Una confesión escalofriante y de un deportista que marcó una era en el básquetbol español. Más de un año después de su última aparición en una cancha como profesional, con la eliminación de Barcelona ante Real Madrid en las semifinales de los playoffs de la Liga de España, el base Ricky Rubio habló acerca de los momentos más complejos de su carrera en los que tuvo que luchar con su salud mental.
El momento más delicado para Rubio comenzó con una lesión de rodilla que sufrió en diciembre de 2021, cuando jugaba en Cleveland Cavaliers: “No quería ni agarrar el teléfono, porque yo sabía que me había roto. Mi primera reacción es: ‘esto no me pasó a mí, pero se van a cagar, y voy a volver más fuerte que nunca. Y estoy todo un año con una sensación… que no la entiendo, que estoy enojado con el mundo. Vuelvo a jugar. Hago toda la recuperación, la preparación para el Mundial. Y me voy al Mundial, pero tengo una sensación rarísima dentro. Me veo en el espejo y digo: ‘algo no va bien’”, relató en una entrevista con el periodista español Jordi Évole.
Vida personal, debutar a los 14, NBA, selección española, éxitos, fracasos, salud mental y… futuro.
Ricky Rubio cuenta lo que no ha contado nunca.
Esta noche (21.35h) en #LoDeRickyRubio pic.twitter.com/jMUjtm4Y1P
— Lo de Évole (@LoDeEvole) July 6, 2025
Y ante esa sensación extraña, el base tomó una decisión clave. “Pedí ayuda como supe”, contó Rubio, que además le pidió a a su esposa que lo ayudara a hacer las valijas cuando estaba en la concentración con la selección española. “Una de las noches que estaba en el hotel dije: ‘no quiero seguir, ya no con el básquetbol, sino con la vida”.
Entendiendo que esta situación es la que muchas otras personas pasan, luchando para mejorar su salud mental, Ricky Rubio dejó un mensaje para intentar ayudar: “Puedo entender a mucha gente, tanto que está en el momento de éxito como, por desgracia, muchos se han quitado la vida, o como gente normal, que dice no puedo seguir. Porque todo te pesa tanto… En el Mundial, cuando digo paro, parece que me muero y que mi vida no tiene sentido”. De esa manera recordó el anuncio de su salida de la concentración en la antesala de la Copa del Mundo 2023 que se disputó en Indonesia, Filipinas y Japón.
Rubio, de 34 años, había anunciado en junio que necesitaba un año para reflexionar sobre su carrera y su vida. En la charla con Évole hizo un balance de sus 12 temporadas en la NBA: “Ha sido una experiencia brutal, y creo que aquí en Badalona no la hubiera podido vivir, pero igual la persona hubiera estado más feliz”.
Uno de los capítulos más dolorosos para Ricky fue la muerte de Tona Vives, su mamá, que batalló contra un cáncer durante mucho tiempo: “La primera temporada que empecé sin ella, no podía hacer el ritual de llamarla por FaceTime. Pero estaba en mi mente. No podía ni borrar su número de mi celular. Hasta le enviaba mensajes. Sentí que me estaba volviendo loco, como hablando conmigo mismo. En esos meses le eché la culpa a todo, estaba furioso y pasé por una depresión“.
Lo ha ganado prácticamente todo. Pero también ha sufrido el lado oscuro de la élite. “Pedí ayuda como pude”. pic.twitter.com/y1VKR34lGv
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Además, Rubio habló de su paso por la NBA, en donde jugó en equipos como Minnesota Timberwolves, Utah Jazz y Phoenix Suns, y explicó que le resultó muy complejo poder entablar relaciones con sus compañeros: “Fueron simplemente compañeros. Por mi forma de ser, la verdad, porque me cuesta mucho abrirme y conectar. Y no he sabido tampoco enfrentarme al conflicto. Lo he vivido con muchos compañeros con actitudes déspotas. Yo no soy capaz de decir: ‘así al camarero no se le habla’. Pero, cómo le voy a decir yo al compañero… Yo me callo, y veo actitudes o comportamientos que no son los correctos”.
Y agregó: “Muchas veces ellos mismos ni se dan cuenta, es su personaje, es su ego. En el vestuario se hablan cosas que no tienen sentido, de qué coche llevas. ¿De verdad voy a competir contigo por tener un coche mejor? No me hará mejor persona. Y yo me tuve que crear ese personaje, aunque no quisiera”.
Y finalizó: “En Estados Unidos han convertido a la NBA en un show, un business, han dejado el amor por el básquetbol. ¿Qué me llevo de Estados Unidos? Lo que no haría, no lo que haría”.