La alimentación influye no solo en el cuerpo, sino también en el cerebro. En los últimos años, diversas investigaciones científicas han demostrado que ciertos alimentos pueden potenciar la función cognitiva, la memoria, la concentración y el estado de ánimo. Y aunque no existe una dieta universal para volverse más inteligente, sí hay coincidencia sobre algunas comidas que suelen estar presentes en los hábitos de las personas con un alto rendimiento intelectual.
Ante una consulta, ChatGPT identificó tres comidas preferidas de las personas inteligentes, respaldadas por estudios científicos y nutricionales.
1. Pescado azul: omega-3 para el cerebro
Salmón, atún, caballa y sardinas son algunos de los pescados más consumidos por quienes priorizan el funcionamiento óptimo del cerebro. Estos alimentos son ricos en ácidos grasos omega-3, que demostraron mejorar la memoria y la función ejecutiva.
Según un estudio publicado en Neurology, el consumo regular de ácidos grasos omega-3 se asocia con un mayor volumen cerebral y un envejecimiento cognitivo más lento (Tan et al., 2012). Otro trabajo de la Universidad de Harvard indica que las personas con niveles adecuados de omega-3 presentan un mejor rendimiento en pruebas cognitivas, especialmente en tareas que requieren planificación y pensamiento abstracto.
2. Chocolate amargo: antioxidantes para la concentración
Además de ser un placer culpable para muchos, el chocolate amargo —con un alto porcentaje de cacao— es un aliado de la salud mental. Diversos estudios han mostrado que sus flavonoides tienen efectos beneficiosos sobre el flujo sanguíneo cerebral, lo que se traduce en una mejor atención y mayor capacidad de resolución de problemas.
Una investigación de la Journal of Cardiovascular Pharmacology encontró que el cacao mejora el rendimiento cognitivo al incrementar el flujo sanguíneo al cerebro durante tareas mentales exigentes (Francis et al., 2006). Además, el consumo moderado de chocolate negro también está relacionado con un menor riesgo de deterioro cognitivo a largo plazo.
3. Frutos secos: energía sostenida y neuroprotección
Las nueces, almendras y avellanas son un clásico en los escritorios de científicos, creativos y estudiantes aplicados. ¿Por qué? Porque combinan proteínas, grasas saludables, vitamina E, zinc y magnesio, nutrientes que colaboran con la neuroprotección y el buen funcionamiento de la sinapsis cerebral.
Un estudio titulado Nut Consumption for Cognitive Performance: A Systematic Review demostró que quienes consumen frutos secos regularmente presentan mejores niveles de memoria y habilidades verbales. En particular, las nueces son ricas en ácido alfa-linolénico, una forma vegetal de omega-3 que también está relacionada con la prevención del deterioro cognitivo.
Alimentación inteligente para una mente brillante
No se trata solo de qué se come, sino de cómo y cuándo. Las personas inteligentes suelen priorizar la calidad sobre la cantidad, optan por comidas naturales y balanceadas, y evitan los excesos de azúcares y ultraprocesados. Su dieta no busca únicamente energía física, sino también claridad mental, enfoque y bienestar emocional.