Estudiantes dio un gran paso para clasificarse a los cuartos de final de la Copa Libertadores. Le ganó a Cerro Porteño en Paraguay por 1-0 con un gol ¡en el minuto 97! de Santiago Ascacibar, de penal, luego de una infracción que Matías Pérez le cometió a Guido Carrillo. Ascacibar, capitán del Pincha, tenía varias presiones: los jugadores locales lo intentaban desconcentrar hablándole y rompiendo el punto penal (una mala costumbre de estos tiempos), sabiendo que su ejecución iba a resultar decisiva en el partido y encima con su técnico, Eduardo Domínguez, gritando desde el banco de suplentes para que lo ejecute otro: “Que patee el 7″, pedía el DT mientras hacía la seña con sus manos con el número siete para que se haga cargo de la pena máxima José Sosa.
Ascacibar venía de convertir desde los 12 pasos en la victoria por 2-0 ante Carabobo por el mismo certamen internacional el 1° de abril pasado, con un remate alto que dio en el travesaño y… se metió. ¿Esa justeza habría tenido que ver con el pedido de este miércoles de Eduardo Domínguez?
El segundo, Ruso Ascacibar de penal.
2 a 0 vs Carabobo por la Libertadores.
— Estudionalytics (@Estudionalytics) April 1, 2025
Finalmente lo pateó Ascacibar, festejó el Pincha ante Cerro Porteño y el capitán tras el partido, ante la pregunta periodística sobre el pedido de Domínguez, dijo: “¿No me tenía confianza? Yo sí me tenía confianza. No sabía que se lo habían dado a José, se ve que no me tenía mucha confianza. Pero yo sí me tenía mucha confianza y por eso le pegué”.
Eduardo Domínguez dio su punto de vista en la conferencia de prensa sobre esta situación: “El equipo creyó hasta el final y se vio con la jugada que nos terminó dando la victoria. Hicimos nuestro trabajo y buscamos la diferencia. Ascacibar es nuestra bandera… nuestro capitán. Si él está decidido, lo dejamos ser”. Las otras dos alternativas que maneja el cuerpo técnico son Sosa y Carrillo.
Lo mejor de Estudiantes ante Cerro Porteño
No hay conflicto entre jugador y DT pero sí pueden haber diferentes puntos de vista. Hace un mes, el propio mediocampista había declarado cuando le preguntaron por la situación del DT a modo de respaldo: “Decir que es un fin de ciclo es algo apresurado, esto es un proceso, tuvimos muchos cambios en este año y eso nos terminó influyendo, pero este semestre recién comienza”. Los hinchas también le habían brindado una gran ovación en la previa del partido con Huracán.
Y Eduardo Domínguez lo había elogiado muchísimo en febrero pasado a Ascacibar, cuando se hablaba de una posible citación para la selección argentina: “Es un jugador de los que escasean en el fútbol argentino por la experiencia que tiene, por lo que nos aporta en su rol como capitán. A nosotros que lo vemos siempre nos sorprende cómo va generando sus propias situaciones ofensivas y defensivas. No se habla mucho de él la verdad. Cuando empezó a jugar no le gustaba ser ‘interior’ y hoy parece que tiene el mapa de la cancha de cuándo tiene que aparecer, cuándo tiene que retroceder, cuándo generar el espacio para que aparezca Tiago (Palacios), cuándo tiene que hacer las coberturas. Sabemos que hay grandísimos jugadores en la selección, pero está en un gran nivel y haciendo fuerza para estar cerca de esos lugares”.
Pero como el fútbol argentino está lleno de presiones, cada decisión puede influir no sólo en la continuidad o no de un equipo en un certamen, sino también condicionar el futuro de un DT o… de un jugador en una institución.
La situación Gago-Galván
Fernando Gago logró dos títulos con Racing, pero sin duda una de las postales que más lo marcó (negativamente) en su etapa en la Academia fue la situación que desencadenó el penal que Franco Armani le desvió a Jonathan Galván en aquella última fecha con River en la que estaba en juego un título local que, finalmente, quedó en manos de Boca, que en la Bombonera igualó con Independiente 2-2 y dio la vuelta olímpica frente al triunfo millonario por 2-1 en Avellaneda.
