras de una maestra que me dijo que tenía que dejar de ser la eterna estudiante y que tenía que animarme a dar los pasos para ser artista y dejar de esconderme en el estudio.
—¿Qué le dirías a la niña que fuiste que soñaba con vivir de la música?
—Que confíe en el proceso, que se deje llevar por lo que siente y abrazar por las personas que la quieren. Que las cosas se dan en el momento que se tienen que dar, que no se frustre y que confíe en el talento que tiene para llegar lejos.
Milagros Amud (Team Soledad)
Es la más chica de las finalistas, tiene nada más que 19 años y en las audiciones a ciegas sorprendió al jurado con “Nosotros”. De San Miguel, provincia de Buenos Aires, comenzó a cantar tangos de la mano de sus bisabuelos.
—¿Cómo te preparás para la gran final?
—Con mucha emoción y alegría, es algo que no me esperaba, era impensado para mí. Estoy contenta de hasta dónde he llegado y me alegra mucho poder pensar en eso.
—¿Cómo creés que será el día después de la final?
—Si gano será alegría, emoción, algo que será icónico en mi vida como todo lo que viví en La Voz. Sea lo que sea que pase, es una manera de ganar estar en la final después de tanta gente que estuvo en el casting, en el programa y cosas que pasan en el medio.
—¿Qué te llevás y qué aprendiste?
—Cómo es el manejo en un programa de tele. Conocí mucha gente de muchos lugares yendo todos por un mismo sueño, intercambié muchas horas con gente que estaba preparándose para su sueño o trabajando en el programa y me llevo el cariño de la gente que me conoció a partir de un programa y estaba pendiente. Me llevo una experiencia única.
—¿Qué te movilizó a hacer el casting?
—La idea de participar, conocía el programa. Miré muchos videos de Maggie Cullen (edición 2021) que sin ganar se posicionaron igual y me parece un gran espacio para la visualización de muchos artistas de nuestro país.
—¿Qué le dirías a la niña que fuiste que soñaba con vivir de la música?
—Le diría que esté orgullosa porque trabajó, estudió, pasó tiempo soñando, practicando y amando lo que hacía, preparándose para lo que venía. Estoy contenta de honrar a la niña y a su sueño y que pudo compartirlo con quienes la rodeaban, mis bisabuelos. Faltan muchas cosas por hacer, por experimentar y cumplir. Le diría que todo lo que haga desde el corazón y con ese ímpetu de mantener su música, lo continúe.