Las principales empresas petroleras confirmaron hoy que consiguieron financiamiento por US$2000 millones para hacer la obra privada más importante de las últimas décadas. Así es como presentan al proyecto que permitirá aumentar las exportaciones de petróleo en casi US$14.000 millones anuales a partir de 2027, a través de la construcción de un oleoducto y una terminal portuaria en Río Negro.
La obra en su conjunto cuesta US$3000 millones. Se trata del proyecto Vaca Muerta Oleoducto Sur (VMOS), liderado por YPF, Pluspetrol, Pan American Energy (PAE), Pampa Energía, Vista, Chevron, Shell y Tecpetrol.
Las compañías captaron más financiamiento del que buscaban, ya que la idea original era conseguir US$1700 millones. El préstamo corre por cuenta de cinco bancos internacionales: Citi, Deutsche Bank, Itaú, JP Morgan y Santander, e incluye la participación de otro grupo de 14 bancos e inversores institucionales internacionales. El crédito se obtuvo por un plazo de cinco años, a una tasa de SOFR (de referencia) más 5,5%.
“La operación marca un hito histórico para el país, ya que representa la reapertura del mercado internacional de project finance, cerrado desde 2019. Además, constituye el mayor préstamo comercial para la realización de un proyecto de infraestructura en la historia argentina y uno de los cinco más importantes en el sector petróleo y gas en América Latina», dijo VMOS, la sociedad constituida para este fin.
El préstamo se confirma además en medio de la disputa del Estado argentina con la justicia estadounidense por el caso de la expropiación de YPF, tras la orden de la jueza Loretta Preska, del Distrito Sur de Nueva York, de traspasar el 51% de las acciones a los fondos demandantes.
Características del proyecto
La ventaja del puerto de Río Negro es que, por la profundidad de las aguas, podrán llegar los buques grandes llamados VLCC (Very Large Crude Carrier), que transportan alrededor de 2 millones de barriles. Esto hace más competitiva la exportación, ya que baja el costo del flete en un dólar, de entre US$3 y US$4 por barril, a entre US$2 y US$3. A grandes escalas, son US$2 millones de ahorro por buque, y además le abre nuevos mercados de venta a la Argentina.
El proyecto está previsto que entre en operación hacia fines de 2026, con una capacidad de transporte inicial de 180.000 barriles diarios, que se irá incrementando hasta alcanzar una capacidad máxima de 550.000 barriles diarios en 2027.
El costo total de la obra se calculó en US$2528 millones, pero superará los US$3000 millones si se suman la tasa de interés y los soft costs, que incluyen los gastos en seguros y de project management. La mayor parte de la inversión se hará en los próximos dos años: US$1318 millones este 2025 y US$1123 millones en 2026. Todo el proyecto transcurre en la provincia de Río Negro.
La construcción del proyecto se dividió en cuatro partes. Hay dos tramos de construcción de ducto, uno de 130 km, de Allen hasta Chelforó, y el otro de 320 km (son 440 km en total con tubos de 30 pulgadas), que fueron adjudicados a una sociedad conformada por las empresas Techint y Sacde, de las familias Rocca y Mindlin.
Esa Unión Transitoria de Empresas (UTE) ya había construido en los últimos tres años la mayor parte del gasoducto Perito Moreno (antes llamado Néstor Kirchner) y realizó tres cuartas partes de la reversión del gasoducto norte. Para ello, cada empresa se equipó con máquinas de soldadura automática y capacitó a sus empleados, anticipando una mayor actividad en la Argentina, debido a la falta de inversión en infraestructura en los últimos años.
Luego está la construcción de las estaciones de bombeo en Allen y en Chelforó, que quedaron en manos de AESA, una empresa subsidiaria de YPF, y de la neuquina Oilfield Production Service (OPS), respectivamente.
Finalmente, la instalación de la terminal de carga y descarga de buques con monoboyas interconectadas y del tanque de almacenamiento (que tiene el tamaño de un estadio de fútbol) será realizada por la española Técnicas Reunidas, una empresa con más de 60 años de historia, que en la Argentina construyó la refinería de Luján de Cuyo (Mendoza), de YPF.
El proyecto ya consiguió la aprobación para adherirse al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), que otorga beneficios fiscales y cambiarios para inversiones superiores a los US$200 millones.