“Hay circunstancias del juego en que las decisiones la toma el jugador. El que decide patear el penal es el jugador. Se pueden patear 25 penales en todos los días, pero en las circunstancias del juego el que decide patear es él”, dijo luego Gago. Y agregó: “Jony tuvo la personalidad y la confianza de patear el penal. Es un momento difícil, que nos duele porque tuvimos la chance de lograr el objetivo que nosotros pretendíamos, pero esto es un deporte y hay que seguir trabajando”.
Las críticas apuntaron a Gago por no tomar las riendas y ordenar él desde el banco quién debería ser la mejor opción (desde la técnica y el contexto, la fortaleza mental) para el disparo decisivo. Había varios en carpeta, desde Enzo Copetti, Leonardo Sigali, Gabriel Hauche, quien estaba con la pelota en la mano, o hasta Gonzalo Piovi, quien luego patearía el penal para ganarle una final al Xeneize por la Supercopa Internacional en 2023, en Emiratos Árabes. «Hay un montón de autocrítica y cosas que mejorar, pero esto es un juego: ganás o perdés. Y nos tocó perder en la última fecha del campeonato, con la posibilidad de ser campeón. No considero un fracaso deportivo lo que pasó este año», había agregado Gago en octubre de 2022.
Galván, ya estando en Argentinos Juniors, había comentado en enero de 2024: “Lo doy como un tema ya cerrado, es un ciclo terminado. Prefiero no opinar, no decir nada al respecto. No es el momento indicado, estoy muy tranquilo ahora en Argentinos Juniors, solo me interesa hablar de eso. No tengo nada para decir. Son cosas que prefiero guardármelas para mí. Los que están siempre a mi lado saben cómo fue la situación”, dijo quien, claramente, pagó caro en su momento el costo de ese penal no convertido.
Fydriszewski duró 92 minutos
San Lorenzo venía mal. El equipo de Leandro Romagnoli atravesaba una crisis institucional y deportiva y visitaba a Godoy Cruz en Mendoza en octubre de 2024. Se trataba de la reanudación de un partido que estaba 1-1 y había sido suspendido por incidentes entre los hinchas locales y la policía. Jorge Baliño sancionó un penal y Francisco Fydriszewski lo ejecutó con displicencia, intentó picar la pelota y la terminó controlando de manera muy sencilla el arquero Petroli, que en primera instancia se había jugado hacia su palo izquierdo pero la flojita ejecución… le dio tiempo de volver y tomar el balón.
😳❌ FRANCISCO FYDRISZEWSKI LA PICÓ Y ERRÓ EL PENAL PARA SAN LORENZO EN LA ÚLTIMA DEL PARTIDO.
— dataref (@dataref_ar) October 12, 2024
Romagnoli estaba en llamas y luego en la conferencia de prensa dijo: “Jugué 20 años y está designado un jugador. Era y es Iker (Muniain). Pero en la cancha decidieron ellos. Y uno no está en la cabeza de los jugadores y si sé que la va a picar le digo ‘no lo hagas’. Son decisiones. Hay que entender la situación en la que estamos y el club en el que estamos. Hay que remarcar esto y la situación que nos jugamos. No hay análisis”.
Fue el final para Fydriszewski. En total, el delantero jugó 92 minutos con la camiseta del Ciclón repartidos en cuatro partidos. “Quiero pedir disculpas a los hinchas de San Lorenzo y a todos mis compañeros. Sé que la forma en la que ejecuté el penal fue imprudente y perjudiqué al equipo”, había dicho el delantero tras el partido. Sólo Leandro Romagnoli sabe cuánto afectó eso en su continuidad como entrenador en el equipo de Boedo.
Cuando asumió Miguel Angel Russo habló de “son decisiones”. El ahora DT de Boca había heredado la situación, pero lo cierto es que Fydriszewski no volvió a ponerse la camiseta del Ciclón tras esa “situación-penal” en Mendoza.
❌️ José Devecchi le atajó el penal a Esequiel Barco. pic.twitter.com/pwVdhbI7HB
— dataref (@dataref_ar) February 15, 2024
El doble error de Barco
En febrero de 2024, el River de Martín Demichelis visitaba a Atlético Tucumán y el partido terminó 0-0. Durante el desarrollo, Esequiel Barco se empecinó en patear dos penales, primero pasando por sobre el deseo de Miguel Borja y después desobedeciendo al mismo entrenador, pero ambas veces con igual resultado: atajada de José Devecchi con invasión de área y disparo a las nubes en la ejecución definitiva. El fastidio del entrenador fue tal que fue el primero en irse al vestuario en el entretiempo y Barco no salió a jugar la segunda etapa.
