El rodaje de Esa rubia debilidad en 1991 estuvo marcado por episodios de violencia y actitudes disruptivas protagonizadas por Alec Baldwin y Kim Basinger, según revelaron miembros del equipo de producción a la revista People.
La película, conocida en inglés como The Marrying Man y basada en la obra de Neil Simon, enfrentó una serie de contratiempos atribuibles, en buena parte, al comportamiento de sus dos protagonistas, quienes iniciaron una relación sentimental durante el proyecto.
Uno de los miembros senior del equipo de producción describió la experiencia de trabajar con los actores como “despreciable”. Ante la consulta de People, fue contundente:
“Si estuviera en la calle, sin comida y alguien me ofreciera un millón de dólares por trabajar con Alec y Kim, diría que no. Sus acciones fueron viles, deplorables, despreciables”.
El ambiente en el set era tenso debido, en parte, al temperamento explosivo de Alec Baldwin.
El actor, quien recibió un pago de 1,5 millones de dólares por su papel, reaccionaba con extrema irritación ante cualquier inconveniente técnico, de acuerdo a lo que relató un integrante del equipo técnico a People.
“No le gustaba cuando sus teléfonos móviles se quedaban sin señal, así que los estrellaba contra la pared. No sé cuántos teléfonos rompió en pedazos”.
En una ocasión, después de que un teléfono dejara de funcionar, Baldwin lanzó una silla de director. Esta acción casi impacta a un electricista que se encontraba en las proximidades; el actor se disculpó después.
“Alec se enfadaba por cualquier cosa que no saliera bien, y siempre había algo que no salía bien”, sostuvo un miembro del equipo.
Su actitud también se dirigía contra los ejecutivos del estudio que visitaban la filmación. Según relató un ingeniero de video a la revista, “una vez escuché a Alec regresar después de un berrinche diciendo: ‘¡Hoy sí les he demostrado quién manda!’”.
Por su parte, Kim Basinger, flamante incorporación tras su éxito en Batman y con un salario de 2,5 millones de dólares, también manifestó exigencias que provocaron malestar.
La actriz pidió que el director de fotografía fuera despedido porque no le agradaba cómo la retrataba ante las cámaras, e incluso solicitó cambiar los diálogos bajo el argumento de que el guionista Neil Simon “no entendía la comedia”.
Frecuentemente, las grabaciones debían esperar por su llegada, y sus demandas incluían el uso de productos específicos como champú de agua Evian.
La relación entre los actores, que trascendía la pantalla, también resultó problemática para el equipo.
Durante una de las primeras escenas compartidas, el personal de sonido relató a People que, entre tomas, Basinger se dirigía a Baldwin con sugerencias de contenido sexual.
“Piensa en las cosas más obscenas que se te ocurran”, señaló un miembro del equipo, rememorando la escena.
Estas situaciones no solo complicaron la convivencia laboral, sino que también afectaron el desarrollo de la producción. El filme finalizó cerca de un mes después del plazo original de 52 días y con un sobrecosto de seis millones de dólares.
El director, exhausto, debió ser hospitalizado dos semanas por neumonía y deshidratación. El propio director atribuyó los problemas de la película a “políticas, dinero y limitaciones de tiempo”.
La conflictiva pareja mantuvo una relación tumultuosa fuera del set. Se casaron en 1993 y tuvieron una hija, Ireland Baldwin, en 1995. La separación llegó en 2002, tras un proceso de divorcio que ambos han descrito públicamente como doloroso.
En su reality The Baldwins, Alec Baldwin declaró: “Mi divorcio con la madre de Ireland no fue fácil. Muy largo, muy costoso. Una locura total”. Por su parte, Ireland Baldwin ha escrito sobre su infancia y las dificultades familiares en su plataforma Substack, recogidas por el New York Post.
La mala relación de Baldwin y Basinger durante el rodaje no impidió que ambos actores continuaran con exitosas trayectorias en Hollywood. Ella protagonizó títulos como L.A. Confidential, mientras que él actuó en películas como Glengarry Glen Ross.
Un director de casting citado por People expresó: “Alec es una estrella de cine. Si sigue comportándose así y se vuelve una gran figura de taquilla, la gente solo tendrá que aprender a manejarlo”.
El actor Robert Loggia, compañero de reparto, resumió el sentir de la industria. “Antes decían: ‘Nunca volverás a trabajar en esta ciudad’. La frase ahora es ‘hasta que te necesitemos’”, reconoció.
La película Esa rubia debilidad recaudó 12 millones de dólares en taquilla frente a un presupuesto de 26 millones.