Lejos de su hábitat natural, letárgica e incapaz de moverse por sus propios medios. Así la encontraron el mes pasado en un campo abierto del condado de Loudon, en Virginia. Al acercase, el personal de Servicios para Animales, notó que el animal no intentaba escapar, no adoptaba una postura de defensa, ni golpeaba la cola con fuerza contra el suelo-algo inusual en animales salvajes– y de inmediato activaron un protocolo de rescate.
El castor permitió que los agentes de control animal la recogieran y la llevaran al Centro de Rehabilitación y Educación de Vida Silvestre Kristi’s Caring Hands (KCHWRE). Cuando el KCHWRE la revisó, advirtió que necesitaba cuidados especiales. De modo que lo trasladaron rápidamente al Centro de Vida Silvestre Blue Ridge (BRWC) donde podría recibir el tratamiento adecuado de inmediato.
En el BRWC -un centro para vida silvestre que atiende a animales nativos heridos, enfermos o huérfanos-, un equipo de veterinarios le realizó un examen médico exhaustivo y descubrió que el animal presentaba un cuadro de salud complejo. “Cuando ingresó, nuestro equipo veterinario notó que estaba débil y respiraba con dificultad”, escribió el BRWC en Facebook.
Como parte de la evaluación diagnóstica, se tomó una muestra de sangre de la cola y se le hicieron radiografías. “Las imágenes revelaron un aumento significativo de la opacidad en el campo pulmonar derecho, un hallazgo que podría indicar neumonía o líquido por casi ahogamiento, así como un traumatismo en el lado izquierdo”.
El equipo quedó preocupado al descubrir la gravedad de las lesiones del castor hembra, pero estaba decidido a ayudarla a recuperarse. “Le brindamos cuidados paliativos y la monitoreamos de cerca, haciendo todo lo posible para darle una segunda oportunidad”, escribió BRWC.
La semana siguiente al rescate, el estado de la castora mejoró notablemente. A medida que empezó a responder al tratamiento y a sentirse mejor cada día, el equipo empezó a comprender mejor qué pudo haberle sucedido.
“Sospechamos que este individuo (un juvenil que probablemente haya nacido en abril pasado) haya sufrido la inundación de su presa, o incluso que tuvo un colapso, considerando las lesiones y el hecho de haber sido encontrado vagando en medio de un campo abierto. Estaba bastante delgado, por lo que es evidente que llevaba al menos 24-48 horas sin sus padres”, escribió BRWC en Facebook.
Con los cuidados continuos de BRWC, la castora siguió mejorando hasta que, finalmente, su pronóstico dejó de ser grave. Afortunadamente, su neumonía remitió y sus heridas sanaron en un mes, tal como esperaban sus cuidadores. Solo quedaba prepararla para su eventual liberación. Fue entonces cuando intervino el Centro de Vida Silvestre del Suroeste de Virginia de Roanoke (SWVWCR).
“Aunque sus problemas se han resuelto, ha sido un desafío mantener el peso de esta paciente, y los castores de esta edad realmente necesitan estar con sus congéneres en recintos diseñados para la especie”, escribió BRWC en Facebook.
Las crías de castor pasan dos años con sus padres antes de dispersarse para formar su propia familia. Esto significa que los castores de esta edad tardan ese tiempo en rehabilitarse y llegar a la edad adulta. “¡Eso es mucho tiempo comparado con la mayoría de los animales que cuidamos! Como no tratamos a muchos castores cada año, no contamos con jaulas exclusivas para castores, y transferir a esta paciente fue la mejor opción”.
El estado del animal era grave, pero afortunadamente contó con un equipo de cuidadores que lucharon por su supervivencia. Y, aunque no tenía palabras para expresar su gratitud por la ayuda, la expresión de su rostro cuando finalmente estuvo bajo el cuidado de BRWC lo decía todo. “Parece que está sonriendo”, comentó una persona en Facebook. “Está agradecida de haber sido rescatada”.
Entonces, un mes después de su rescate, la hembra castor fue transferida al SWVWCR, donde desde entonces ha evolucionado favorablemente en compañía de otros castores rescatados. Aún no está lista para ser liberada, pero se fortalece cada día, y sus cuidadores confían en que pronto podrá regresar a su hábitat.
Los castores cumplen un rol clave como ingenieros de ecosistemas. Al construir estanques, presas y humedales, crean hábitats esenciales para innumerables especies. Sus presas atrapan sedimentos, reducen la erosión del suelo y filtran contaminantes, lo que resulta en agua más limpia y segura. Los humedales mantenidos por los castores incluso ayudan a mitigar inundaciones e incendios forestales, lo que convierte a estos animales en actores clave en la resiliencia climática y la salud de las cuencas hidrográficas.
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