Con la primavera a punto de llegar, septiembre se convierte en el mes ideal para quienes buscan renovar sus espacios con flores coloridas y con aromas exquisitos. Expertos en jardinería coinciden en que sembrar durante esta etapa permite que las plantas se afiancen antes de la llegada del calor más intenso, lo que favorece una floración abundante y duradera.
Entre la variedad de opciones disponibles, hay tres especies que se posicionan como las grandes favoritas para sembrar en esta época: Nicotiana alata, Scabiosa atropurpurea y Zinnia elegans. Cada una tiene su encanto y todas pueden cultivarse con éxito en macetas, canteros o jardines.
1. Nicotiana: la Nicotiana alata, también conocida como “tabaco ornamental”, es una flor que se destaca por su perfume dulce, especialmente perceptible durante el atardecer y la noche. Sembrarla en septiembre es clave para que la planta se desarrolle con fuerza antes del verano. De aspecto delicado, sus flores pueden presentarse en blanco, rosa, rojo o verde claro, y atraen polinizadores como mariposas y abejas. Es ideal para ubicar cerca de ventanas o senderos, donde su aroma pueda disfrutarse al caer el sol.
2. Scabiosa: la Scabiosa atropurpurea, también conocida como “flor de viuda”, es una planta rústica y versátil que se adapta con facilidad a distintos tipos de suelo. Sus flores, en forma de pompón, florecen en una paleta que va del blanco al lila, y pasan por rosados y violetas. Además de su valor ornamental, la scabiosa es muy apreciada como flor de corte y se puede usar en ramos frescos para decorar el hogar. Su suave aroma y su capacidad para florecer durante varios meses la convierten en una opción infalible para quienes buscan belleza sin demasiadas complicaciones.
3. Zinnia: conocida popularmente como “flor de papel”, la Zinnia elegans es una de las especies más alegres y resistentes del jardín. Sus flores presentan una amplia gama de colores que van del fucsia, amarillo, blanco, rojo, naranja y hasta combinaciones bicolores. Si bien no posee un perfume tan intenso como otras variedades, compensa con creces por su duración, resistencia al calor y su capacidad de atraer mariposas. Es perfecta para dar vida a balcones soleados o bordes de caminos. Al sembrarla en septiembre, se garantiza un desarrollo robusto y una floración plena durante el verano.
Claves para un cultivo exitoso en primavera
Para aprovechar al máximo el potencial de estas flores, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones esenciales:
- Ubicación: la mayoría prefiere sol pleno. Solo algunas variedades, como el jazmín del Paraguay, toleran media sombra.
- Riego: el sustrato debe mantenerse apenas húmedo, evitando el exceso de agua para no dañar las raíces.
- Fertilización: se sugiere el uso de fertilizantes orgánicos cada 15 a 20 días para estimular el crecimiento y la floración.
- Cuidados posteriores: retirar las flores marchitas permite que la planta concentre energía en nuevas flores y se mantenga sana.
- Aireación del sustrato: antes de sembrar, remover bien la tierra o el sustrato para asegurar que esté suelto y oxigenado. Esto facilita el desarrollo de las raíces y mejora la absorción de agua y nutrientes. Una tierra compacta puede dificultar el crecimiento y provocar encharcamientos.