No se necesita un jardín zen para cultivar lirios japoneses. Solo espacio al sol, un cantero bien húmedo y el deseo de ver cómo en primavera una explosión de color se eleva con precisión casi arquitectónica.
“Estos deslumbrantes lirios, denominados Iris ensata y pertenecientes a la familia Iridaceae, iluminan cualquier jardín con sus espectaculares flores”, explican Javier Tarillo Egner y Ezequiel Juárez, viveristas especializados en plantas acuáticas y palustres.
La afirmación no es exagerada. Sus flores pueden alcanzar tamaños impactantes —dependiendo del cultivar— y aparecen en una paleta que va desde los violetas profundos hasta los blancos inmaculados, pasando por azules tornasolados y rosas suaves. Cada flor parece pintada a mano.
Estética japonesa
“Poseen follaje caduco, de hojas finas y bien erguidas, con pequeños rizomas muy compactos”, detallan los especialistas.
Las varas florales, altas y rectas, suman un porte elegante y ordenado, ideal para canteros formales o como transición entre plantas más sueltas.
Son originarios de Asia, “desde Siberia hasta Japón, donde se los cultiva en canteros húmedos y, en algunos casos, encharcados o dentro del estanque”.
Eso explica su buena adaptación a zonas del jardín donde otras especies fallan: bordes de estanques, bajos temporariamente inundables o canteros con riego generoso.
Cómo potenciar su floración
En el calendario botánico, los Iris ensata aparecen justo después de los Iris louisiana, “a fines de octubre, y abarcan todo el mes de noviembre y parte de diciembre”, comentan Tarillo Egner y Juárez.
Florecen cuando el jardín de primavera está en plena forma, pero justo antes del letargo de calor pleno
¿El secreto para lograr una floración extraordinaria? “Prefieren sol pleno, pero además, una buena fertilización otoñal con abono específico para iris hará que obtengamos una espectacular floración en primavera.”
Nada de fórmulas mágicas: solo buena luz y comida a tiempo
Plantas sin problemas
En términos sanitarios, son plantas nobles. “Suelen ser muy saludables y, en nuestra zona, solo pueden presentar problemas de ataque de hormigas cortadoras en el follaje”.
¿Dónde y cómo cultivarlos?
- Ubicación: pleno sol o media sombra. Mejor si el suelo retiene algo de humedad.
- Sustrato: rico en materia orgánica, profundo y ligeramente ácido.
- Riego: constante en época de crecimiento. Adoran el agua pero no el encharcamiento permanente en invierno.
- Fertilización: clave en otoño, con mezcla para iris o abono completo.
- División: cada 3 a 4 años para renovar floración y mantener vigor.
Los lirios japoneses tienen esa rara virtud de parecer sofisticados sin ser exigentes. Imprimen verticalidad, calma y color.
Son ideales para quienes quieren diseñar un cantero con aire naturalista, pero también para quienes buscan un golpe de efecto en un rincón húmedo del jardín.
Y si hay un estanque cerca, mejor: se reflejarán en el agua como en una pintura japonesa.