Pocas experiencias resultan tan delicadas y universales como el final de una relación de pareja. Hay quienes eligen palabras precisas y otros prefieren el silencio incómodo; algunos optan por conversaciones largas, mientras otros desaparecen de la vida del otro sin dejar rastro. El misterio sobre cómo afrontan las personas estos momentos desafía incluso la intuición.
Ahora, la ciencia aporta respuestas claras: investigadores griegos lograron identificar las tendencias predominantes a la hora de decir adiós, revelando que la mayoría evita el dolor innecesario, tanto propio como ajeno, y apuesta por formas consideradas de clausurar el vínculo sentimental.
La investigación, publicada por Psychology Today y desarrollada por Menelaos Apostolou y Maria Kagialis, evidencia que la forma en que se termina una relación responde más a la empatía y la prudencia que al dramatismo o la frialdad. El resultado: tres grandes estrategias definen el cierre de la mayoría de las historias amorosas.
Un análisis sobre el final de las parejas
Para comprender cómo se decide terminar una relación sentimental, los investigadores realizaron dos fases de estudio. Primero, 228 personas describieron cómo actuarían ante una ruptura, identificando 45 estrategias distintas, según Psychology Today. Luego, con 392 participantes, agruparon esas maneras y sintetizaron los comportamientos en tres estilos principales de ruptura.
El primer paso del estudio fue recopilar la cantidad máxima de relatos sobre cómo suelen terminarse las relaciones. Entre las opciones más frecuentes, los encuestados mencionaron mostrar frialdad, distanciarse poco a poco, provocar discusiones, o sugerir que cada uno siga su propio camino.
También destacaron aquellas estrategias que implican decirle a la pareja que la relación no tiene futuro, proponer una amistad en vez de un vínculo íntimo, o recurrir a la tecnología para anunciar el final, como mensajes de texto o correos electrónicos.
Algunas respuestas reflejaron conductas más evasivas, como dejar de contestar mensajes, marcharse inesperadamente o simplemente desaparecer de la vida de la pareja. Psychology Today enfatizó que esta diversidad pone en evidencia tanto la carga emocional de una ruptura como la inclinación a evitar el sufrimiento innecesario.
Las tres estrategias principales: suavizar el golpe, tomar un descanso o evitar la confrontación
Después de analizar las respuestas, los investigadores resumieron las 45 formas en tres categorías principales. La más utilizada es “suavizar el golpe”: implica asumir la responsabilidad del final y explicarle a la pareja las razones que podrían convertir la separación en algo positivo para ambos. Quienes eligen este enfoque buscan una conversación honesta, en la que procuran exponer los motivos sin herir de manera innecesaria.
En segundo lugar, aparece la estrategia de “tomar un descanso”, en la que se propone un periodo de separación para reflexionar sobre los sentimientos. Este tiempo aparte suele preparar el terreno para una ruptura definitiva, aunque en ciertos casos permite reconsiderar el vínculo antes de dar un paso final.
La tercera opción más común es “evitar la confrontación”: se manifiesta a través del distanciamiento sin explicaciones claras, la reducción progresiva del contacto o la desaparición paulatina.
Psychology Today advirtió que, aunque esta modalidad puede resultarle menos dolorosa a quien la ejecuta, frecuentemente genera mayor confusión y dolor en la persona abandonada. Según el estudio, la estrategia de suavizar el golpe fue la preferida por quienes participaron.
Diferencias de género y limitaciones del estudio
El análisis de los datos permitió observar pequeñas diferencias entre hombres y mujeres. Psychology Today reportó que, aunque ambos géneros manifestaron preferencias similares, el público femenino tendió ligeramente más a mostrarse frías y distantes durante la ruptura. Esta diferencia, aunque sutil, podría relacionarse con condicionantes culturales o personales.
Los autores señalaron limitaciones: la investigación se basó en autoinformes, por lo que las respuestas podrían no reflejar con exactitud la conducta real de los encuestados. Psychology Today remarcó la necesidad de considerar variables como la duración de la relación, la intensidad del vínculo y las características individuales en futuras indagaciones.
Elegir asumir la responsabilidad y dialogar abiertamente —en lugar de desaparecer o eludir la conversación— contribuye a reducir el dolor y la confusión del momento. Aunque el final de una pareja siempre implica sufrimiento, el estudio confirma que la mayoría prefiere actuar con honestidad y cuidado, procurando minimizar el daño para ambas partes.
Así, estos resultados pueden orientar a quienes buscan terminar un vínculo de la forma más respetuosa y considerada posible.