“A cualquiera le puede pasar errar un penal o incluso dos, consideré que no estaba emocionalmente al cien por ciento como para que siga jugando en el segundo tiempo. Esequiel es un gran chico, a veces son las emociones de los jugadores por las pulsaciones, venimos ganando, quería participar porque todavía no había convertido en esta temporada. Me pidió disculpas porque no es egocéntrico y no es un chico que piense solo en él, en este caso no quería ceder la pelota pero de todo se aprende y hoy seguramente se lleve una gran experiencia”, dijo Demichelis luego del encuentro. Y agregó: “Cualquiera de los dos son los encargados de patear y muchas veces ellos tienen que resolver en el campo dependiendo de sus propias sensaciones. Cuando erró Esequiel ahí sí participé en pedir que fuera Miguel, no se dio y el desenlace ya es conocido».
Cuánto se hablará de este penal… ¿Demichelis debe tomar alguna decisión más con Esequiel Barco?
📺 ESPN Premiumpic.twitter.com/dpgFafrT4u
— SportsCenter (@SC_ESPN) February 15, 2024
“El nueve, el nueve”
Hubo un día que Enzo Fernández, un futbolista con personalidad si los hay, desobedeció a Marcelo Gallardo en la ejecución de un penal. Fue el 25 de abril de 2022, en un partido que River empató con Atlético Tucumán 1-1, por la 12° fecha de la Copa de la Liga. Al finalizar el primer tiempo Manuel Capasso le cometió infracción dentro del área a Matías Suárez, que había quedado mano a mano con el arquero Nicolás Campisi. El árbitro Facundo Tello decretó penal y en ese momento las cámaras captaron al Muñeco gritando con efusividad que lo ejecutara Julián Álvarez. “El nueve, el nueve”, pidió desde el banco de suplentes.
El técnico más ganador de la historia de River pretendía que se haga cargo Julián Álvarez del remate. A Gallardo no le gustó, en el momento puso cara de pocos amigos, pero la ejecución de Enzo Fernández finalizó en gol y tras el partido el DT dijo: “Cuando tengo dos o tres buenos pateadores dejo que decidan ellos, pero se me ocurrió en el momento que lo patera Julián, pero no me escucharon. Me hubiese gustado que pateara él porque es un jugador que necesita del gol, que nos ofrece otras soluciones cuando no convierte, pero me parecía una buena oportunidad para que se reencuentre con el gol. Lo hizo otro compañero y está bien igual”.
Lucca, un caso insólito en Udinese
En febrero de este año, Lorenzo Lucca marcó el gol de la victoria como visitante de Udinese ante Lecce por 1-0 en el comienzo de la fecha 26 de la Serie A de Italia. Sin embargo, el futbolista quedó envuelto en medio de un grotesco cuando el árbitro Kevin Bonacina sancionó un penal al ser advertido, por el VAR. El delantero tomó la pelota mientras el juez observaba la jugada en el monitor. Lejos de predominar la alegría cuando el referí otorgó el penal, se generó un conflicto entre el número 17 y la mayoría de sus compañeros. Lucca se aferró al balón y se paró en el lugar de la ejecución, rodeado por jugadores de su equipo. Estaba decidido a patear, y el resto, empecinado en evitar que eso sucediera.
El capitán, Florian Thauvin, designado para el lanzamiento, fue rechazado por Lucca cuando fue a buscar la pelota y se quedó al lado, mientras varios compañeros se unían a la causa. Jaka Bijol le recriminó la acción a los gritos y, ante la negativa que continuaba, tomó de un brazo a Lucca y procuró apartarlo. La tensión entre ellos subió. Otro defensor, Hassane Kamara, los separó y también intentó convencer a Lorenzo de que acatara la orden del entrenador, que seguía los sucesos sorprendido delante del banco de suplentes, al igual que el DT del conjunto local. El árbitro, los rivales y los hinchas no entendían nada.
El juez le mostró una tarjeta amarilla a Lorenzo por la demora, que finalmente quedó listo para tomar el penal, cuatro minutos después de la sanción. Cara a cara con el arquero, el jugador resolvió fuerte y arriba para marcar el gol y salió corriendo a celebrarlo… pero nadie se unió al festejo. En solitario fue a gritarlo y señaló a alguien detrás del arco en dedicatoria. Sus compañeros se quedaron lejos. Tres minutos más tarde, el entrenador alemán Kosta Runjaic reemplazó a Lucca por Iker Bravo.