
El abogado Jaled Alí informó a través de la red social X que el nombre de Alaa Abdelfatá ha sido finalmente retirado de las listas de prohibición de salida del país, lo que permitirá al conocido activista egipcio, también ciudadano británico, viajar al Reino Unido y reencontrarse con su familia. Según consignó el medio, la eliminación de estas restricciones se produce luego de una campaña internacional que exigía su completa liberación y tras meses de incertidumbre desde su excarcelación.
Abdelfatá, figura emblemática de la Primavera Árabe en Egipto, fue objeto de atención global tras haber pasado casi diez años en prisión. Durante su reclusión, fue acusado de criticar al gobierno, participar en protestas no autorizadas y supuestamente agredir a un agente de la policía, detalló el medio de comunicación consultado. Pese a haber recibido un indulto presidencial y quedar en libertad, el gobierno egipcio le impidió abordar un vuelo con destino a Londres el mes pasado, manteniendo la prohibición de viajar hasta este reciente levantamiento informado por su defensa.
De acuerdo con el reportaje, la familia del activista había denunciado durante años la ausencia de apoyo consular británico y manifestó que, en ese tiempo, ni Abdelfatá ni su madre realizaron huelgas de hambre, aclarando que tales acusaciones formaron parte de su reclamo por la vulneración de los derechos del detenido. Además, la oposición del gobierno egipcio al reconocimiento de la doble nacionalidad fue señalada como uno de los principales obstáculos que le impidieron abandonar Egipto tras su liberación.
El historial judicial de Abdelfatá se remonta a 2014, año en que fue detenido por tomar parte en una manifestación que no contaba con autorización oficial. Tras pasar un periodo breve en libertad en 2019, fue arrestado de nuevo en el contexto de operativos estatales contra quienes promovían protestas, principalmente bajo el gobierno presidido por Abdelfatá al Sisi. El medio detalló que su condena era de cinco años, con fecha de finalización para septiembre de 2024, aunque las autoridades se rehusaron a contar el tiempo que pasó en detención provisional como parte de esa pena, lo que mantuvo la incertidumbre respecto a cuándo quedaría efectivamente libre. Fue recién en septiembre de 2023, tras una intervención directa del presidente al Sisi, que se produjo su liberación.
El caso de Alaa Abdelfatá coincidió con una tanda de excarcelaciones en la que otras seis personas también obtuvieron la libertad como resultado de un perdón presidencial. Junto con Abdelfatá, los liberados fueron Said Magli Eleua, Karam Abdelsamea Saadani, Ualaa Gamalsaad Mohamed, Mohamed Auad Abdo Mohamed, Mohamed Abdeljaleq Abdelaziz Abdelatif y Mansur Abdeljaber Alí Abdelrazek. Según el medio, esta medida respondió a una solicitud formal del Consejo Nacional para los Derechos Humanos de Egipto, institución que ha intervenido en otros procesos asociados a la represión política.
La situación de Abdelfatá fue considerada por organizaciones locales e internacionales como un símbolo del trato a los presos políticos y el nivel de represión hacia la disidencia en el país norteafricano. Las restricciones impuestas, junto con la negativa a reconocer su ciudadanía británica, fueron motivos de denuncias por parte de entidades defensoras de derechos humanos, según informó el medio citado.
El contexto político de Egipto desde la llegada de Abdelfatá al Sisi al poder, tras el golpe de Estado en julio de 2013, ha estado marcado por operaciones oficiales contra activistas, opositores y cualquier expresión política desafiante. Este periodo comenzó después de que manifestaciones masivas propiciaran la destitución de Mohamed Mursi, primer líder egipcio elegido democráticamente, quien falleció en custodia judicial en 2019, según reportó el medio de origen.
La repercusión del caso de Abdelfatá se inscribe en un escenario más amplio de críticas internacionales relacionadas con la situación de los derechos humanos en Egipto. Tanto la persistencia de denuncias como el papel de movimientos de la sociedad civil local e internacional han mantenido presión sobre el régimen egipcio para que se modifiquen las actuales políticas respecto a los líderes sociales que han protagonizado los movimientos de protesta de la última década.
La cobertura de la excarcelación y posterior habilitación para viajar de Abdelfatá, sumada a la de otros activistas, revela el impacto del activismo social y familiar, así como las constantes gestiones institucionales que han incidido en la situación de los detenidos políticos. Según difundió el medio, la eliminación de las restricciones y el anunciado reencuentro familiar, extensamente reclamado por los allegados del activista, representa un hecho significativo en la evolución de la respuesta estatal frente a las demandas de derechos civiles y políticos.
Los portavoces de la familia han subrayado en reiteradas ocasiones la importancia del pronunciamiento internacional y de la cobertura mediática para visibilizar situaciones similares a la sufrida por Abdelfatá. El caso ha concentrado la atención de instancias multilaterales y asociaciones defensoras de los derechos humanos, quienes han resaltado la necesidad de protección de líderes opositores y han advertido sobre el costo personal y social que conlleva la represión política hoy en Egipto, según consignó el medio.
