Las mejores fotos. Príncipes, celebridades y deportistas se dieron cita en una de las carreras de autos más esperadas del año

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No hay como Mónaco, y todos lo saben. Pocos lugares ofrecen tanta belleza, lujo, diversión y adrenalina condensadas en 2 kilómetros cuadrados. Y eso se potencia cada último fin de semana de mayo, cuando las calles del principado se transforman en un circuito de automovilismo: el del Grand Prix de Mónaco, el más antiguo, prestigioso (y también peligroso debido a que el circuito es complicado, angosto y no permite fácilmente el sobrepaso) y atractivo de todo el mundo.

El circuito callejero, conocido por su exigencia y, detrás, una vista del Port Hercule, desde donde se tiene una visión inmejorable de la carrera. Famoso por recibir a los cruceros más grandes del mundo, que se transforman en tribunas top, este 2025, tenía su capacidad a tope.

Es la octava fecha del campeonato de F1 y, desde ya, la más esperada. Desde que se celebró por primera vez, en 1929, supone muchísimo más que un encuentro deportivo de alta liga: it’s the place to be, la cita ineludible en el calendario en donde royals, estrellas del deporte, celebridades y jet set comparten la pasión por la adrenalina y el charme. La edición 2025, con los príncipes Alberto y Charlene como habituales anfitriones y la presencia de la familia Grimaldi en pleno, no fue la excepción.

El príncipe Alberto II llegó en un BMW descapotable, con su hijo Jacques como copiloto.Al igual que todos los Grimaldi, Charlotte Casiraghi, hija de la princesa Carolina, juega de local. Estuvo en el paddock el domingo… y los días previos también. Acá, con un minivestido de Chanel.La presencia de su madre, Andrea Trofimczuk, le trajo suerte al pilarense Franco Colapinto (el 27 de mayo cumplió 22 años): en esta segunda experiencia en Alpine, avanzó cinco puestos desde la largada y terminó en la 13a posición.

A TODA MÁQUINA

Los días previos al domingo, que es cuando se corre la carrera, Mónaco está en ebullición: toda la ciudad –desde las cercanías al Palace Princier, el Casino, las curvas de Santa Devota y La Rascasse hasta la recta principal sobre el Boulevard Albert I, frente al Port Hercule– se encierra con guardrails para marcar el intrincado circuito callejero y, además, para delimitar la zona del paddock más deseado de toda la F1: además de área de boxes, este año, la novedad fueron los impactantes edificios de hospitalidad de Red Bull y Racing Bulls, ambos sobre el mar.

Zita d’Hauteville y Jean Arnault, hijo de Bernard Arnault (uno de los franceses más ricos; fundador del imperio de lujo LVMH) y responsable del área de relojería de Louis Vuitton, sponsor de la F1. Tatiana Santo Domingo, la mujer Andrea Casiraghi, el hijo mayor de la princesa Carolina, con el vestido Lisa, una propuesta realizada en seda con rayas de cisne de Muzungu Sisters, la marca sostenible y artesanal que fundó. En la foto, con su hija India.Andrea Casiraghi, sobrino del príncipe Alberto II, de saco y corbata, al igual que Sacha, el otro hijo que tiene con Tatiana Santo Domingo.El productor de cine Mohammed Al Turki y la supermodelo Naomi Campbell, impactante con un vestido plisado de Alaïa con escote asimétrico, cartera Hermès y zapatillas.

Este año, había tantos controles de seguridad como puestos con productos de merchandising… para presupuestos abultados: en Imola, una gorra puede cotizar 60 euros; en Mónaco, 120. Mientras tanto, vips con sus fierros de lujo y los fanáticos del automovilismo van invadiendo el principado.

Si bien está en plena gira con Radical Optimism, Dua Lipa asistió al Grand Prix. Invitada por Porsche, llevó un jean recto, remera con estampado animal print, ambos de Coperni, la marca de los diseñadores Sébastien Meyer y Arnaud Vaillant. Sofía Vergara causó sensación con un corset de encaje semitransparente que combinó con jeans degradé y mini Kelly de Hermès.El actor argentino Franco Masini viajó a Mónaco invitado por Givenchy Beauty.

Así como el GP es una carrera cara (este 2025, los valores de las entradas variaban según los días: 40 euros el jueves; 190 el viernes para ver los entrenamientos; 440, el sábado, para la clasificación; el domingo podía superar los 1000 euros), Mónaco suele ser la carrera que más público convoca.

La F1 es uno de los eventos que más atrae embarcaciones de lujo al inigualable puerto de Mónaco: instalarse ahí hasta el día de la carrera se impone entre royals, celebrities, empresarios y también entre pilotos, como fue el caso de George Russell. La edición 2025 aportó otras postales, como ver llegar al paddock a Carlos Sainz y Charles Leclerc en bicicleta, a Lando Norris en una scooter y a Lewis Hamilton, en monopatín o… en una tremenda MV Augusta F4 LH44. Acá, el piloto británico Lewis Hamilton de la escudería Ferrari (quedó en el quinto puesto en la carrera) va en monopatín al box.Después de pasar por Cannes, la top brasileña Izabel Goulart dejó su huella en Montecarlo, invitada por Mercedes-Benz. Margarida Corceiro, la modelo portuguesa que conquistó el corazón del británico Lando Norris, campeón en Mónaco.La modelo italiana Elisabetta Gregoraci y Flavio Briatore, ex director deportivo de Benetton y de Renault y, desde 2024, asesor ejecutivo del equipo Alpine.

Como en años anteriores, la hotelería y los balcones estaban fully booked y no cabía un alfiler en el puerto. Con los días, las fiestas con DJ que empezaron en el puerto en los superyachts fueron conquistando cada rincón del principado casi al unísono con el rugido de los motores de los monoplaza. La última gran fiesta fue la del domingo por la noche, cuando el príncipe Alberto y su mujer, Charlene, presidieron la cena de gala del GP en la Salle des Etoiles, del tradicional Sporting Club de Montecarlo.

Lauren Sanchez le saca foto de recuerdo a su prometido Jeff Bezos con el trofeo ante un testigo privilegiado: Bernard Arnault, CEO de LVMH, el grupo que es dueño de TAG Heuer (el main sponsor del Grand Prix de Mónaco) y de Vuitton, patrocinador de F1, entre otras marcas de lujo.La influencer alemana Caroline Daur, con una propuesta en clave bandera B&N de F1 by Louis Vuitton.El actor Patrick Dempsey fue el encargado de ondear la bandera a cuadros al final de la carrera.La princesa Charlene, al rojo vivo con
total look Louis Vuitton.Junto con su marido, el príncipe Alberto, Charlene fue una de las anfitrionas del fin de semana. Acá, en el momento en el cual le entregó el galardón al piloto ganador, Lando Norris. Charles Leclerc, de Ferrari, quedó en segunda posición y Oscar Piastri, de McLaren, el tercer puesto. La tapa de revista ¡Hola! de esta semana.

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