La llegada de un terremoto de magnitud 8,8 en la escala de Richter en la península de Kamchatka, Rusia, generó tensión en todo el Pacífico ante la posibilidad de un tsunami. En territorio ruso, donde se produjo el epicentro, el fenómeno ocasionó destrozos y obligó a los ciudadanos a evacuar, mientras que el gobernador de la península, Vladimir Solodov, sostuvo que se trata del temblor más fuerte en décadas.
Según informó Sergei Lebedev, ministro regional para situaciones de emergencia, en algunos sectores de Kamchatka se registró un tsunami de entre 3 y 4 metros de altura, y llamó a la población a alejarse de la costa de la península por seguridad.
La península de Kamchatka es el punto de encuentro de las placas tectónicas del Pacífico y Norteamérica, lo que convierte a la región en una de las zonas sísmicas más activas del planeta.
A raíz del terremoto, algunos países del Pacífico emitieron una alerta ante un eventual tsunami y ordenaron la evacuación de sus ciudadanos. Uno de ellos fue Japón, cuyas autoridades meteorológicas anticiparon una marea de hasta tres metros de azote y advirtieron: “No se aventuren mar adentro ni se acerquen a la costa hasta que se levante la alerta”. En este contexto, comenzaron a circular en redes sociales videos de los ciudadanos del país asiático refugiándose en terrazas y puntos lo más alto posibles.
Las mismas alertas se dieron en las islas Kuriles en Rusia y Hokkaido en Japón, donde el nivel del mar comenzó a subir. “Por favor, evacúen rápidamente. Si pueden, diríjanse a zonas altas y alejadas de la costa”, dijo un locutor de la cadena pública japonesa NHK, mientras que los trabajadores de la planta nuclear de Fukushima fueron evacuados.
Otros de los lugares en alerta es Hawái, donde sonaron las sirenas y se pidió a los hawaianos a abandonar el territorio o, al menos, alejarse lo mayor posible de las zonas costeras. Además se difundieron diferentes imágenes en donde se observa las calles de las ciudades colapsadas por el transito de las personas que, con sus vehículos, buscan alejarse de la costa.
En Norteamérica, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) puso en estado de alarma a toda la costa oeste, más precisamente a los estados de California, Oregón y Washington.
Las advertencias, incluso, llegaron a Sudamérica: en Ecuador y Chile, las autoridades advirtieron que las olas podrían llegar a medir hasta tres metros por encima del nivel del mar. Al respecto, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos ecuatoriana explicó en un comunicado: “Se ha establecido un nivel de advertencia de tsunami para la región insular (Islas Galápagos), lo que implica la suspensión inmediata de actividades marítimas, así como el desalojo preventivo de playas, muelles y zonas bajas. Para el litoral continental se mantiene el estado de observación, ya que el riesgo de afectación es menor hasta el momento”.
En un video que trascendió en redes sociales, habitantes de Galápagos mostraron cómo el mar se retiró de la playa tras el terremoto.