Roma, 22 may (EFE).- Italia vivió este jueves una jornada histórica en materia de derechos y familia, tras dos sentencias clave del Tribunal Constitucional que, entre otras cosas, permitirán a las madres LGTBI reconocer legalmente a sus hijos no biológicos.
Ambos fallos ponen fin a la incertidumbre jurídica y discriminación de cientos de familias en Italia, en especial a las madres lesbianas que recurrieron a la fecundación in vitro, y suponen un revés para las políticas del Ejecutivo de la ultraderechista Giorgia Meloni, que ha intentado blindar el modelo de familia tradicional.
En particular, la máxima Corte italiana declaró inconstitucional la norma que impedía a la madre no biológica en una pareja de mujeres reconocer legalmente a sus hijos nacidos en Italia mediante técnicas de reproducción asistida en el extranjero.
Hasta ahora, esta era la única vía posible para muchas parejas del mismo sexo, ya que la ley italiana limita el acceso a estas técnicas a parejas heterosexuales mayores de edad, casadas o convivientes, y con problemas de fertilidad.
En su fallo, el Constitucional señaló que la legislación vigente “no garantiza el interés superior del menor” y vulnera varios artículos de la Constitución italiana, al impedir que el niño sea reconocido desde su nacimiento por ambas madres, atentando así contra su identidad personal, su estabilidad jurídica y su derecho a ser protegido por sus progenitores.
«Esta sentencia marca un punto de referencia importantísimo y una grandísima victoria histórica. Es realmente un día particularmente importante para la historia de nuestro país y para la idea de lo que es la familia en Italia», resaltó a EFE Vicenzo Brana, portavoz de la asociación Arcigay.
En paralelo, el Constitucional también se pronunció sobre la exclusión de mujeres solteras del acceso a la reproducción asistida, abriendo la puerta a una posible apertura al «no existir obstáculos constitucionales» para que el Parlamento modifique la ley, si así lo decidiese.
Aun así, no consideró inconstitucional ni irrazonable la legislación actual -que data de 2004- y subrayó que corresponde al legislador valorar una eventual apertura que ahora mismo está limitada bajo el principio de «protección del futuro nacido».
«Llegados a este punto modificar la ley sería la perspectiva más inmediata, pero no hay dudas de que este Gobierno no querrá hacerlo. Aunque es algo que llegará», dijo Brana en alusión al Ejecutivo de Meloni.
También este jueves se dio a conocer que el tribunal de menores de la ciudad italiana de Pesaro (centro) aprobó la adopción de un niño nacido por gestación subrogada en Estados Unidos por parte de una pareja gay, siendo uno de ellos el padre biológico, meses después de la entrada en vigor de la ley italiana que considera esta práctica un «delito universal».
La norma, impulsada por la mayoría parlamentaria liderada por Meloni, convierte en delito la gestación subrogada, también conocida como «vientre de alquiler», incluso si se lleva a cabo en el extranjero, aunque el juez estimó que no se puede aplicar a este caso pues el niño nació antes de su entrada en vigor, en noviembre de 2024.
«Es el fin de una discriminación estructural, un cambio histórico», comentó la consejera de la asociación ‘Famiglie Arcobaleno’ (Familias Arcoiris), Micaela Ghisleni, quien además fue la primera mujer en registrar a su hijo con dos madres en Italia.
Desde el ámbito político, la coordinadora del Comité de Derechos Civiles y Políticas de Género del Movimiento 5 Estrellas (M5S), Alessandra Maiorino, calificó el fallo como «un enorme avance en los derechos civiles del país» y «una respuesta contundente a las políticas reaccionarias del Gobierno».
Las reacciones desde el partido de Meloni no se hicieron esperar. La vicepresidenta del grupo parlamentario de Hermanos de Italia, Augusta Montaruli, comenzó su comunicado con un contundente: «cada niño tiene una madre y un padre» y no se puede «lesionar el derecho del menor a tener una figura masculina de referencia», apuntó.
Montaruli también acusó a la izquierda de «celebrar el reconocimiento de derechos negados en Italia sin preocuparse verdaderamente por el destino de los niños”, a quienes, según ella, se les estaría negando «la posibilidad de tener un padre y una madre». EFE